Por Alfonso de la Vega
En una reciente entrega comentaba la complicada situación político social en EEUU. Ahora se pueden añadir más datos que la corroboran. Trump está retrocediendo en popularidad y aceptación sobre todo en determinados «colectivos» como se dice ahora y la guerra civil larvada se ha manifestado de modo escandaloso con la elección del alcalde de Nueva York. Zohran Mamdani es un joven mahometano inmigrante nacido en Uganda pero de genealogía india e ideología comunista marxista, y al parecer furibundo odiador de todo lo que WASP significa. Una filantrópica criatura financiada por Soros. Lo tiene todo el buen mozo.
Viene a ser un ejemplar de la globalización y de personal sincretismo religioso, mahometano, hindú y marxista. Zohran Kwame Mamdani nació el 18 de octubre de 1991 en Kampala, Uganda, hijo único de la cineasta Mira Nair y del experto en temas coloniales Mahmood Mamdani. Lo de Kwame es en honor del primer presidente de Ghana. Sus padres son de ascendencia india; su madre es hindú del Punjab y su padre es musulmán, nacido en Bombay pero criado en Uganda. Sin embargo, sus abuelos paternos nacieron en Tanzania, como parte de la emigración india a África. Zohran ha vivido en su Uganda natal, en Sudáfrica, y luego en Nueva York, y acaso no deja de ser un excelente ejemplo de esa deslocalización o desubicación apátrida que desea y promociona el globalismo para favorecer mejor sus objetivos sin raíces, ni cortapisas patrióticas o religiosas. Si bien el Islam, en su caso, más que como una confesión religiosa se estaría introduciendo como sistema político social alternativo a la civilización cristiana occidental aunque transitorio.
Que un personaje de este jaez con treinta y cinco años y toda una futura hipotética trayectoria de posibles fechorías por delante haya sido elegido en la ciudad de Wall Street debiera ser motivo de estudio y análisis por los especialistas. ¿En verdad qué es lo suyo? ¿Resultado de la culminación del proceso woke de taimada subversión al servicio del gran capital plutocrático más despiadado o bien una etapa de un genuino movimiento revolucionario popular dispuesto a tomar las instituciones republicanas cuando apenas quedan demócratas?
Zohran no disimulaba por lo que no debiera engañar a nadie. Su programa electoral incluía diferentes propuestas propias de podemitas woke y lumpen vario. Asume todo el rollo woke de favorecer a colectivos variopintos vulnerando la cosa esa tan anticuada o propia de carcas de la igualdad ante la ley. Propone aumentar los impuestos para los ricos y toda una suerte de arbitrismos a cada cual más demagógico o incluso contraproducente. Así, por ejemplo, que el gobierno municipal cree y opere cinco grandes supermercados para reducir los precios de los alimentos, autobuses gratuitos, salario mínimo de 30 dólares a al hora, guarderías infantiles para todos, y facilitar el acceso a la vivienda, con la construcción de 200.000 nuevas viviendas sociales. Un objetivo difícil cuando en realidad se persigue el derecho a la propiedad y se manipulan arbitraria e imprudentemente los mercados. Pero el sarao lo pagarán “ricos y blancos…para que haya igualdad de oportunidades”. Incluso el hurto o el robo no sería delito ni debiera ser perseguido por una policía menguante. Es decir, el viejo mito del buen salvaje o comunista del “reparto” pero ahora con tintes racistas. Sin embargo, este programa ha sido apoyado no solo por inmigrantes sino por jóvenes blancos de clase media y por supuesto, por globalistas como el siniestro Soros que financia la operación. La llamada generación Z muestra su creciente desafección al sistema. Y los inmigrantes actuales, que no serían como los históricos, pueden colaborar como caballo de Troya para destruir la civilización no desde fuera sino desde las propias instituciones.
La escaramuza electoral de Nueva York la ha perdido el trumpismo sin apenas presentar batalla porque el candidato al que pretendía dirigir el voto, Cuomo, es otro impresentable. Algunos se malician que esto no es tanto incompetencia o ausencia de cantera honrada y fiable cuanto puro cálculo maquiavélico dirigido a fortalecer el trumpismo a medio plazo, cara las próximas elecciones. Con Zohran se daría cuerda al Partido Demócrata radicalizado woke para que se visualizaran sus tropelías y se produjese un efecto vacuna o dialéctico de reacción o rebote. Pudiera ser, pero no dejaría de constituir un gran riego pues el rojerío sabemos que es muy difícil que se deje desalojar del poder mediante medios pacíficos.
Vivimos tiempos apasionantes desde el punto de vista intelectual, pero también tan peligrosos que deberían poner los pelos de punta hasta el más pintado.