Por Isidro García Getino
Me he tomado la molestia (y se la regalo a todos los votantes y nucleares sanchistas), de analizar las múltiples (que son muchos cientos) referencias que hombres célebres, científicos, pensadores, empresarios, filósofos, gestores, escritores, políticos, periodistas, etc. han elaborado para describir la ineficacia, la dejadez, la abulia, las carencias mentales, la desinformación y la incultura que muestran y ejercen muchos políticos, dirigentes y otros personajillos en puestos relevantes de la sociedad.
Mi no sorpresa ha sido encontrar que Pedro Sánchez bate records, acumula la inmensa mayor parte de esas descripciones; cumple casi todas las llamadas leyes, reglas, principios y corolarios que dichas personalidades han designado como standard.
La más conocida es la ley de Murphy: «Si algo puede salir mal, saldrá mal». Nuestro personaje la cumple a rajatabla, pero no es la peor ni la más descriptiva. Veamos, pues, algunos ejemplos que nos retratan al presi Sánchez con gran fidelidad. Nos lo dicen los que saben y conocen:
Bobby: «La confusión no sólo reina, también gobierna» en Moncloa. Lay de Pudder: «Todo lo que empieza mal, acaba de p. pena», así empezó P.S.
Wynne: «Toda acción negativa tiende a incrementarse», todas sus acciones. Sturgeon: «El noventa por ciento de todo lo suyo es asqueroso», palabras y hechos. En cuanto él menciona algo, si es bueno, desaparece ; si es malo, sucede. Y Farudick añade un corolario: «Después de que las cosas hayan ido de mal en peor, el ciclo se repite». Todavía Gattuso añade:»Nada es tan malo nunca como para que èl no pueda empeorarlo». Ahí estamos y es lo que nos espera.
Murphy nos lo garantiza una vez más hablando del gobierno: «Si algo puede ir mal, lo hará por triplicado». Así se cumple la ley de Hane: «No existen límites para que las cosas vayan mal», lo sabemos los españoles por experiencia diaria desde 2018. Por eso yo estoy de acuerdo con Borkowski en que no nos podemos defender de lo arbitrario pues, si bien algunos podemos hacer algo a prueba de tontos, no podemos hacerlo a prueba de ese … que sigue su avance ciego e inexorable hacia la gran falacia = Agenda 2030. El problema es que no se entera y se pasa el tiempo hablando de lo que no está haciendo, pero sigue porque para él un gramo de imagen equivale a una tonelada de acción eficaz; para ello se esfuerza por tener siempre un aspecto importante, incluso cuando huye o se esconde; el ego hinchado es siempre débil.
Su gran placer consiste en que le vean con gente importante, el no va más para él, con ello cumple lo que dice Match: » Un tonto en una posición elevada es como un hombre en la cima de una montaña; al segundo todo le parece pequeño y él le parece pequeño a todo el mundo»; bueno, en este caso a todo el mundo que no es sociata ni paniaguado; porque no les parece así a los que forman sus comités, enormes comités que cuanto más grandes son más daño hacen; como ejemplo paradigmático tenemos a ese enorme clan ministerial que nos desgobierna.
De comités sabe mucho Kirby: «Un comité es la única forma de vida que tiene muchos estómagos, pero carece de cerebro». Precisamente por eso nos dice Cornuelle que «la autoridad (Sánchez) tiende a asignar tareas a los menos capaces de realizarlas», ¿acaso se está refiriendo al infinito número de asesores del presi? Pues bien, Rusk enuncia un corolario que nos lo aclara: «Un número suficiente de pirañas se puede comer el erario público».
Aún hay más, porque en ese enorme gobierno de Sánchez y su ilimitado asesoradero, se cumple la ley de Runamok: «Hay cuatro clases entre sus componentes; los que se sientan en silencio y no hacen nada, los que hablan de sentarse en silencio y no hacer nada, los que hacen cosas y los que hablan de hacer cosas». O sea, que se cumple así la segunda ley de Levy:»Sólo Dios puede hacer una selección aleatoria». La selección que ha hecho Sánchez no parece una selección aleatoria. Espero que se entere de que él no es Dios.
Me queda recordar al sanchismo que España va como una moto, cuesta abajo y sin frenos. Además funciona como un cohete, de feria, pluff. Una muestra es nuestro querido Levante que cumple el principio básico del gobierno Sánchez: España cuanto peor, mejor.
Con esta sencilla fotografía de lo que tenemos en Moncloa, sólo me queda volver a mi vicio de recomendar. En este caso le (eso) al Presi que le vendría bien leer a Murphy y aprender de sus leyes. Quizás también enterarse del Principio de Peter y otras artes de la sabiduría tradicional, que no es la progre. Otro día, más; hoy ya es suficiente.
Pedro Sánchez es inmune a estas leyes, por que le protege Satanás!,ya se comenta si se trata de Soros la reencarnación del Maligno,que vive en el 666 de la gran Avenida de N.Y.