Ana Redondo ha elaborado un plan para que voten los adolescentes de 16 años. Este ardor democrático, tan propio de la izquierda, responde, sin lugar a dudas a la sed de votos cautivos y no es la única medida. El hecho de legalizar a 500.000 inmigrantes ilegales, que reciben subvenciones del estado una vez que ponen los pies en España como si fuesen menas o menores de edad, responde al mismo propósito. Lograr una cantera de votantes que estén dispuestos a apoyar al PSOE y a los partidos que lo ayudan en el mayor expolio de la historia, para lo cual necesitan de personas de tez oscura y de religión musulmana con la intención de que siempre sean mayoría, es una de las estrategias. ¿Por qué si no tanto interés en tener estos sujetos en nuestro país? Dice el refrán que sabe más el diablo por viejo que otra cosa e incrementar la población española de manera artificial, otorgar papeles y nacionalidad es una forma perfecta de tener a quienes apoyan de manera incondicional a un gobierno más que corrupto. Mas, volviendo al asunto anterior, el hecho de que voten los adolescentes responde a una meta similar, conservar una cantera de jóvenes, educados y adoctrinados en los centros educativos. Está muy claro y que el gobierno español no da punzada sin hilo.
Lograr que los menas se conviertan en admiradores del sanchismo es bien sencillo. Ayudas, nada de obligaciones y favores para estar legalizados. ¿Quién no votaría por Sánchez en su sano juicio si lo hospedasen en un hotel de cinco estrellas con todos los gastos pagados en un país que no es el tuyo y, además se te considera un sujeto de un grupo vulnerable, frente a otros que pueden cometer delitos de odio si te critican de manera injustificada? Obviamente que el PSOE será muy bien visto por estos sujetos y este partido se esforzará para que estén muy contentos y se sientan muy bien acogidos. Si además se les facilita estar legalizados y se les da un DNI mucho mejor, ya son españoles, aunque en sus espíritus sean de otro lugar. Pensemos ahora en por qué llamarlos menas y traerlos a miles en vuelos nocturnos de los que nadie hace grabaciones. Dado que el número de fans es más de detractores y creciendo, se necesita una masa dócil y dependiente del estado español que se sienta bien y observe sólo las bondades del gobierno de España, mas no su corrupción o estrategias mafiosas.
El caso de los menores de edad, a partir de los 16 años, grupo etario que puede decidir un cambio de género en el registro civil según la ley trans, es mucho más llamativo. Los centros educativos, dirigidos por el gobierno, están impregnados de ideología woke, pasando por la introducción a modo de ventana de Overton de todo el tema LGTBI para confundir a los infantes desde la más tierna edad en su inocencia, hasta incitarlos a tener conductas sexuales impropias, el machaqueo constante del feminismo y la visión de la mujer como grupo débil y acosado por el perverso patriarcado, lo cual hace que el niño se pregunte si puede llegar a ser un maltratador cuando sea adulto e incluso reniegue de su sexo, el cambio climático y todas las teorías absurdas del calentamiento global y el modo en el que el alumno es responsable del deterioro de todo un planeta, la introducción de las ideas anti negacionistas, ayudando a identificarlas con claridad sobre todo en quienes se declaren como antivacunas covid o en contra de la OMS, hablen mal de los inmigrantes y los critiquen u osen incluso utilizar el odio para dirigirlo contra el gobierno, todo ello a través de un profesorado bien formado en la introducción de estos mensajes y empleando la importancia del grupo de iguales y su importancia en el grupo de sujetos adolescentes como arma de que todos los alumnos del aula se alineen con cierta ideología no precisamente bien intencionada.
No olvidemos que los jóvenes a esta edad se caracterizan por adoptar las conductas de alto riesgo, llevados por sus impulsos emocionales y que ello los convierte en carne de cañón para el gobierno, pues es muy fácil introducir en sus mentes ciertas teorías y hacer que quien no los comparta se vea fuera del grupo de iguales, sin lugar a dudas el peor castigo que puede sufrir un adolescente. La educación, de este modo, se transforma en la fábrica del pensamiento único que tanto buscan los zurdos, consiguiendo que, quienes no sigan la corriente, sean tachados de locos, negacionistas, fachas, fascistas o apelativos mucho peores para los que se convertirían en víctimas del nuevo estado orweliano. Les vendría muy bien tener un ejército de chivatos que han sido educados en el mundo de la izquierda, como un ejército que los defiende y que los vota en las elecciones de turno. Una gran oportunidad para conseguir esos millones de votos que pierden ante los electores que cambian su intención y son considerados fachas, los cuales son cada vez más, frente a lo cual se trata de buscarse nuevos aliados en la población, aprovechando que sus cerebros no están aún maduros ni pueden pensar como adultos. El fin es adoctrinar para que las futuras generaciones no sean un problema para un gobernante que promete quedarse en la poltrona hasta que se muera, como los antiguos secretarios generales del PC soviético o chino. Claro que todo ello pasa por convertir a las elecciones en un fraude de ley en toda su terminología y alterar los resultados al gusto del consumidor o cocinero del palacio de la Moncloa.
Nada es casual cuando se trata de tener una horda de votantes obedientes a los que no hay que castigar, sino premiar, mientras los demás ciudadanos son excluidos del juego porque no convienen ni interesan para sus planes de futuro. Todas estas técnicas de manipulación se están dando no sólo en España sino en toda Europa y hay que estar muy atentos a estos juegos, aunque hay muchos jóvenes que están reaccionando ante el absurdo de la cultura woke, especialmente el tema LGTBI y la teoría del género o el feminismo, lo cual muchos considerarán que no casa con ellos y mucho menos van a tolerar que los profesores les impongan en clase, no ya de biología, sino de inclusión, que detectan como falsa e hipócrita. Las estadísticas señalan estos resultados y se ve que necesitan que voten personas aún más jóvenes para no perder la guerra del 36.
Estos son los juegos del PSOE, siempre llenos de trampa, engaños y actitudes mafiosas, siendo muy suaves en el calificativo que merece este partido. Perdieron una batalla, pero se resisten a perder ésta, aunque todo apunta a que la memoria los traiciona porque cometen los mismos errores de hace 89 años y es que nunca aprenden. Y ahora buscan votantes debajo de las piedras para desmentir lo que dicen las encuestas. Se van al carajo.
Ser menor de edad no significa,ser benjamín,el Benjamín es el hermano menor en una familia numerosa,es un nombre bíblico como la tribu de Benjamín,también se dice postrero.
Debemos aprender mucho de Trump con el tema de la inmigración,y muchos soñamos con algo semejante al fenómeno de la inmigración y deportación de los EEUU.Especialmente por ser un foco de delincuencia.
Claro que los delincuentes primogénitos y naturales de España,también votan a los políticos más corruptos.
Lo que se debe decir es que si vas bien vestido o llamas la atención…se ponen agresivos para asimilarte con algún partido político,ya que la manipulación y la propaganda es lo único que les interesa,siempre escondiendo intereses ocultos.
Lo de los jóvenes es un tema crítico en España,por qué no se cumple la ley,y cada vez hay más menores de edad en las discotecas,y más negocios de pornografía.Ya no hay infancia,ni respeto a la vida.