Por lo que estamos viendo a nuestro alrededor, la farsemia climática está teniendo menos éxito que la sanitaria. Incluso los más despistados y oficialistas miran con recelo cuando les hablan de ello y les cuentan que su coche diésel de hace 15 años le está haciendo un daño irreparable al planeta, mientras los mismos que le están diciendo eso no se apean de su jet privado y de sus potentes coches oficiales.
Pero como vivimos en el mundo del descaro y la desvergüenza, esos mismos que están contando esas batallas son capaces de hacerlo, a pesar de que tengan su hemeroteca plagada de contradicciones que acaban dando la razón a los ahora «negacionistas».
Y al igual que sucedió antes con el tema sanitario, ahora no hay más que tener la paciencia de buscar y echar la vista atrás para darse cuenta de cómo mienten y con qué descaro lo hacen. Pero todos los oficialistas sin excepción, porque estamos en la dictadura del discurso único y la persecución hacia quien, simplemente, piense un poco y trate de razonar con una lógica que tiende a desaparecer.
Un usuario de Twitter nos ofrece un nuevo ejemplo: Diario «La Razón» y programa «Documentos TV» de Televisión Espantosa, año 2018 (tampoco hace tanto tiempo): «La manipulación deliberada del clima, en Documentos TV«:
«Archivos descatalogados de Estados Unidos demuestran que la geoingeniería se aplicó como arma climática en los conflictos de las décadas de los 60 y los 70 y provocaron lluvias torrenciales artificiales o sequías prolongadas para ayudar en las estrategias bélicas». Así empieza ese artículo pero, oigan, no sea usted loco y conspiranoico, lo del cielo de ahora son estelas de condensación y tal…
Cambio climático, una mentira mucho más grande que la de la farsa del covid, el problemas es que las masas de ignorantes se lo tragan, basta escuchar como hablan los borregos en el bus o en la calle, a mi me da asco ya esta sociedad que no es capaz de discernir ni razonar y se creen todo lo que vomitan los medios de comunicación terroristas, después salen unos sinvergüenzas que no quieren que la gente les llame por su verdadero nombre, a mi me daría mucho asco ser hoy periodista o locutor de los medios de comunicación de BlackRock que trabajan para Bill Gates y para el Foro Económico Mundial cuyo presidente es el transexual Klaus Schwab.
Cogito ergo sum
Divide et impera