Por Alfonso de la Vega
Como agudamente dice una jefa socialista, Feijoo ha pasado de “derogar al sanchismo a rogar al sanchismo”. Resulta increíble el que los mismos que hablan de todas las vilezas y felonías que ha perpetrado Sánchez luego pidan reunirse con él para ser burlados y humillados de modo inmisericorde. Y sus medios ditirambo alabanciosos en vez de señalar las incoherencias, aún les doran la píldora por si cae algo.
Cabriola tras cabriola, ridículo tras ridículo, lo del desorientado cacique galleguista intentando llevar al huerto al cínico falsario sorosiano no sé si mueve a más pena que risas. No hay por dónde cogerlo. Y lo de limitar de modo voluntario a solo dos años su permanencia en la poltrona ya es de nota.
Lo primero por el método que parece más propio de tratantes de ganado en los que se ajusta el arriendo temporal de la finca para que tengan pienso y lugar a la sombra del cambio climático climatizable el hato de ovejas que aguante la carga ganadera votante o de entre narcos que se conocen las mañas y apoyos sobre qué playas mejor descargar los alijos.
Sí, desde luego, cualquier cosa antes que el debate racional y razonado sobre un programa de gobierno con luz y taquígrafos en el Parlamento, que se supone era el sagrado templo de la democracia y la soberanía nacionales como nos suelen recordar los cursis, caraduras o desavisados. Pero esto de la soberanía nacional ya no es sino una antigualla en estos tiempos borbónicos posmodernos donde toda felonía ha de tener su asiento cándidamente constitucional. Y, al cabo, todos terminan obedeciendo órdenes superiores.
Ahora resulta que el programa electoral del PP se reduce a seis Pactos con el otrora enemigo al que había que echar sí o sí: de Regeneración democrática; por el Estado de Bienestar; por el Saneamiento Económico; por las Familias; por el Agua; o Territorial.
El acuerdo vintage propuesto por el PP de Feijoo presenta una foto en portada de otros tiempos más felices para la casta política borbónica. Pero demostrarían que sus autores siguen en la inopia: ninguno de los Pactos presentados parece compatible con las exigencias del NOM, ni de la agenda 2030, ni de la corrupta UE de la Von Trinken, ni del Foro de Davos, ni….
Ahora bien, para medio consolarnos con algo podemos alegrarnos de que incluso para el más topo ya resulta indisimulable el secuestro de la soberanía y de la propia opinión pública. Atributos significativos de este actual Estado fallido. Un régimen perpetrado contra la nación española a la que lleva a la insignificancia, la humillación y la ruina.
Este último invento debiera tener consecuencias prácticas. ¿Para qué mantener a costa de sacarnos hasta los higadillos tanto oneroso tenderete filantrópico y democrático cuando la cosa puede arreglarse repartiéndose el botín y los territorios más o menos amigablemente entre dos capos y sus bandas?
El caso recuerda la forma de arreglar las cosas entre mafiosos de una escena memorable de El Padrino: Se produce durante la reunión en la cumbre de los gansters de Nueva York para repartirse los mercados para crear así mayor valor para el accionista. Uno de los mafiosos presentes reprocha a Don Vito Corleone que no comparte a los políticos, jueces, policías y periodistas que tiene sobornados y eso no está bien. Don Vito acepta hacerlo pero con la condición de que no se «toque» a su hijo. En cambio, aquí la heroica y audaz oposición complaciente que no se opone agacha las orejas para renunciar a su programa e incluso ofrece la cabeza de los más valientes, lúcidos o inoportunos de sus miembros o socios.
Pero ya puestos a pedir «cabezas» algún lugarteniente o «lugartenienta» puede que pronto vaya a pedir la del nacionalista gallego pretendido mirlo blanco pero incapaz de disimular su incompetencia.