No es ninguna novedad que los ciudadanos comprobemos, casi a diario, cómo muchos personajes de distintos niveles del mundo de la política dicen una cosa y después hacen la contraria. Deben venir de serie.
El último caso con el que nos hemos encontrado es con el de la/el nueva/o portavoz del feminismo, igualdad y derechos y libertades LGTBI, Elizabeth Duval, «escritor/a» trans de 22 años nombrada/o hace unos días por Yolanda Diaz para su partido.
Elizabeth, cuyo nombre original aún no ha trascendido, aseguró el año pasado que nunca aceptaría un cargo de un partido político ni iría en las listas de ninguna formación.
» Lo repetiré un montón de veces: no voy a ir en lista alguna ni aceptaría por parte de un partido ningún cargo, y creo que hay también algo de credibilidad en el posicionamiento que tiene que ver con eso: que no pueda interpretarse que apoyo a nadie por el interés de un puesto. yo ya tengo mi independencia como escritora, me dedico a lo que me gusta, ayudo como puedo desde fuera de la política más allá de los partidos. y está bien así.» Aseguraba en este mensaje que compartió en su cuenta de Twitter añadiendo el siguiente comentario:
«Lo repito, también porque me parece importante que no se identifique mi apoyo a ninguna figura, partido o movimiento político como un apoyo interesado: no, ni quiero ni voy a tener puesto alguno, y si me implico en esta o en otras ocasiones es por convicción.»
Como para fiarse de este personaje al que el partido de Yolanda Díaz define como «referente intelectual». No hay más que ver lo que escribe y cómo lo escribe para darse cuenta de ello.
El nombramiento de Duval que, según dicen, era hombre, ahora es mujer pero le gustan las mujeres, se ha encontrado con no pocas críticas venidas desde distintos ámbitos tanto políticos como de las propias organizaciones feministas de toda la vida ante semejante nombramiento.
Una de las más sonadas ha sido la de Amelia Valcárcel, feminista histórica ligada al Partido Socialista, que ha decía lo siguiente:
«Que en ese lugar llamado Sumar hayan decidido que de ese asunto se encargue un personaje de 22 años cuyos apellidos son…. ehh… es que se ponen nombres de vedettes y se me olvidan..»
El dicho popular «¿Que si quieres café? pues toma tres tazas», les viene que ni pintado a todos estos políticos progresistas del PSOE que agitaban la nueva bandera con la mezcla de colores Trans y arco iris. Sobre todo a Irene Montero, la de todas, todos y todes, que estará mordiéndose las uñas de rabia al ver a Duval ocupar su puesto de líder feminista.