Hay ocasiones en que, por tratar de ahorrarnos unos eurillos a la hora de reservar un alojamiento para disfrutar de una breve escapada y desconectar, el asunto nos puede salir mucho más caro de lo que esperábamos, y no hablamos de dinero precisamente.
Lo que les vamos a contar a continuación ha ocurrido en Cantabria. Un tipo alquiló un piso turístico a cuatro mujeres a través de la famosa plataforma de alquileres en línea, Airbnb, para disfrutar de una estancia de dos días en Santander.
El sujeto había colocado previamente varios dispositivos de vigilancia estratégicamente repartidos por diferentes lugares de la vivienda, concretamente en el baño y en una de las habitaciones, con los que consiguió grabar sin su consentimiento a las cuatro inquilinas en diferentes horas del día y de la noche tanto en el baño como en uno de los dormitorios, algo que evidentemente ellas desconocían. Las cámaras colocadas tomaron más de una veintena de imágenes íntimas de las cuatro mujeres.
Seguidamente, y sin autorización de las huéspedes, el individuo entró de madrugada en el inmueble alquilado y se escondió dentro de uno de los dormitorios que se encontraba excluido del contrato de alquiler, con el objeto de recoger las cámaras de vigilancia que había colocado en las otras estancias de la casa. Pero la jugada le salió mal, ya que fue descubierto por las inquilinas quienes no dudaron en interponer la correspondiente denuncia contra él.
El propietario fue detenido por la policía pero, antes de que los agentes tuvieran conocimiento de que había realizado las grabaciones a estas mujeres, se dispuso a facilitarles el patrón de desbloqueo de su teléfono móvil, con lo que los policías pudieron localizar los videos que estaban almacenados en su terminal.
El arrendador reconoció «ser autor de cuatro delitos de revelación de secretos en concurso con un delito de allanamiento de morada, con la concurrencia de dos circunstancias atenuantes de la responsabilidad penal: confesión y reparación del daño» publica la web del Poder Judicial.
Este lunes, la Audiencia Provincial de Cantabria le ha condenado a dos años de prisión y al pago de una multa de 1.080 euros por grabar imágenes de las cuatro mujeres a las que había alquilado la vivienda y entrar en la misma cuando ellas se encontraban en el interior. Además, el acusado, que ha consignado en el juzgado 12.000 euros para reparar el daño moral causado a las perjudicadas, no podrá acercarse ni comunicarse con ellas durante un periodo de tres años y nueve meses.
¿Cuántos casos similares a este se estarán repitiendo sin que nos enteremos?, ¿Cómo nos vamos a fiar de que no ocurra lo mismo cuando elijamos un alojamiento a través de internet? A veces lo barato que ofrecen este tipo de plataformas (que ya no lo es tanto) sale demasiado caro.
Otro montaje y nadie se da cuenta de lo obvio…
Si quiere grabarlas no se entera ni el tato, a que va a recoger las camaras cuando estan dentro, no puede esperar a que salgan a la playa, a comprar o se vayan cuando acaben sus vacaciones. Pero es que no os dais cuenta de que nos estan tomando el pelo. Y lo de la revelación de secretos de risa cuando es un delito contra la intimidad no de secretos, allanamiento de morada pero aqui no se aplica lo de los okupas. Iros a reiros de vuestra madre pero así de claro. Así tenemos los medios que tenemos todos mintiendo y exagerando la información todo mentira y nadie usa el cerebro para darse cuenta de que todo es ficción. El objetivo es que la gente se vuelva cada vez más gilipollas. En fin cada vez escribire menos porque ya esta todo dicho ahora cada uno que haga lo que quiera y crea lo que le de la gana.
No sería el apartamento de Gran hermano?.
Tribunal de derecho natural:
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Info.de sombreros blancos:
http://zetatalk.com/ning/30sp2024.htm