Por David Azañón (Subinspector 87713)
Las siglas ENP podrían corresponder a Estercolero Nacional de Políticos aunque pueden corresponder a Escuela Nacional de Policía, más conocida como la escuela de Ávila de la Policía Nacional.
La Escuela es un lugar al que llegas una ilusión enorme, salvo los que sólo quieren un puesto de funcionario – en el peor sentido del término – o los ególatras viceversos y viceve
https://eldiestro.info/2025/
Es un lugar donde una inspectriz, que nos manifestó a muchos allá por el año 2002 que no portaba nunca su arma de fuego porque le daba miedo y que cuando iba a Madrid bajaba todos los seguros de su coche porque le daba miedo. Esa misma inspectriz que estuvo toda su trayectoria profesional dando clases sobre sandeces de género que ascendió a comisaruria y regentó o regenta un chiringuito de género. Sencillamente magnífico. Me pregunto por qué me viene a la memoria una cita de Platón:
La diferencia entre los animales y los humanos, es que los animales nunca permitirían que el más tonto e incapaz de la manada los guíe.
Como decía, a Ávila llegas con unas ganas terribles de proteger el libre ejercicio de derechos y libertades, mantener el orden pública y proteger la seguridad ciudadana establecida en el archiconocido, entre los policías, artículo 104 de la Prostitución española de 1978.
Y digo que se te quitan las ganas porque, siendo la Policía Nacional un instituto armado de naturaleza civil y no militar, nada más llegar puedes comprobar cómo tu derecho a la intimidad y a la inviolabilidad domiciliaria queda en un limbo en el que cualquiera puede acceder a tu habitación e, incluso, llevar a cabo un registro de tus pertenencias, por si pudieran encontrar algo tan grave como comida. Eso sí, las RR.SS. están plagadas de vídeos del interior de esas dependencias de viceversos denigrando la imagen de la Corporación.
Seguidamente compruebas lo deficiente de la formación, de la calidad de la comida – véase operación Grapa –
de la organización, del material, profesores desactualizados, salvo honrosas excepciones, que viven en chalets a costa del contribuyente, etc.
El único atisbo de profesionalidad es la sección donde se ubican a los Subinspectores que han aprobado la oposición de ascenso a inspector denominada la charca de los caimanes. A pesar de que tal calificativo lo instauraron para denigrar a los Subinspectores, lo considero un honor, pues en la citada charca ciertos profesores se cuidan de contar falacias como batallitas para novatos, etc. Digo que se cuidan dentro de un orden, pues siempre está la espada de Damocles para que expulsen al Subinspector que intente mejorar el aprendizaje de todos cuestionando la incompetencia de su desfasado profesor, ya digo a pesar de honorables excepciones.
El caso es que no soy el único que piensa así, sean de la escala o la categoría profesional que fuere, la realidad es la que es. Recientemente me abordó un desconocido quien tras preguntarme si mi nombre era el que es, me confirmó que él era, un vocacional Policía Nacional de Cataluña (sic). Yo le respondí que no me cabía duda de su vocación pues cualquier catalán preferiría ganar mucho más dinero en su región, a pesar de estar al servicio del independentismo. Tras lo cual añadió: Que sepas que eres mi ídolo, he leído tu libro y he escuchado todas tus entrevistas. Ningún otro Policía Nacional expresa lo que yo pienso sobre la Corporación, ni si quiera Samuel Vázquez u otros. Es más me engañaron en Ávila pues me hicieron una entrevista en catalán prometiéndome adjudicarme un puesto en el área de Información en Cataluña y me tienen haciendo el DNI (sic).
Evidentemente yo me sentí sumamente halagado por sus amables palabras añadiendo que, probablemente, Samuel y otros se encuentran en otra situación personal y profesional, distinta a la mía, y que estoy seguro de que pensamos todos lo mismo. Finalmente añadió: Por cierto, fui a régimen disciplinario y te hice caso. Como dices en tu libro comparecí con abogado particular y no del sindicato, llevabas razón archivaron el procedimiento (sic).
Recientemente la Policía Nacional ha publicitado a una muñeca llamada Gala, dicen de carácter solidario. A mi me suena a la solidaridad del tipo de la baliza V16 de la DGT.
El caso es que en la Escuela, presuntamente, a pesar de que es vox pópuli, alguien está presionando – no deseo proferir otras expresiones más duras – a los alumnos de las aproximadamente, sesenta secciones, para que compren una muñeca por sección, como mínimo.
La muñeca cuesta unos sesenta y cinco euros (65€) que más gastos de envío alcanza los setenta y cinco eurazos (75€). Esto se lo han comunicado, verbalmente, a los delegados de cada sección (equivalente a delegado de clase) añadiendo que el que se niegue debe comparecer ante cierto responsable. ¿Y si hubiera grabaciones de tal orden ilegal?
Los sindicalistos policiales se han hecho eco de la noticia pero dudo mucho que vayan a hacer algo más. Si yo, un Don Nadie, conoce el cargo e identidad de alguno de los presuntos presionadores, ellos también los conocerán. Enésimo brindis al sol sindical.
Evidentemente cada alumno saldría aproximadamente a un euro con veinte céntimos (1,20€) pero no es una cuestión de dinero, los alumnos perciben unos cuatrocientos euros líquidos al mes, sino que se trata de un atentado contra libertad.
Algo solidario, aunque me río de tal calificativo, debe ser voluntario. Es como la presunta solidaridad para con otros países o con inmigrantes ilegales, mientras nuestros compatriotas ancianos, damnificados por la gota fría o el volcán de La Palma son abandonados a su suerte. ¡Qué fácil es ser solidario con el dinero de otro! Recordemos que el día de la liberación fiscal en España se produce, de media, a finales de agosto.
Para una vez que Dani Martín, antaño vocalista de El canto del loco, manifiesta algo digno de reseñar, va y se retracta. Efectivamente Daniel, llevabas razón y hago mías tus palabras: Os animo a que no votéis a nadie. A nadie. Para que se den cuenta de que no nos representa ninguno, absolutamente ninguno.
Y añado que el que crea que en España ha habido democracia es que no tiene ni idea del país en el que vive ni ha leído un libro en su vida.
España es un país fallido.
Europa está dirigida por los mayores corruptos del continente.
No es incompetencia.
No es negligencia.
No es dejadez.
Es un plan preconcebido y criminal llamado Agenda 2030 que es esa agenda cuyas furcias, sean operativas o mediáticas ocultan la existencia de un biolaboratorio donde se estudiaba la peste porcina africana a muy poca distancia de donde se inició el “primer brote” en Cataluña.
Son las mismas mentiras covidianas o ucranianas.
En breve les toca a los extraterrestres.

