miércoles, diciembre 31, 2025

Feliz año nuevo

Por Alfonso de la Vega

En el famoso episodio de Lot y las ciudades corrompidas y degeneradas la Biblia nos previene de la inconveniencia de mirar hacia atrás so pena de convertirnos en estatuas. Mejor mirar donde ponemos el pie para no tropezar y pegarnos la costalada. Pero la advertencia bíblica parece oponerse a leyes viciosas como las de memoria histórica y similares.

En la populosa Sodoma borbónica de las saunas enmucetadas, sus múltiples heroicos próceres y demás personajes cabe encontrar todas las muestras del vicio y la degeneración humanas. Y con estos mimbres funciona el tinglado monárquico actual, por lo que no debiera sorprendernos lo que pasa. Acaso demasiado poco aún para sus grandes méritos y posibilidades sin desarrollar.

El pobre voluntarioso Lot buscaba con toda urgencia y a la desesperada algún ejemplar de gente honrada que presentar al ángel justiciero para salvar a Sodoma de la destrucción divina pero no hubo manera. La ciudad alegre y confiada con su intrincada maraña de intereses creados había alcanzado grandes cotas de corrupción y pudrimiento.

Tras la festividad de San Silvestre en el calendario gregoriano vigente y aún no alterado por el despotismo ateo WOKE, se inicia un nuevo año, el 2026 desde el nacimiento del Salvador. El calendario gregoriano es el modelo actualmente utilizado de manera oficial en casi todo el mundo. Su nombre se debe al papa Gregorio XIII, aunque su base científica se generó en la Universidad de Salamanca. Fue adoptado en primer lugar por la Hispanidad y luego por los portugueses, los últimos en emplearlo fueron los anglosajones, siempre dispuestos a dar la nota y llevar la contraria.

El año nuevo es un fenómeno cósmico que siempre es motivo de celebración, fiesta y jolgorio en la optimista superstición que las cosas van a variar a mejor gracias al cotillón o por arte de magia. Ojalá, pero no parece que vaya a haber tal novedad mientras las causas de lo que acontece sigan siendo las mismas.

No obstante, por motivos externos o ajenos al propio tenderte borbónico acaso pueda venir el cisne negro y la catástrofe que al final termine poniendo todo patas arriba. En ese caso habría adaptaciones a las nuevas circunstancias como las de las propias hijas de Lot que recurrirían al incesto con su padre, todo sea por una buena causa.

De modo que, si no suena a sarcasmo, lo que desde luego no es mi deseo, ¡Feliz año nuevo y qué no nos pase nada!

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