Que las «banderillas» eran peligrosas, ha sido algo que, en nuestro caso, hemos sospechado desde el primer día. Había algo que, desde el minuto cero, nos decía que lo que estábamos viendo no era normal y que nos enfrentábamos a algo terriblemente peligroso.
Y aunque han sido muchos los que han estado de acuerdo con nosotros desde el primer momento, son muchos más, incluso los más cercanos, que nos han tomado por tontos «conspiranoicos», por «magufos» y por cientos de cosas más, haciendo más caso a todo lo que se les dijera desde el oficialismo y pinchándose todo lo que les mandaran ponerse.
Y hemos llegado hasta ahora, que ya son muchos meses los que llevamos viendo las consecuencias. Tantas consecuencias, que incluso ha nacido una nueva palabra en español, «repentinitis», que define, perfectamente, todo lo que está pasando, cuando estamos viendo tantas muertes «repentinas», a las que no se da explicación alguna.
Llegados a este punto son tantas las pruebas que se van acumulando, que no podemos evitar extrañarnos cuando vemos que tantos «engañados» supervivientes siguen sin querer verlas y siguen defendiendo el discurso oficial. Y es que ya no sabemos si no se enteran o si, simplemente, no quieren saber nada como una especie de protección psicológica que han adoptado para vivir más tranquilos.
Pero ahora, con este asunto, ya no hay tanta censura en Twitter como había antes y los usuarios de esta red social comparten muchas más noticias de las que podían compartir antes. En estos momentos hay una tendencia #Repentinitis en la que pueden encontrar todas las noticias que, sobre este asunto, se han producido en los últimos días.
Invitamos a todos los «engañados» a que las vean. Cuando antes se den cuenta del problema, antes encontrarán la solución. Es probable que muchos todavía estén a tiempo.
https://twitter.com/search?q=%23repentinitis&src=trend_click&vertical=trends
Cuando sueltan cuerda, luego apretarán. Hay que unirse y no dejarse pisar, y menos matar.