Votaciones extremeñas, buf. Sopor, tedio, mientras voy concluyendo Democracia, el gran fraude de Aquilino Faniñas Godoy. Grosso modo, democracia: el subjetivismo, el relativismo y el voluntarismo pasando a ser los elementos vertebrales de una escalofriante trinidad que pergeña una nueva religión autorreferencial, intolerante y virulenta contra los disconformes. Disecciona Fariñas la íntima naturaleza de la «memocracia» para evidenciar la colosal mentira del sistema democrático liberal. Desde los conceptos de Voluntad General, de Opinión Pública, o de la indiscutible “verdad” de la mayoría (inducida por “iluminadas” y privilegiadas minorías) hasta la pútrida naturaleza de los partidos (desnudas y despiadadas maquinarias de poder). O de amañadas elecciones, del parlamento o de la Constitución. O Prostitución.
No, nunca, jamás
Y rememoro el genial panfleto Contra la democracia de los Grupos Anarquistas Coordinados (GAC). Y el no menos brillante Contra la democracia: Un manifiesto contra el peor sistema de todos, de Santiago Prestel. No el menos malo, sino el peor. Como todos, grosso modo, agrego. Democracia partitocrática: un simulacro, un ritual, un fraude (también semántico), una fachada, un vacío sin apenas fingida carcasa.
El rey va desnudo. Siempre estuvo en pelotas. Un ponzoñoso y envilecedor sistema antinacional al servicio de evanescentes agendas globalistas, que tan a menudo, “deliberación” mediante, trastorna y transforma a la peña en más irracional y sesgada, fanatizada e irracional, polarizada y cruel (Contra la democracia, Jason Brennan). Casi siempre, totalitaria, no solamente con tentaciones despóticas (Los demonios de la democracia. Tentaciones totalitarias en las sociedades libres, Rysard Legutko).
Y lo postrer
Fascinante y fascinadora La trampa de la democracia de Santos Manuel Cavero López. Qué decir de nuestro narcorrégimen del 78. La corrupta y corruptora Constitución y el desarrollo legislativo posterior, tan tecnofeudalistas hoy, que se bosquejaron para juramentarse entre todos que el poder jamás saliese de las cúspides partidarias. Todo, pues, corrompido desde su génesis.
Un teatrillo donde no existe ni remotamente división de poderes: el Ejecutivo nace del Legislativo y controla al Judicial. Hidra de Lerna de tres cabezas, un engendro con un solo cuerpo. Indefensión aprendida (Seligman), el españolito medio, completamente vendido, ante algo tan “atado y bien atado». Deletérea estructura política que ineludiblemente hunde la economía nacional. Pura trampa, como escribe el autor. Cavero sostiene que el sistema gesta una selección inversa: contra el mérito, arriba solo llegan los peores en todos los órdenes(intelectual, ético, espiritual…). Instituciones, a grandes rasgos: agencias de colocación, distribuyéndose el presupuesto público cual suculento botín…
…¿Extremaqué? En fin.