Imaginemos un país, un Estado, donde el rey fuera un traidor, vendido a intereses extranjeros mientras su corte peleaba por las migajas; un país donde todos desempeñaran su papel, gobiernos y parlamentos, todo dentro de un orden constitucional, legal, con sus sellos y sus firmas.
Imaginemos un país, una nación, donde los medios de comunicación se dedicaran a pregonar las bondades del régimen.
Imaginemos un país donde la Educación adoctrinara a los Niños, alabando al rey y a los ex presidentes con la única intención de que encajen en un molde, en su futura celda, donde “no tendrán nada y serán felices”.
Imaginemos un Estado donde los nacionalismos, que dicen quererse separar, fueran necesarios para poder Gobernar, llegando incluso a lograr leyes de amnistía y cosas así.
Imaginemos un país donde estuviera prohibido hablar y opinar, donde mencionar ciertos temas “tabú” implicara ser señalado, etiquetado y apartado; la narrativa oficial “paga y manda”, alabar al “régimen” aseguraría negocios prósperos, “subvenciones públicas”, en caso contrario aguardaba la ruina.
Imaginemos un país con 4 millones de parados, donde su banco central dijera que serán necesarios 20 ó 30 millones de inmigrantes en poco tiempo, cuando la población total del Estado son 48 millones; sí, sería para pensar que los “economistas expertos” de ese país no saben ni sumar ni contar…
Imaginemos un país donde en caso de pandemia se aplicara un tratamiento y después se dijera que bueno, que fue un error, que conectar a los enfermos a unos “respiradores” les mató o que se repitiera, como un mantra, que había que “vacunar, vacunar y vacunar”, para luego decir que oiga, “usted se las puso porque quiso”. Imaginemos un Estado donde, en esa misma pandemia, el ministro de Sanidad no se vacunara pero sacara pecho por haber logrado inocular al 90% de la población.
Imaginemos una nación que no tuviera Soberanía, donde sus gobernantes dijeran que firmaron un acuerdo con unos extranjeros y ahora todo lo deciden otros desde fuera, por control remoto, teledirigidos (¿no vaya a ser que al Pueblo le diera por ir a tirar piedras?); sin Soberanía política, económica, sin Soberanía militar ni sanitaria, un país donde cualquier día el ejército es enviado contra su propio Pueblo con la excusa “X” = “Nosequé*” = “da igual, la que sea, tienen para elegir” (léase virus – pandemias – mosquitos – cambios climáticos – escasez – hackeos). Es más, para colmo, imaginemos que las cuestiones de Salud de este Estado estuvieran en manos de una organización criminal con un nombre pomposo y bonito, propiedad de una fundación llamada, por ejemplo, “Bill y Melinda Puertas”; el “burro” primero, no vaya a ser…
– Son “medidas de emergencia” ya sabe, “el bien común” y todo eso, sostenible e inclusivo; superchulo.
– Ya, el problema es que todas esas supuestas emergencias previamente han sido diseñadas en un despacho, muchacho, alguna hace siglos; es hora de ir espabilando…
…
Imaginemos una Estado, una nación, donde sucediera todo lo descrito en este texto, de principio a fin, pero donde todos son felicísimos por el resultado de su selección en la eurocopa de futbol, o en “el tenis”; millones de personas saliendo a las calles…
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-¿Un país de ignorantes?
-El Planeta de los Ignorantes…
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14/07/2024… ¿Hasta cuándo?
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Imaginemos unpais que ya tu selección no fuera ni nacional y esto no es racismo señores es sentido común.
Me da igual sea blanco, africano, chino, japones, inglés, australiano o de las americas.
Pues así estamos y no solo en España, en cambio no creo que si fuera al revés lo vieran con buenos ojos.
No creo que a un Africano, a un japonés o incluso iberoamericano le gustará esto.