Desgraciadamente, gracias a las políticas de género que están aplicando distintos gobiernos, nos vamos a tener que acostumbrar a ver más casos similares al que ha ocurrido en el Reino Unido con una criatura «transgénero» que se ha quitado la vida.
La noticia la recoge el diario británico ‘Daily Mail’ y relata la historia de Noah, que nació siendo niña y su nombre original era Lily. Con 14 años de edad envió una carta a sus padres para comunicarles que ya no quería ser una niña y que se identificaba como niño. Eso ocurrió 6 meses antes de quitarse la vida debido a la falta de asistencia psicológica que reclamaron sus padres.
Su madre, Lauren, contó la devastadora pérdida de Noah después de que se sintiera preocupado por regresar a la escuela con su nueva identidad de género tras las vacaciones de navidad. Había comenzado a restringir su alimentación en un intento por retrasar el inicio de su pubertad y su madre acudió a varios médicos para que fuera tratado «Lauren llamó a lugares, fue a los médicos, intentó en todas partes para obtener ayuda, pero era como si las puertas se cerraran en su cara.» comentaba su abuela. Nadie respondió a su llamada de ayuda.
Según asegura el medio británico, Noah fue tratado por anorexia en un Hospital y fue evaluado por un trabajador social que sugirió que necesitaba que lo viera personal especializado que pudiera ayudarlo con su disforia de género.
Pero eso fue parado por un cargo superior alegando que los médicos debían concentrarse en tratar su anorexia de forma aislada.
El adolescente estaba cada vez más nervioso y con ansiedad por regresar a la escuela con su nuevo género y finalmente se quitó la vida el pasado mes de enero.
Hace un par de años una periodista del diario estadounidense Wall Street Journal llamada ABigail Shrier, decidió escribir un libro titulado ‘Un daño irreversible: la locura transgénero que seduce a nuestras hijas’ y para ello entrevistó a psiquiatras, psicólogos, endocrinos…así como a adolescentes y padres. Un total de 200 entrevistas personales que ofrecieron testimonios muy valiosos. Incluso entrevistó a adultos transexuales y algunos que habían detransicionado, es decir, que se habían sometido a tratamiento y después se habían arrepentido. La conclusión que extrajo de las mismas fue que existe una «moda transgénero» o «fiebre de género» que puede producir un «daño irreversible» en los adolescentes.
Hacerse trans es una aparente ‘solución’. La víctima gana prestigio y atención. Por eso la autora se permite censurar la «catastrófica negligencia» de las autoridades sanitarias.
Asegura que se trata de una trampa de graves consecuencias psicológicas e incluso de «daños irreversibles» en caso de mutilación.
En el 70% de los casos este tipo de confusiones infantiles o adolescentes se pasan. Es una disforia pasajera. Por eso la periodista es partidaria de esperar y tomar decisiones cuando realmente se sea adulto.
Con tanto cambiar de «género» ya confundís a la peña. Si es niña y «se transformó» en niño durante 6 meses, seguía siendo niño. No líen a la gente.