domingo, noviembre 24, 2024

El gran cónclave

¿Asomaron los turbios negocios que algunas fuentes adjudicarían a Zapatero y a su familia como causa de que el PSOE se declarase en contra de nombrar a Edmundo González como nuevo presidente venezolano en sustitución de Maduro? ¿Cuáles son los intereses comerciales que tienen países como Rusia o China con este país, que tiene las mayores reservas de petróleo del mundo? ¿A quién le conviene perder un socio como Maduro, el cual, a pesar de ser menos demócrata y respetuoso con los derechos que cualquier dictadura imaginable, es gerente de la corporación de la república bolivariana?

Y es que, cuando mezclamos la política con la economía y los prometedores beneficios, las decisiones se vuelven turbias, confusas, hay un tufillo a temer dar el paso correcto, no sea que estallen el cabreo y otras suspicacias; en ese momento las actitudes se vuelven tibias, una especie “sí pero no, no, pero sí, y al final ni sí ni no”, como que aquello de mojarse y ser sincero no cuadra mucho con la respuesta final, la cual ha de justificarse con una maraña de argumentos para decirnos que aún no darán la respuesta y que ésta depende de lo que opinen otros y, si se sacan de la manga que, es necesario consultarlo con los socios europeos, mejor que mejor. Es la excusa perfecta para dilatar y, de paso, quedar como auténticos machotes.

Es eso lo que vimos en el Congreso hace unos días cuando por mayoría absoluta le señaló al gobierno que debería nombrar a otro presidente para Venezuela. El no legítimo aún no ha presentado las actas que demuestran su triunfo, al igual que ocurre en España donde, tras cada elección hay que abrir los sobres para ver los resultados reales (no ésos que nos cuentan los de Indra, que vienen  a ser los mismos que nos oficializa el ministerio del interior a toda prisa antes de las doce de la noche, no sea que se pase el encantamiento de las hadas) y, sorprendentemente no lo hacen, a pesar de que la ley así lo dice, incluso con figuras delictivas, muy bien descritas. Pero, como “Spain is different”, no se hace y salen los resultados elegidos, aunque beneficien a unos cuantos y otros queden perjudicados. Da igual.

O sea, del mismo modo que le pedimos a Maduro que saque sus actas y demuestre que ganó las elecciones del 28 de julio, igual hay que hacer con el PSOE y el resto de los partidos y exigirles la apertura de las actas hispanas para comprobar in situ si realmente Pedro Sánchez era el presidente que nos tocaba o no. Respondería a la no urgencia para conocerlas, me refiero a las venezolanas, porque las españolas no se abren a menos que la presión social sea de tal calibre que el gobierno se asuste un poquito.

Es más, cuando Sánchez dijo que desarrollaría su programa progresista con el legislativo o sin él, es de sospechar que la decisión del Congreso ni le va ni le viene, es decir, que no lo va a nombrar, tiempo al tiempo. Muchas veces para ver la catadura moral de ciertas personas no hay que hacer nada, simplemente, sentarse, observar y ver qué hacen; sus palabras no tienen valor alguno, sus intenciones son globos sonda más vacíos que la vida dentro de un escarabajo enterrador justamente muerto y la credibilidad no existe. Al final, su silencio, su terrible manía de quedarse calladito en los temas que pudiesen descubrirlo, es tan solemne que podemos llegar a la conclusión que los que callan son del mismo calibre que los que supuestamente aparecen como los malos de la película, mientras ellos quieren pasar por santos. Es decir, que tan democrático es Maduro como Sánchez, que a los dos les importa un comino los ciudadanos y que sólo desean gobernar eternamente, como les prometieron, al ser elegido en la corte de los jueces de los injustos.

Por lo tanto, ya no hay mucho que profundizar ni que observar, ni adentrándose en largos discursos que provocarán a más de uno un vertiginoso dolor de cabeza, sobre todo cuando escuchamos a los ministros, más chulos que un ocho, contestando a la oposición sin dar respuesta y deseando descalificar al de enfrente. Tampoco merece la pena oír a los que se dedican a criticarlos, pues ninguno de ellos osa cuestionar la biblia que los convoca, la agenda 2030, con todos los puntos despreciables, con los que, o bien parecen estar de acuerdo y muy cómodos, por cierto, o desconocen de manera impresionante y, cuando se les menciona, se ponen las manos en la cabeza diciendo “qué disparate es ése”.

Lo que está claro es que el nivel de nuestros padres de la patria da auténtica pena, en cuanto a lo escaso de su intelectualidad, moralidad, sentido de la responsabilidad y sinceridad en sus palabras. El parlamento, salvo muy honrosas excepciones, se ha convertido en el antro de la mentira, del “donde dije digo, digo Diego”, de las promesas electorales como el mejor papel higiénico y el antro, donde el rancio abolengo de las palabras se confunde con las paredes de los bellísimos cuadros de sus ilustrísimas.

Lamentablemente, en una corporación, como la del Reino del España, donde las competencias propias no existen, se mire por dónde se mire, que tengamos que votar es un completo absurdo, pues las decisiones ya se han tomado sin contar con nosotros, el hecho de depositar el papelito en la urna de los muertos es un signo de que la democracia es un cuento, muy bien contado, por cierto, por los Protocolos de los Sabios de Sion, y que no se trata de que haya corrupción, sino que el sistema político es la mayor de las corrupciones inimaginables.

Por lo tanto, el pleno mencionado no es más que una raya más al tigre, animal que, desde luego, no tiene muy buenas intenciones con los españoles.

Entre ellos se reparten el pastel, hacen su show, se divierten y, luego, se pasa a otro vodevil. 

Mientras los españoles no se den cuenta de eso, no sólo habrá muerto la democracia, sino que entraremos en una dictadura tan terrorífica que será peor que todas las películas de estreno, pero con una diferencia: ésta será real y la viviremos y soportaremos a la fuerza, a menos que hagamos algo a tiempo.

Artículo relacionados

1 COMENTARIO

  1. El robo electoral en España lo gesto Zapatero,con la ayuda de Soros…ya sabéis que por las relaciones con el narcotráfico del PSOE con Venezuela y el Cartel de Sinaloa.

    Zapatero es quien ha organizado de nuevo el fraude electoral en Venezuela con la ayuda de Alex Soros y Kamala Harris.Obligando al ganador a tener que exiliarse a España,para que Sánchez pueda dar una imagen internacional persuasiva y oportunista.

    Antes era F.Gonzalez y ahora es Zapatero,uno de los mallores criminales de la historia de España.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Entradas recientes