viernes, noviembre 22, 2024
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Las inundaciones de Valencia, testimonio de un afectado

Por José Vicente López Larrea

Ayer me vi agraviado. Intenté decir la verdad de lo acaecido en Valencia con las  inundaciones pues fui testigo directo: en mi casa de la urbanización Olimar, entre la rambla  de Poyo en su intersección con la A3 y el municipio de Chiva, a escasos 9 Km del mismo aunque a menor altitud, entró, cual torrente, un palmo de agua que previamente reventó  uno de los muros de la casa. Llegó un momento en que decidí abrir las puertas para que  entrara por su natural con el objeto de evitar más derrumbes.  

Afuera, siendo que estoy en un promontorio del terreno, como comprenderán, no eran  charcos sino una masa de agua inerte que alcanzaba los 25 cm de altura en ese punto a  unos 100 metros sobre el nivel del mar. Con esto quiero indicar, tomando como referencia  la autovía A3, que, entre el centro comercial de Bonaire, distante unos 12 km y el lugar en  que me encontraba había, una masa de agua formidable y uniforme buscando como salir  al mar y ello sin contar con la que venía desde, más arriba, la sierra de Chiva, por el barranco  de Poyo. Lo corroboré al día siguiente, de mañana, al intentar circular hacia Valencia,  vislumbrando un panorama desolador de vehículos apilados, cañas y botas sobre la  calzada. 

Pude ver el testimonio ofrecido por el El Diestro de dos residentes en la citada sierra, y  francamente su relato, desde mi punto de vista, responde en su integridad a lo acaecido el  martes 29 de octubre de 2024. 

Con esto quiero dejar clara constancia de que lo sucedido no fue normal razón por lo que  no hay que buscar causas normales o naturales, como, por ejemplo, la apertura de la presa  de Forata, más al sur, porque se trató de una formidable descarga de agua localizada sobre  un deliberado punto del territorio que, completamente anegado, se movía desde el norte  hacia la Horta Sud con el propósito intencionado de causar la mayor pérdida de vidas  humanas en su trayecto hasta la albufera o el mar. 

Comprendo que raramente las personas se pueden ver en una situación semejante y no  entiendan el volumen de agua tan extraordinario que cayó sobre un terreno llano, pero me  sentí agraviado por el comportamiento de una persona a la que estimaba por su capacidad  de razonamiento y que, dejando a un lado su intelectual proceder, movido quizás por  arribistas defensores de lo público, escapó de su obstinado discurso involucrándose en  una de las guerras políticas a lo que nos tienen acostumbrados desde el comienzo del  régimen y es así como, mucha gente en Valencia, totalmente obnubilada o no, ha ido a pedir  la dimisión de Mazón en función del relato oficial quedando satisfechos con su  compromiso social.  

En el actuar de las administraciones aprecio maldad (dolo) que no negligencia y da la  impresión de que todo se vaya a solventar cargando la responsabilidad en los técnicos de  la CHJ que para eso están cubiertos con un seguro de responsabilidad civil.  

Si se fijan, es el mismo modus operandi que cuando la farsemia, es decir, se hizo creer en  la existencia de un virus (causa natural) que no se sabe de donde proviene que sí del  pangolín, o sí de China o de Italia y así se crea una controversia que parte siempre de la  premisa de su existencia (descubierto por Iker Jiménez) y la inmensa mayoría, siguiendo el  televisivo relato, da por sentada la existencia del patógeno, creando una falsa polémica en  derredor.  

Ocurre ahora igual con las inundaciones de Valencia. Como quiera que aquí, cuando llueve lo hace con intensidad, se da por sentado que, o bien son causas naturales, como siempre ha ocurrido, o se deben al cambio climático con lo que, de la misma manera ocultan el  crimen sobre la población con el consecuente desvío de la atención. Pero es que la  enfermedad existía realmente y muchas personas sucumbieron, si bien, era una  consecuencia catastrófica de un virus letal resultando ahora, la muerte, la consecuencia  catastrófica de la alteración de la naturaleza y, en cualquier caso, hay que aceptarlo con  resignación.

 

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4 COMENTARIOS

  1. No ayudan a la gente,por qué quieren que mueran,para ir rellenando las nuevas parcelas de los cementerios,que luego no sabemos que arquitecto criminal,decidió que fuesen con lápidas negras…por estética,ya que desde su punto de vista ‘es lo más!’,y prohíben vender nichos y ponen dificultades para sepultar a la gente en los viejos nichos familiares.Ya sabéis que son tan modernos!…y que nos imponen su arquitectura y su horror.

    El resto es para rehabilitar casas y destinarlas al turismo,está inundación será un buen reclamo.Meteran a mucha gente en residencias donde les mataran con inyecciones para eutanasiarlos y luego venderán sus órganos a turistas ricos alemanes y estadounidenses.

    Para eso preparan a los jóvenes en las Universidades.

    Realmente la gente no pide comida,piden enseres domésticos,hornillos,cazos,sartenes,etc.y como eso no lo ofrece la choriza Cruz roja,ni ninguna ong,pues estan más que fastidiados.

  2. Ha habido miles de muertes ,no cabe duda y se tapa todo,recordemos que el jefe de la Ume que controla todo el rescate de las riadas por apertura forzada criminal de presas es un perro del sistema de Españistan con perdón para los perritos…
    Nunca sabremos que pasó en Valencia y alrededores.
    Todos los muertos no se sabrán nunca,como se tapo la verdad en la plandemia y el 11m y… Alcasser y niños del Bar España y etc etc..
    Brutal.La masonería controla todo en occidente y sirven al diablo ese es su Dios al que rinden pleitesía.
    Que horror.
    ¡Dios ven pronto!

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