sábado, noviembre 23, 2024
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Hacen un nuevo documental sobre el caso del pub Arny en Sevilla

Estamos hablando de una leyenda española de los 90 que todos los que tenemos edad para ello recordamos, pero muchos estaban preguntando que fue de toda la película e incluso habrá lectores jóvenes que no tengan ni idea del tema. Pues aquí no vamos a hablar del documental sino del caso en sí, para que la gente vaya entendiendo de qué puede ir la cosa.

El pub Arny fue un bar de ambiente que fue fundado por dos socios, siendo uno de ellos uno de los implicados en lo que pasó a continuación. Una persona que salió del armario más o menos por esa época y dejando atrás una familia con hijos y todo. Una situación lamentable que hay que reconocer que ahora no sucede tanto como antes, porque en mi opinión no hay derecho a engañar de esa manera a personas con las que formas un proyecto de vida sin saber ni cómo eres tú mismo/a. Pero algo realmente grave se avecinaba en la vida de esta persona y de otras, muchas de ellas más conocidas que él.

Estamos hablando de un caso en el que se acusó a numerosos clientes o no clientes de este pub, algunos más conocidos que otros, servicios sexuales de varones menores de edad. Lo que toda la vida se ha conocido con el nombre un poco cruel de chaperos, pero es que toda la vida se trató de chicos muy jóvenes en situación económica y familiar desfavorable. Y muchas veces, como pasó con los menores involucrados en el caso del Pub Arny, se trataba de chicos que eran adictos a distintas drogas.

Uno de estos chicos de la calle fue el que empezó a denunciar en la policía la existencia de una red sevillana de prostitución masculina con menores. De forma inmediata, la policía empezó a vigilar el local y a los clientes que entraban y salían y se empezó también a instruir un sumario llegó a contar con numerosísimos testigos y presuntas víctimas.

A partir de aquí todo es bastante confuso, porque la verdad es que no existe demasiada información verificada sobre lo que realmente pasó, sí hay algunas teorías que tienen sentido y que podrían explicar este expediente X español.

Lo primero es aclarar que es muy difícil investigar un tema de éstos y más si se trata sólo de meras acusaciones verbales sin pruebas físicas que acrediten que haya habido abusos o violación. Porque ya sabemos todos que los listos de siempre lo arreglan todo creyendo a la víctima presunta, pero si el Estado de Derecho se carga la presunción de inocencia deja de existir inmediatamente y cualquiera podríamos ser cualquier cosa. Las cosas hay que demostrarlas y para eso tienen que emplearse a fondo Fiscalía y Policía. Pero la verdad es que se estableció un juicio público paralelo que fue bastante lamentable, pues la gente no suele dudar de que el acusado que aparece en televisión es culpable, simplemente, por salir ahí.

Además, estamos hablando de testimonios que son de unos chicos con muchos problemas de todo tipo. Inclusive, al menos uno de los testigos principales reconocería más tarde que fue presionado por policías de Sevilla para iniciar toda esta trama. Y el caso quedó prácticamente resuelto sin apenas condenados dentro de la lista larguísima de implicados investigados. Pero a mí me llama la atención que una acusación tan dura contra la policía por parte de una presunta víctima pasara por alto sin pena ni gloria.

Por la parte que me toca, como conozco bien la justicia de mi país, lo primero que quiero decir es que no tiene ningún sentido alargar tanto las investigaciones si no se aportan pruebas definitivas durante la instrucción. Una situación que me recuerda al desastre de instrucción y el aplazamiento absurdo de tantos años del juicio del 11M para luego hacer esa birria de sentencia. Eso sólo sirve para alargar el calvario de los inocentes, que pudo haber muchísimos en este caso Arny, pues el ser cliente del pub o ni siquiera eso no es un delito de nada. La acusación era por corrupción de menores y no se pudo demostrar en la mayoría de casos, en especial en los nombres famosos que saltaron más a la palestra.

Javier Gurruchaga, Jesús Vázquez, uno de los Morancos y hasta un juez de menores de Sevilla terminaron involucrados en la larga cuerda de presos de un procedimiento que se alargó demasiado y que supuso un escarnio absurdo para personas que al final no fueron condenadas por nada.

Una acusación gravísima que además tuvo un impacto mediático increíble, justo después de la Expo de Sevilla y de la Olimpiada de Barcelona del 92, pero que no se acabaría de resolver hasta bien entrado el año noventa y seis. Precisamente cuando se produce el final del Felipismo y el inicio de la era Aznar, por lo que muchos se han inclinado a pensar que todo se trataba de una manipulación mediática con fines políticos.

Las cloacas judiciales y policiales, muchas veces, funcionan en conjunción con otros clanes en lo político y actúan en bloque. Es por ello que una de las explicaciones que salió a la palestra para todo este tema fue la de una cortina de humo programada por el Gobierno de Felipe González para ocultar al máximo unos escándalos que ya les rodeaban por todas partes. Los innumerables casos de corrupción del felipismo, inclusive con una acusación de terrorismo de Estado que fue utilizada por los de Aznar para erosionar gravemente la popularidad del PSOE de esa época.

No estamos hablando de nada nuevo bajo el sol. Población mediática y policial que se vivió cuando el 11 M es una buena prueba de que estas cosas pasan y para mí es la teoría más verosímil. simplemente por el coñazo que dieron con un tema que tendría que haberse resuelto de forma rutinaria en los juzgados de Sevilla y no en las tertulias o en los bares de todo el país. Es decir: cuanto más grande es la alfombra con la que vamos a tapar un hecho más grande es el hecho y más grave también.

Sin embargo, todos vimos extenderse ante nosotros una trama que mezclaba lo folclórico de los Morancos o Jesús Vázquez con una campaña de victimización que señalaba la homofobia presente en la sociedad española de la época.

Pero a los que nos gusta el Estado de Derecho y nada más, al final, nos resulta muy farragoso movernos en este caso que es un poco fantasmagórico, porque las pruebas que eran simples testimonios de menores problemáticos luego desaparecieron al retractarse estos presuntos agredidos. Que no estamos hablando de violaciones ni abusos en principio, sino de prostitución de menores, por lo que todo se vuelve mucho más complicado. De nuevo por ausencia de pruebas tangibles que demuestren que hubo relaciones sexuales con estos menores por parte de adultos y que estaban pagándoles por ello.

Al final, sí parece que quedó acreditado que algunos viejos verdes habían contratado los servicios de estos chicos y fueron a la cárcel, pero en la gran mayoría de acusados se hizo un daño bastante gratuito a su imagen pública. Porque ése es el problema de aceptar cualquier cosa como prueba, hacer un mal sumario y luego extender el proceso judicial durante años. Otra muestra más de que la justicia en España es demasiado lenta y no suele dar gran satisfacción a ninguna víctima, por lo que nuestros problemas actuales con esta necesaria institución no son de ahora.

Los condenados principales fueron el propietario y gerente del local, acompañados por otros trabajadores del mismo que recibieron penas menores. Sólo un aristócrata resultó condenado a un año de entre todos los nombres famosos que se barajaron, el Marqués de Sotohermoso.

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