viernes, diciembre 5, 2025
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De pestes y jabalíes

Por Alfonso de la Vega

Los jabalíes fueron un grupo de fieros diputados de extrema izquierda pro separatista que dieron la nota subversiva durante las Cortes Constituyentes de la Segunda República Española. El nombre les vendría por un discurso de Ortega el 30 de julio de 1931 durante la discusión parlamentaria del polémico Estatuto catalán y en el que el filósofo sostenía que “hay, sobre todo, tres cosas que no podemos venir a hacer aquí: ni el payaso, ni el tenor, ni el jabalí”.

Casi todos los jabalíes estaban vinculados al federalismo, nombre equívoco o polisémico que en España significa más bien históricamente disolución, caciquismo, golpismo, violencia. Entre ellos los más famosos fueron Ramón Franco y Ángel Samblancat, elegidos como republicanos federales en las listas de la siniestra Esquerra Republicana de Catalunya por la circunscripción electoral de Barcelona capital Y el comandante Antonio Jiménez y el capitán Salvador Sediles, diputados ambos por Extrema Izquierda Federal.

Pero ahora se han detectado nuevos nocivos jabalíes, aunque afectados por la peste porcina africana o ¿catalana? Según las estadísticas, Aragón es ahora la región máxima productora de porcino, seguida de Cataluña. Lo de la peste es un desastre que pudiera terminar resultando tremendo para nuestra cabaña ganadera que se juega muchos millones de euros y acaso un retroceso de años en la cría y comercialización internacional de sus productos. Y otra posible vuelta de tuerca, como la de la gripe aviar para secuestrar y asesinar gallinas, dentro del proceso de generar hambrunas artificiales en castigo del pueblo.

En efecto, cabe recordar que España es el principal productor de porcino dentro de la Unión Europea y el tercer mayor productor a nivel mundial. Su producción anual supera los 4,8 millones de toneladas de carne, de los que se exportan unos 3 millones con un censo de unos 34 millones de cerdos. El sector porcino en España es uno de los subsectores más importantes de nuestra ganadería, se estima que genera unos 38.000 millones de euros anuales y proporciona más de 400.000 empleos directos e indirectos, toda una política para la “España vaciada”. En el caso de la taifa catalana el “conseller” de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Generalidad, que responde al nombre de Òscar Ordeig, ha explicado que el brote de peste porcina africana amenaza 3.000 millones de euros en exportaciones para Cataluña, incluyendo 1.000 millones correspondientes a países de fuera de la Unión. Un crecimiento de casi un tercio en la última década, aunque con desafíos como la sostenibilidad, la normativa y los costes de producción. Una producción intensiva diferente de la extensiva en zonas adehesadas.

La peste porcina africana llevaba erradicada de España desde los noventa. Su inoportuna reaparición hoy está ligada a la proliferación de jabalíes provocada por la estulticia gubernamental que en su afán devastador obedece las locas jeremiadas de ecologistas, animalistas, señoritas cursis y demás gentes ignorantes o atropelladas de similar jaez. La Generalidad ha difundido una imaginativa especie oficiosa provisional según la cual la culpa la tendría un bocadillo. No lo dice pero parece que se sobreentiende la intención: el bocadillo debía ser de algún malvado charnego envidioso de las glorias catalanas.

Pero la cosa es más seria. Con la complicidad del Gobierno de Su Majestad la Generalidad había desmantelado al SEPRONA de la Guardia Civil en la región y la incompetencia catalanista tardó poco en salir a reducir. De modo que es muy posible que el sectarismo haya podido influir en la reaparición de la plaga. Una muestra más de la peligrosidad para la sociedad de ciertas ideologías. Pero el ridículo de los catalanistas con este penoso asunto resulta casi artístico ¿Para qué se eliminaron las competencias del SEPRONA especializado de la Guardia Civil a favor de los Mozos y agentes forestales regionales, si al final tienen que recurrir al gobierno?

Otra versión sobre el origen de la peste porcina «catalana», no incompatible sino complementaria, aún resultaría más comprometedora. Se especula en las redes con la influencia que haya podido tener un laboratorio que investigaba la Peste Porcina Africana (PPA) muy cerca de donde se ha detectado el brote del virus y cabe la pregunta: “¿Casualidad? ¿Accidente? El llamado en lengua local Centre de Recerca en Sanitat animal (IRTA-CReSA) es la institución de referencia en Cataluña en salud animal y está ubicado en el Campus de la Universidad Autónoma de Barcelona, en Bellaterra, una localidad al lado del municipio de Cerdanyola del Vallès, donde se han localizado los nueve casos confirmados. Jaimito dice que las casualidades no existen y yo le creo.

La polémica agencia oficial anti bulo “Maldita.es” dice haber preguntado al Centro si trabaja con el virus, pero en el momento de escribir este texto aún no lo habría desmentido: “Desde Maldita.es hemos preguntado al Centro si trabaja con el virus PPA, ya que en su página web aparece como una de sus líneas de investigación pero a las 14:00 horas de este 3 de diciembre el CReSA no ha contestado. En declaraciones al Diari Ara, fuentes de CReSA que no identifican aseguraron no haber detectado ninguna incidencia en los protocolos de seguridad en los últimos tres meses. A 3 de diciembre, la principal hipótesis del origen del virus, según la Generalitat, es que sea un alimento contaminado, pero la investigación sigue abierta.” 

No hay que levantar falso testimonio ni adelantar acontecimientos hasta que la cosa se aclare si es que alguna vez se aclara, pero con los catalanistas se suele cumplir eso del piensa mal y casi seguro que aciertas. 

Pero otra cosa chocante es la prisa con la que la señorita Robles tan distante, olímpica y pasota cuando se trataba de salvar la vida de los valencianos súbditos de la taifa pepera, ahora dado que el jefe de ésta es de su misma cuerda salga “escopetá” cuando son los jabalíes y la población porcina catalana la que se haya en supuesto peligro. Todo coherente y ejemplar como el hecho de que los nacionalistas recurran al auxilio de las “fuerzas de ocupación”. Hay que desmentir que la Casa Real haya confirmado que don Felipe con su vistoso uniforme de capitán general de los Ejércitos, versión de faena de camuflaje, dirija las batidas azuzando heroicamente a rehalas y perreros.

En todo caso, sea cual sea la auténtica responsabilidad del laboratorio sospechoso, a ver si escarmentamos de una vez antes de que haya más desgracias causadas por caprichos, frivolidades, de gentes frívolas, incompetentes o incluso malvadas y protegemos el noble ejercicio tradicional de la caza. Controlando la proliferación de jabalíes, zorros y otros animales capaces de propagar epizootias y a fin de mantener un cierta homeostasis en los ecosistemas.

Y ya puestos, parece obligado el que de la famosa partida del fingido «España nos roba» empecemos a descontar todos los onerosos costes que la taifa catalanista provoca.

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