martes, noviembre 25, 2025
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Fastos contra datos

Por Alfonso de la Vega

Con algún descrédito entre la gente común siguen las celebraciones del cincuentenario de la Monarquía con más muestras de que en realidad tenemos un Estado fallido. Nos vamos superando en todo lo malo en nuestro imperturbable viaje con destino al vertedero de la historia.

La propaganda más infame, sectaria o encanallada del Régimen trata de desacreditar a los ciudadanos que reconocen importantes valores y conquistas sociales históricas en la fructífera etapa anterior. En un reciente texto muy oportuno, lúcido y de gran interés titulado ¿Estamos mejor o peor? publicado en su blog fpcs, don Fernando del Pino Calvo Sotelo muestra con datos algunos aspectos importantes de tal deriva. Me permito reproducir aquí unos fragmentos:

“…el PIB español per cápita creció entre 1949 y 1974 el triple que durante los primeros 25 años de democracia y el séxtuple de lo que hemos crecido bajo el euro…. Este espectacular crecimiento, fruto del esfuerzo y el sacrifico de la generación de nuestros padres y abuelos ―que se logró sin recurrir al endeudamiento público―, significa que en 1974 los hijos tenían una renta cuatro veces superior a la que habían tenido sus padres a su edad, lo contrario de lo que ocurre hoy. Asimismo, desde 1974 el paro se ha multiplicado por tres y la deuda pública por quince. De hecho, la España de la democracia ha tenido una tasa de desempleo medio del 16%, cuatro veces la que tenía en 1974. Por lo tanto, la consigna de que el régimen constitucional del 78 ha sido «el período de mayor paz y prosperidad de nuestra historia» es falsa. Sí ha sido, sin embargo, el período de mayor prosperidad para nuestra clase política, que nunca se ha visto en otra (quizá por ello ellos mismos inventaron la consigna).

El segundo indicador es el de convergencia, que mide el acercamiento de la riqueza española a la media de países de nuestro entorno desde 1960 a la actualidad, esto es, el cociente entre la renta per cápita española y la renta per cápita de la OCDE. Los datos son, una vez más, contrarios a la creencia popular, que confunde crecimiento absoluto con crecimiento relativo… desde 1959 a 1974 la renta per cápita española creció mucho en términos relativos, pasando de un 65% a un 90% de la media occidental. Desde 1974 a 1998, sin embargo, la tendencia se frenó, formando una especie de catenaria. Durante los años de la burbuja (2000-2008) España mantuvo una renta per cápita de alrededor del 90% de la de los países de la OCDE, pero tras la explosión de la burbuja, cayó de nuevo y no ha vuelto a recuperarse. Esto significa que la renta per cápita de España comparada con la de los demás países desarrollados es hoy inferior a la que había en 1974, o sea, que en términos de convergencia no hemos avanzado nada en medio siglo.

Un tercer dato. Un indicador habitual de desarrollo económico de cualquier país es el número de vehículos matriculados. Pues bien, según la DGT, a pesar del aumento de la población adulta en España se matriculan hoy más o menos el mismo número de turismos que en 1990 (hace 35 años), mientras que el número de matriculaciones de motocicletas (vehículo típico de países subdesarrollados) se ha multiplicado por dos. Aunque existan otros factores exógenos, esto suele ser un síntoma de empobrecimiento.

El último indicador económico es el acceso a la vivienda. Según el Banco de España, en 1985 se necesitaban menos de tres años de renta bruta disponible de los hogares para pagar una vivienda. Hoy el coste medio de la vivienda equivale a casi ocho años de renta bruta disponible.”

El problema de la vivienda, especialmente grave entre los jóvenes, es insoluble mientras se mantenga la suicida política de fronteras abiertas. El flujo de entrada de inmigrantes es muy superior al de construcción de nuevas viviendas para alojarlos.

El texto citado desgrana también otros insuperables “logros” de la Monarquía en lo social, sobre todo con la inducida desestabilización de la familia y sus consecuencias, divorcios, abortos, hijos naturales, soledad y desarraigo… una devastación familiar a la que tampoco escaparía la propia dinastía.

Ahora bien, aclarado este punto en el que se muestra estadísticamente el parón o retroceso de la Monarquía respecto a la etapa anterior, podemos continuar con otros aspectos de actualidad.

Con la condena de todo un fiscal general, hito primorosamente artístico hasta ahora nunca igualado en nuestro entorno, otro escándalo que entre tanto fasto nefasto está pasando desapercibido es el de las negociaciones secretas de la PSOE para obtener el apoyo del condenado etarra Otegui y su banda a la moción de censura contra el inepto y cobarde Mariano que colocara al yerno del prostibulario en lo alto de la cucaña de la gobernación borbónica.

Que la PSOE y los herederos de ETA estén compinchados no es extraño, forma parte de su genotipo básico común aunque su fenotipo se manifieste de modo diferente e incluso se peleen de vez en cuando. A tan filantrópica comandita había que unir la de los felones nacionalistas sabinianos y los golpistas catalanes herederos de la impune banda de la familia Pujol. Capitalistas codiciosos y ventajistas parasitarios de los de los parias de la tierra y la famélica legión, todo sea para la mayor coherencia revolucionaria.

Con el siniestro y tramposo Frente Popular otra vez en el poder, ¿qué puede ir mal?

Pero aparte de la propia naturaleza o estructura de poder político institucional las causas últimas tienen un origen espiritual. Con el globalismo WOKE los países occidentales viven un proceso secularizador castrador sin un Ser Superior, ni Ley Natural, ni Bien ni Mal. Es como si nuestra cultura nunca hubiera existido. Tampoco a este fenómeno sería ajeno hoy la familia real.

El actual desastre tiene también causas externas. El valido es un psicópata que nos pastorea con la complicidad real como parte de un Plan internacional para instalar el globalismo ruinoso, liberticida, multiculturalista, “ecologista” y “feminista” dirigido a acabar con la España, cuna y defensora del catolicismo internacional y con él del humanismo que es base de las democracias modernas.

Como paradójico homenaje peculiar del socialismo a la Corona la tele oficial por antonomasia dedica parte de su programación de estos días a bonitas películas de promoción del tema tales como la intragable. ¿A dónde vas Alfonso XII? Para posterior bochorno artístico de Vicente Parra o Paquita Rico. O la vistosa trilogía de Sissi, con una joven y guapísima Romy Scheneider, virtuosa reina consorte cuyo cualquier parecido con la Letizia sería impostada coincidencia. Se completa el repertorio televisivo de afectado fervorín monárquico con otras a estrenar de realización propia sobre la mujer inglesa de Alfonso XIII.

Se comprende, pues, que ante un populacho cautivo y desarmado la sádica crueldad del socialismo ya carece de límites hasta conseguir sus últimos objetivos civiles y militares.

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