viernes, septiembre 26, 2025
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La peligrosa y costosa ideolog1a de género

Por David Azañón (Subinspector 87713)

La ideología de género o, como yo la defino, el paripé de género se podría definir como la capacidad para percibir las mismas retribuciones que un hombre, acceder y ascender con mayor facilidad a un puesto de trabajo por el simple hecho de contar con una vagina, además de quejarse y fingir ser víctima del patriarcado. Además si se trata de profesiones como la policía podemos añadir a lo anterior poner en peligro a su compañero y al resto de ciudadanos. 

Es un hecho que las mujeres generan entre un 40 – 60% menos de fuerza, que sus niveles de testosterona son ostensiblemente inferiores a los de un hombre, lo cual genera una menor capacidad de ejercer la violencia, en el boxeo profesional el KO se produce en los varones más de un 70% de las veces mientras que en las mujeres se produce en menos del 50%, nótese que las mujeres no luchan contra hombres.  

En el caso de la policía, quien ejerce – en teoría – la legitima violencia para proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades  y garantizar la seguridad ciudadana sucede lo mismo empero los 350 caudillos y sus furcias mediáticas se empeñan en repetir la falacia constantemente, mismo trabajo, mismo salario. Estoy de acuerdo pero es que en las policías no sucede esto en la gran mayoría de ocasiones, podemos ver este vídeo o miles más o pueden preguntar a los policías que conozcan personalmente o verlo en la calle durante alguna intervención policial. 

 

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Para acceder a la Policía Nacional lo varones deben realizar una serie de dominadas mientras que las mujeres deben sólo suspenderse de una barra, ambos deben correr 1.000 metros y hacer un circuito pero los hombres en menos tiempo.  

¿pero no habíamos dicho que mismo trabajo, mismo sueldo? 

Este dislate no acaba  aquí, para ascender existe un cupo vaginal, por tanto, tras pasar el test de conocimientos, los psicotécnicos cuando te dispones a leer el caso práctico ante el tribunal, formado por gente que está en un despacho y no en la calle pasando las de Caín, si te toca leer con una mujer, ella pasará, es decir que deberás ser mejor que los otros varones como tu. Si te tocan dos mujeres en tu tanda, que son de cinco en cinco, ya puedes haber realizado el mejor caso práctico que no aprobarás. Esto que digo se valora en las academias que preparan a policías en los ascensos. 

Sn embargo, lo peor es que en la calle no pocas mujeres policías permanecen inactivas, de miranda, mientras que su compañero varón se enfrenta a uno o varios delincuentes con ocasión del ejercicio de sus funciones. En más de una ocasión una policía se ha encerrado en el vehículo policial mientras su compañero policía recibía una soberana paliza. 

Resultado: poner en peligro a su compañero, cometer un ilícito penal y disciplinario que no se persigue, y en cuanto a lo de garantizar la seguridad ciudadana me da la risa. 

Con esto no quiero decir que todas las mujeres no valgan para la policía, algunas son muy válidas, lo digo de veras, pero lo son en una proporción muy baja. Los hechos son testarudos que diría el genocida de Lenin. Mismas pruebas, mismo salario, mismo derecho a la carrera profesional, la letrada Yobana Carril lo explica magistralmente.   

El caso es que los políticos, que usan a las mujeres para sus fines, a ninguno les interesa lo más mínimo las mujeres, ni los hombres, ni los mayores, ni los jóvenes, sólo les interesa alcanzar el poder o mantenerse en él, mientras se enriquecen, quieren “imagen” en la policía, les resbala la inseguridad ciudadana y la permeabilidad de nuestras fronteras, vamos la invasión que sufrimos. 

Si se han gastado en el Plan Estratégico para la Igualdad Efectiva, para el periodo 2022 – 2025 la friolera de 20.319 millones de euros, un 0,4 del PIB, para unas pulseras que no funcionaban, si las mujeres que son verdaderamente agredidas, distínganse de las que denuncian falsamente, no son protegidas – y que, aun así, son mucho más protegidas que el resto de víctimas de otros delitos, que parecen no existir –, si tampoco se protege, jurídicamente, a los hombres – mucho mayor en número que las maltratadas oficiales – víctimas de denuncias falsas por sus mujeres, denuncias falsas que tampoco son perseguidas, ya me dirán ustedes para qué tantos millones sino para que se enriquezcan los 350 caudillos y sus acólitos. Recordemos a los orcos feministas que fue David Rockefeller, enemigo de la humanidad como el resto de su familia y otras como los Rothschild, Soros, y otros, quien afirmó que “no podían permitir que la mitad de la sociedad no trabajase”.  

El hombre y la mujer son, al igual que un tornillo y una tuerca, una unión perfecta, y deben tener los mismos derechos empero son seres distintos. Existen profesiones eminentemente masculinas (policía, militar, conductor, ingeniero, celador, mozo de almacén, pescador, albañil, minero en estos tres últimos casos no hay mujeres, ni se manifiestan por acceder a esos puestos de trabajo), eminentemente femeninas (enfermera, profesora, secretaria, cuidadora, peluquera, dependienta, selección y empaquetado de productos) y de carácter indiferenciado (médico, abogado, juez, periodista). 

Todos los hombres, tenemos madres, hermanas, abuelas, tías, primas, amigas y amantes, sabemos esto, y las todas las mujeres, tienen padres, hermanos, abuelos, tíos, primos, amigos y amantes, también lo saben pero nos bombardean con el mensaje contrario para enfrentarnos. No se lo permitamos, somos distintos con los mismos derechos. Mismas pruebas, mismo trabajo, mismo sueldo. 

Sea usted hombre o mujer, plantéese varias situaciones, profesionalmente hablando, en las que preferiría a un varón y varias situaciones en las que preferiría a una mujer. 

No se trata de ideología sino de supervivencia.

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