Recientes investigaciones han revelado un escenario inquietante donde la radiación inalámbrica podría ser utilizada para espiar a las personas sin que estas sean conscientes de ello. Este estudio, realizado por ingenieros de la Universidad de Oporto en Portugal, muestra cómo la tecnología de superficie inteligente reconfigurable (RIS, por sus siglas en inglés) puede manipular señales de radiofrecuencia (RF) para recopilar información sobre actividades humanas.
El estudio, publicado en el servidor de preimpresión arXiv, detalla cómo los investigadores desarrollaron un sistema que utiliza la radiación ambiental de radiofrecuencia para detectar y visualizar movimientos humanos con una precisión superior al 90%. Este sistema incluye una superficie programable fina que, en conjunto con la inteligencia artificial, puede captar señales de actividades como el movimiento de la mano o la tasa de respiración de una persona.
La capacidad de esta tecnología para espiar a través de paredes y sin necesidad de dispositivos conectados eleva serias preocupaciones sobre la privacidad. Matt McCulloch, un experto en tecnología, expresó su preocupación, señalando que mientras los ingenieros se enfocan en hacer funcionar la tecnología, las implicaciones éticas a menudo quedan en segundo plano. «Es necesaria una discusión sobre los límites de la privacidad en la era digital», destacó McCulloch.
El RIS tiene aplicaciones que van más allá de la vigilancia, como mejorar la cobertura y eficiencia de las redes inalámbricas. Sin embargo, su capacidad para manipular y dirigir señales de RF también abre la puerta a usos más oscuros. La tecnología podría ser integrada en infraestructuras urbanas como postes de luz o anuncios publicitarios, permitiendo la vigilancia en masa en ciudades inteligentes.
Hasta ahora, los autores del estudio no han respondido a solicitudes para discutir las implicaciones de privacidad de su investigación. Este silencio plantea más preguntas sobre cómo se gestionará este tipo de tecnología en el futuro. Fariha Husain, del programa de Radiación Electromagnética y Programas Inalámbricos de Children’s Health Defense, advirtió sobre las implicaciones de tener dispositivos capaces de espiar a través de señales inalámbricas en entornos cotidianos.
Este no es el primer estudio que sugiere que las ondas de radio pueden ser utilizadas para fines de vigilancia. Tecnologías como el radar y el sonar ya han demostrado que es posible obtener información a través de barreras físicas. Con la llegada de 6G y Wi-Fi 6E, que amplían el rango y la potencia de las señales inalámbricas, las preocupaciones sobre la privacidad se intensifican.
Este estudio es ridículo en sí mismo.Los métodos de espionaje son tantos y tan variados que la seguridad de datos en internet es una utopía.
Las inyecciones de oxido de grafeno en los seres humanos crean un interfaz,para espiar datos biológicos del ser humano,además de poder manipular el sistema neurológico y linfático.
Por eso ya lo sabíamos.De pequeñas antenas a torres-radar,a veces directamente a satélites y otras a ‘la nube’,desde donde se distribuyen a muchos centros logísticos,instituciones públicas,etc.
Y así es como creaban ‘las olas’ de supuestas ‘variantes’,del virus inexistente.
La radiación,ha provocado que se incendien edificios recubiertos de aluminio,que se incendien aviones,que hayan accidentes,o que se creen ‘tormentas electricas’.
Por todo esto es la radiación de estas tecnologías las que se consideran armas de guerra,también entre empresas de recopilación de datos o database.
Y los estudios del Doctor Campra?.