Las alfombras de Marta

Artículo de Ana Tidae

La inmigración masiva y descontrolada es un engaño. Es uno de los principales, si no el principal, de los engaños igualmente masivos con los que han sido bombardeadas las naciones occidentales para su aniquilación. Ni es un “error” ni es resultado del idealismo y la buena fe. Podría argumentarlo concienzudamente, dada la ventaja que me da haber sido consciente de la mentira y el ataque desde que se inició sutilmente hace más de treinta años y mi natural actitud de analizar la realidad bajo infinidad de parámetros, pero ocuparía un espacio enorme. La parte en la que razono por qué el racismo y la xenofobia no tienen nada que ver, son menos que accesorios, me aburre mortalmente explicarla dado el desgaste inútil que sufrí en su día con agresivas hordas de trolls cerriles (ahora sé que de granja con manual de instrucciones), cuando todavía casi nadie cuestionaba el tema,  aunque naturalmente puedo hacerlo si se requiere.  En cualquier caso, las personas conscientes de la realidad y con una comprensión del mundo no atrofiada, ni puramente utópica ni infantiloide ni alienada por los medios de masas  tampoco necesitan densas explicaciones para saber por sí mismas que todo se ha tratado de un engaño corrosivo perpetrado con numerosas estrategias. Lo único bueno de la plandemia covidiana es que a día de hoy hay más personas capaces de entender los paralelismos y mecanismos de los planes de mentes diabólicas  facilitados y ejecutados por una combinación de corruptos, idiotas y borregos sobre la base de una manipulación mental  intensiva y una colonización de los estados por agentes. Al fin y al cabo todos los planes responden a un patrón calcado.

Mienten algunos apologetas europeos de la mal llamada multiculturalidad cuando ¡ahora! tímidamente empiezan a mascullar que la integración de la inmigración “ha fracasado”. No ha fracasado, puesto que ha evolucionado de la única forma que podía hacerlo. Visto desde la perspectiva de la “élites” que la pergeñaron está siendo todo un éxito. De hecho la inundación inmiscible de inmigración ha venido acompañada en todo momento de medidas ingeniadas para hacerla, ya no “fracasar”, sino para asegurarse de que acababa en catástrofe ineludible. De nuevo, esto sería muy largo de explicar, pero fácil de entender, salvo para esas masas de personas de pensamiento –cuando lo hay-  solipsista, pueril y materialista. 

Teniendo desde hace muchos años la certeza de que la inundación política, mafiosa y lobbista de masas humanas antropológicamente dispares y bajo políticas deliberadamente contraproducentes y suicidas (educativas, policiales, sociales, legales, mediáticas)  llevaría a los países a una situación calamitosa, anticipé también -no hace falta ser ningún genio- que llegaría el día en el que algunos gobiernos y partidos acorralados por la realidad explosiva intentarían in extremis sacudirse el problema,  como reacción refleja. Pero dado que también era consciente de lo firmemente anclados que están  la hipocresía y el lavado de cerebro conductista en todos esos fomentadores de la invasión y el “progreso” (todos ellos sin excepción gente que no iba a tener ningún contacto directo con las gentes que traían irresponsablemente, ni la menor intención de tenerlo, léase Galapagar) anticipé que dicha sacudida se haría manteniendo la pose hipócrita y revistiendo de palabrería fraudulenta  y jugadas bajo mesa –como lo hacen todo- su proyecto de “reordenación”.  Mi mayor pesadilla era que nos utilizarían a nosotros, los aborregados, indignos, traicionados  y retardados españoles como solar polvoriento en el que sacudir las alfombras enérgicamente. Mis viejas deducciones ya se están materializando. EEUU está siendo invadido con millones de extranjeros por el partido globalista/demócrata, quien para sobreactuar su papel impostado de “progresista humanitario superior moral e intelectual” como vienen haciendo en todos los países en los que aplican su manual de embaucamiento y engaño, mientras abrían de facto las puertas  los gobernadores y alcaldes de algunos estados y capitales del partido demócrata despreciaban los llamamientos de los republicanos a la cordura y la ley, y la protección de las fronteras, la seguridad de los ciudadanos  y la esencia de la nación. Los Demócratas proclamaron que las ciudades gobernadas por ellos serían “ciudades santuario” (sic) donde los inmigrantes serían acogidos de mil amores y protegidos. Eso afirmaban mientras organizaban las rutas reales de invasión hacia los estados republicanos fronterizos. Hasta que el gobernador de Florida tuvo la feliz idea de poner en un avión a cincuenta (¡sólo cincuenta!) recién llegados y mandarlos directos a Martha’s Vineyard, el lugar de superlujo donde viven los Obama y multitud de podridos multimillonarios que votan casi unánimemente al partido woke. Los pijos millonarios tardaron menos de un día en  montarlos en un autobús y echarlos, aduciendo que no tenían ninguna instalación ni logística para atenderlos (ni siquiera en sus mansiones), aunque ahora compruebo que la big tech y los mass mierda woke han reescrito la anécdota al puro estilo 1984. Desde aquello muchos de esos inmigrantes están siendo reenviados desde Texas y Florida a las ciudades “santuario” que empiezan a lloriquear por la situación y a suplicar que “alguien” se los lleve, como hicieron los alcaldes –demócratas y negros- de Nueva York (“la crisis migratoria acabará por destruir Nueva York”, gimoteó Eric Adams) o Chicago, este último ya al borde del colapso nervioso. De modo que las cartas ya están sobre la mesa. Ya es un hecho fehaciente que los “progresistas”  detestan a las castas intocables y los parias cuando tienen que verlos de cerca y gestionarlos, luego queda demostrado irrefutablemente que lo único que han hecho a lo largo de las décadas es mentir y fingir y recurrir a esas personas para vender humo abstracto y enriquecerse con ello. Y eso que a los de Martha’s Vineyard les enviaron una remesa muy modosita de familias, a diferencia de las narcobandas salvajes que están sembrando el terror en otras ciudades estadounidenses. (Quien se esté ofendiendo por términos como limpieza o alfombras referido a seres humanos que se sacuda su propia hipocresía y sus adoctrinamientos sobre “igualdad” y piense en qué tipo de seres humanos son dañinos e indeseables en cualquier palmo del mundo;  eso incluye a cierto expresidente español  haciendo el mal en Venezuela o a los pedófilos españoles volando impunemente a por niños a otros países o a aprovechar mano de obra barata y con menos derechos, lo cual descarta el “racismo”, el etnocentrismo y el clasismo como vacua acusación).

En Europa ya se están produciendo los mismos movimientos de sacudida disimulada de moquetas. La embustera e hipócrita Europa, no me cabe ninguna duda, va a hacer todo lo posible por limpiar sus países del centro y el norte de todo ese material sin control de calidad que se han traído en pleno paroxismo de corrupción, envenenadas doctrinas puramente teóricas para idiotas profundos, “agendas” por encargo, mentiras e hipnosis delirante, y qué mejor que “reasentarlos” (así lo llamarán) por el sur, en la “España vaciada” (otro obvio truco que también señalé como engaño), de forma que puedan seguir llenándose la boca con que la Europa “de los valores” no expulsa a nadie, ya que oficialmente seguirían en Europa, pero por supuesto en la parte sucia de los PIGS, la de l’Afrique que commence aux Pyrénées, que es la consideración que nos tienen. Mención especial al Reino Unido endosándole a Ruanda su “excedente” migratorio sin importarle un pito que dicho país quede desestabilizado y alterado. 

También era muy predecible que el profundo racismo endogámico, el clasismo y el odio cavernícola de los nacionalistas catalanes y vascos terminaría intentando expulsar a todos esos “nuevos vascos” y  nous catalans que trajeron dándose autobombo de progresistas modernos y europeos avanzados, humanitarios y supercivilizados con la única finalidad de sumar sus votos, pero con el plan de expulsarlos, tras utilizarlos, hacia “el sur del Ebro”, del que no es que quieran separarse y si te he visto no me acuerdo, es que quieren verlo arrasado y en régimen de servidumbre eterna hacia sus “razas” supremacistas, ruines y avaras. Esta era  la obvia razón  por la que Junts, un partido que forma parte de la judería internacional que es la que se ha encargado de inundar de inmigración inasimilable todos los países en los que actúa (o sea, casi todos), pretende hacerse cargo de la inmigración en España. Para echar de Cataluña a todos los nous catalans de los que se han aprovechado  pero que están destrozando y desbordando su región elegida  y haciéndoles gastar ‘la pela’. ¿Quién puede sorprenderse? ¿Dónde estaba la lógica de que gente que ha estado llamando colono invasor a una persona de Huesca o de Albacete y asesinando y mutilando a gente sólo por ser española de repente sienta un amor infinito, paciente e incondicional por legiones de magrebíes y africanos de origen desconocido? Obviamente, mentían. En el parlamento catalán siguen haciendo callar a Garriga cuando señala la relación, clamorosamente obvia y fácil de entender en sus multifactoriales explicaciones, entre inmigración masiva y descontrolada  y aumento exponencial cuantitativo y cualitativo del crimen. Quieren seguir pareciendo “antifascistas” y “progresistas”, pero van a empezar a llenar autobuses y trenes con destino al “sur del Ebro”, con régimen fiscal único, con la brutal deuda corrupta encasquetada al resto, y con mecanismos que crearán para seguir expoliando a España como llevan haciendo toda la vida. Ni el nacionalismo catalán ni el vasco quieren una independencia total, quieren y siempre han querido una “federación asimétrica”, es decir, esclavitud económica y de servicios y mucho terreno para usar de vertedero, tanto de residuos nada ecológicos (aquí un ejemplo) como de seres humanos que les repugnan. 

Y para qué mencionar a Marruecos y Argelia vaciando literalmente sus cárceles en nuestras calles. La gente malvada se aprovecha de los imbéciles y los débiles todo lo que puede, y además gozan  haciéndolo. Basta ya de hipócritas y pardillos simulando no conocer esta ley subhumana fundamental.

En resumen: la inmigración masiva es un monstruoso engaño que se ha implantado con política de hechos consumados a base de corrupción, sobre una población hipnotizada para aceptarlo y resignarse, y entra ya en la predecible fase en la que los que la han provocado, fomentado y aprovechado, que son sin excepción psicópatas supremacistas infinitamente más racistas que aquellos a los que han estado llamando racistas y xenófobos, que no somos sino personas ultrarrealistas, analíticas y sensatas, van a “ordenar “ su caos a su manera, pero sólo apartándolo de su vista inmediata y de su responsabilidad directa. Sacudiendo las alfombras con aquellos y sobre aquellos a los que desprecian profundamente y persistiendo en autoproclamarse progresistas, humanitarios y filantrópicos con destellitos de purpurina y sonrisa blanqueada.

¿Vamos a dejar que se salgan con la suya todos estos nazis ricachones farsantes y miserables?