jueves, octubre 30, 2025
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La Tercera Guerra Mundial

El asesinato de Charlie Kirk nos deja a las claras que en esta nueva contienda hay dos frentes. Por un lado, la izquierda, que lleva tradición criminal y asesina en la sangre, llena de odio y de deseos de venganza, viendo la forma de quitarte del medio como sea y los que defendemos el sentido común. Y digo sentido común porque defendemos la vida, la dignidad humana, el respeto, nuestros derechos más lógicos y, sobre todo, el de la vida, el cual. a estos psicópatas esparcidos por todas partes y muy desesperados por vernos muertos, todo porque no soportan la verdad ni una respuesta profunda. Como enfermos mentales, no sé si como retrasados que deberían de estar en un psiquiátrico, defienden la cultura woke, la destrucción de la sociedad, imponeros el satanismo y convencernos de sus grandes bondades llenas de cianuro de la mayor concentración ´posible y acabar con el cristianismo, siguiendo la tradición de la masonería que mueve los hijos de totos estos demonios.

Tienen un tupido ejército secreto que practica la guerra de guerrillas, empleando el chiste malo, el humor, el desprecio, el odio recalcitrante no podía faltar y el uso de mensajeros por todas partes como una serie de espías dedicarnos a controlar nuestras vidas hasta en lo más mínimo. Los que se llaman periodistas no son más que sicarios pagados que saben muy bien su trabajo que no es otro que expandir el conflicto y la división entre las personas de buena fe para que directamente se maten entre sí, induciendo no sólo al uso de la violencia, sino al de las armas si fuera necesario porque cuando un enemigo caen hacen su fiesta y lo celebran a lo grande o guardan silencio, para que otros empuñen otras armas, igual que en los tiempos de vaqueros, pero con la diferencia de que su propósito es convertirlo en un paria, en un ser que no puede estar en la sociedad porque no tiene derecho a nada. Sólo los que adoran al demonio todos los días tienen derecho a una dignidad, el resto de los mortales han de caer en las redes del infierno. Me refiero a Antena 3. Telecinco, cuatro y esas organizaciones de mafiosos y criminales mediáticos que cuando hablan es como si sacaran sus lenguas viperinas llenas de veneno.

Dado que el fin de esta horda de enfermos izquierdosos, esquizofrénicos y criminales es convencernos a la puta fuerza, como locos sin control, cuentan con medios legales, judiciales, gubernativos y administrativos, formados por una auténtica mafia se dedica a emplear el miedo. Silenciar al disidente mediante la censura es la forma más sibilina que tienen, expanden el terror como un virus que tienen muy bien estudiado y que saben como pueden manejar, contaminando todas las conciencias de mensajes como hacían en los colegios nazis cuando ponían los discursos de Hitler a los niños a todo volumen en los pasillos de los colegios. Sus normas no sirven para otra cosa que no sea esclavizar, controlar e impedir que digamos lo que creemos, lo que vemos con nuestros ojos, incluyendo sus crímenes y la justicia se emplea como ejemplo de lo que ocurre cuando sacas los pies de su lugar, te privan de tu libertad y te aíslan. No más que ver el ejemplo de las checas en la segunda república, repartidas por todo Madrid y que mataron a miles y miles de inocentes porque el mero de no ser republicanos, ni comunistas, ni socialistas, los mismos que están en la Moncloa bajo la representación del asesino mayor del reino: Pedro Sánchez.

El estado, de este modo, se ha convertido en una trituradora que desea barrer y tirar a la basura todo lo que no coincida con sus criminales ideas comunistas, con una tradición criminal de más de 200 años de historia. Mas, los tiempos cambian y han de variar su estrategia. Las revoluciones en las que prometían al pueblo hambre y miseria han dado lugar a otros donde mejor es controlar las mentes empleando ondas cerebrales desde las antenas 5G para tenernos sedados, aunque aquellos que se pusieron el veneno del covid en la brazo, las primeras víctimas inocentes de esta tercera guerra mundial, ya son una generación perdida, incapaz de emplear el sentido común, la crítica, la protesta frente al sicario criminal que da sus discursos políticos, y con unas tragaderas que su cerebro debe estar lleno de tanta mierda que, seguro alimenta a estos matones, ávidos de poder y de control sobre el alma humana.

Millones de víctimas que confirman el éxito de la operación Satanás en España, con una conciencia podrida e inútil, en la que los mensajes luciferinos se expanden en quienes dejaron de ser humanos para ser invadidos, no ya por un virus invisible, sino por una red  cuyo propósito es crear un ejército zombis que defienda la criminal ideología de la izquierda en cualquier momento, siempre que se sientan muy atacados y que, incluso, alguno de ellos sea capaz de empuñar un arma y disparar al enemigo que, despistado, defiende la verdad, o que justifiquen todas las bazofias y basuras de la izquierda política, incluso entre amigos, vecinos, familiares, y llegando a delatar y denunciar a todo aquel no esté conforme con su fascista y criminal sentido de la existencia. Cualquier puede ser un dictador puesto delante de nuestras narices, ya lo hemos visto con las mascarillas en la época del covid cuando la gente imponía su santa voluntad o si no llamaba a la policía y te veías con un buen marrón, todo por un ciudadano inculto que quisieras quitarte del medio en ese instante en una situación completamente surrealista.

La tercera guerra mundial, que se inició en el 2020, parafraseando a mi gran amiga Cristina Martín Jiménez, continua con nuevos rostros, nuevas ideologías fascistas y criminales, muchas impuestas hasta en los colegios (LGBI), el feminismo o las políticas humanitarias que llenan nuestras calles de criminales potenciales de Marruecos u otros países africanos, con el fin de hacer realidad el sueño absurdo y delirante de esta gentuza sin nombre. Llegarán otras ideologías o religiones diabólicas como la del cambio climático y otras más absurdas. El enemigo nunca descansa, pero nosotros tampoco y gran parte del discurso social, más del 50% está cambiando hacia el sentido común, lo cual los pone rabiosos y eso no nos debe dejar nunca bajar la guardia.

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