Joseph Oughourlian, presidente y principal accionista del grupo Prisa, ha iniciado una maniobra estratégica para reconfigurar el consejo de administración de la compañía, editora de medios como El País y la Cadena SER. Según diversas fuentes, Oughourlian propone en la próxima junta de accionistas una reducción del número de consejeros, pasando de los actuales 15 a 11, con el objetivo de excluir a los representantes de Global Alconaba, una sociedad vinculada a inversores cercanos al Gobierno de Pedro Sánchez en Moncloa. Esta decisión se enmarca en una pugna interna que ha sacudido al conglomerate mediático en los últimos meses.
El anuncio llega tras un periodo de tensiones significativas dentro de Prisa, desencadenadas por el rechazo del consejo de administración a un proyecto televisivo impulsado por Carlos Núñez, ex presidente ejecutivo de Prisa Media. Núñez, quien dimitió el pasado 26 de febrero de 2025, defendía la participación del grupo en una licitación para un nuevo canal de televisión en abierto, una iniciativa que contaba con el respaldo de los consejeros afines a Moncloa, particularmente los ligados a Global Alconaba. Sin embargo, Oughourlian y una mayoría de 12 de los 15 consejeros votaron en contra, priorizando la estabilidad financiera del grupo sobre nuevas aventuras empresariales.
La dimisión de Núñez marcó el inicio de una purga liderada por Oughourlian contra aquellos que apoyaron el proyecto televisivo, percibido como un intento del Gobierno de influir en la línea editorial de Prisa. Global Alconaba, que posee un 7% del capital de la compañía, había respaldado la propuesta televisiva a través de sus representantes en el consejo, Andrés Varela Entrecanales y Carmen Fernández de Alarcón. Con la reducción propuesta, estos consejeros perderían sus asientos, debilitando la influencia de Moncloa en el grupo.
Oughourlian, que controla un 29,8% de Prisa a través de su fondo Amber Capital, busca con esta reestructuración consolidar su autoridad y garantizar que el consejo refleje su visión estratégica. La reducción de miembros no solo limitaría la representación de Global Alconaba, sino que también dificultaría futuros movimientos de accionistas minoritarios para alterar el equilibrio de poder. Según un comunicado enviado por Prisa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la comisión de nombramientos, liderada por el consejero independiente Fernando Carrillo Flórez —un aliado clave de Oughourlian—, evaluará la idoneidad de los miembros restantes para asegurar un consejo más alineado y funcional.
Además, se especula que esta decisión podría ser un paso previo a otros cambios estructurales en Prisa, como una posible ampliación de capital, algo que ya se ha debatido en el pasado para aliviar la deuda del grupo, que supera los 870 millones de euros. La exclusión de los consejeros afines a Moncloa también enviaría un mensaje claro al Gobierno de Sánchez, marcando una distancia entre Prisa y las presuntas intenciones de control editorial desde el Ejecutivo.
La relación entre Oughourlian y los sectores cercanos al PSOE ha sido tensa durante meses. El proyecto televisivo, visto por algunos como un intento de Moncloa de asegurarse un medio afín en un contexto político complejo, fue el detonante de la ruptura definitiva. La salida de Núñez no fue la única consecuencia: también se espera que José Miguel Contreras, otro directivo vinculado a la iniciativa y crítico con Oughourlian, sea apartado de sus funciones en el corto plazo.
Global Alconaba, liderada por Andrés Varela Entrecanales —primo del presidente de Acciona y figura influyente en círculos empresariales—, adquirió en 2022 un 7% de Prisa por 34 millones de euros, comprando la participación que anteriormente ostentaba Telefónica. Desde entonces, ha actuado como un puente entre el Gobierno y el grupo mediático, pero su posición ahora se ve amenazada. La pérdida de representación en el consejo podría reducir su influencia y, potencialmente, diluir su peso accionarial si no participa en futuras operaciones de capital.
Este movimiento de Oughourlian no solo redefine la gobernanza interna de Prisa, sino que también tiene implicaciones políticas y económicas. Al distanciarse de Moncloa, el presidente de Prisa parece apostar por una independencia editorial y financiera, enfocándose en fortalecer las líneas de negocio existentes —prensa y radio— y en reducir la carga de deuda, en lugar de embarcarse en proyectos de alto riesgo como el canal de televisión.
Sin embargo, la batalla no está del todo resuelta. Los accionistas críticos con Oughourlian, incluidos algunos que aún apoyan la idea de la televisión, podrían intentar contraatacar en las próximas semanas, aunque su margen de maniobra se reduce con un consejo más pequeño y controlado. Mientras tanto, la opinión pública y los mercados estarán atentos a cómo evoluciona esta reestructuración y qué impacto tendrá en la estabilidad de uno de los grupos mediáticos más influyentes de España.