El Gobierno de Suecia ha decidido eliminar el impuesto sobre los billetes de avión a partir de julio de 2025, buscando impulsar el transporte aéreo y mejorar la accesibilidad en todo el país. Aunque el sector de la aviación ha recibido la medida con entusiasmo, considerando que fortalecerá la competitividad y el crecimiento económico, la oposición y grupos ecologistas han criticado la decisión, argumentando que refleja una política climática irresponsable. Según cálculos oficiales, la eliminación del impuesto reducirá el costo de los vuelos dentro y fuera de Suecia, beneficiando a los viajeros, aunque se mantienen las preocupaciones sobre su impacto ambiental.
El Ejecutivo sueco justifica la eliminación del impuesto señalando que ha sido ineficaz y ha empujado a los viajeros a utilizar aeropuertos fuera del país. Por otro lado, sectores como la Agencia Sueca de Protección del Medio Ambiente y el Partido Verde han expresado su preocupación, argumentando que la medida podría contravenir los esfuerzos para combatir el cambio climático.
En contraste, el sector aéreo, representado por figuras como Jonas Abrahamsson de Swedavia y Dag Waldenström de la Asociación Sueca de Transporte Aéreo, ha defendido que existen alternativas más efectivas para reducir el impacto climático, como la adopción de combustibles sostenibles promovida por la Unión Europea.