Por David Azañón (Subinspector 87713)
Hoy es 25 de noviembre, día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer. No era suficiente con el chochoM. La Agenda 2030 sigue con su plan.
No pasa un solo día sin que las furcias mediáticas globalistas insistan en el paripé de género, chiringuito donde todos los partidos y sus redes clientelares hacen el agosto. La violencia en el ámbito de una relación sentimental no es violencia machista, no tiene nada que ver con los machos. Tampoco es de género pues no tiene nada que ver con el género. Todas las violencias con vituperables pero más vituperables son los que se enriquecen con la violencia, véase ETA, véase los que se enriquecieron en las cacerías humanas durante la guerra de Bosnia, específicamente en Sarajevo entre 1992 y 1996 que está investigando la fiscalía de Milán donde malnacidos, incluyendo españoles, pagaban entre 80.000 y 100.000 euros para disparar a civiles, incluidos niños, en lo que eran verdaderos safaris humanos.
Esta semana ha tocado airear los sesenta y cinco niños asesinados entre 2013 y 2025 por sus progenitores en España. Los imbéciles o woke, lo denominan violencia vicaria, silencian que son las madres quienes cometen la mitad de los filicidios. Piensan que los hombres somos seres inicuos mientras las mujeres son seres angelicales, nótese la ironía, pues existen hombres buenos y mujeres buenas, y hombres perversos y mujeres perversas.
Doce niños asesinados al año por sus progenitores es un drama familiar pero no se trata de un drama nacional cuantitativamente hablando.
Cuarenta y ocho mujeres asesinadas por sus parejas es otro drama familiar pero no un drama nacional menos aun para justificar que se gastan millones de euros para regar chiringuitos mientras nuestros compatriotas víctimas de la gota fría, del volcán de La Palma, nuestros ancianos, son abandonados a su suerte.
Cuatro hombres asesinados por sus parejas es otro drama familiar pero tampoco un drama nacional, recordemos que si un hombre llama al 016 no le atienden, ya le pueden estar matando. Me pregunto donde queda el delito de omisión del deber de socorro en estos casos.
Lo que comienza a ser una cifra notoria son los 348 asesinatos en España en 2024, en 2025 vamos a una media de homicidio diario. Eso sin contar los más de mil casos de homicidio en grado de tentativa.
Lo que sí es un drama nacional son 3,846 suicidios de 2024. Por cierto 2.834 correspondieron a hombres y 1.012 a mujeres, de ahí que no le importe a nadie.
Los casos de paripé de género de los que he sido testigo durante el ejercicio de mi carrera profesional han sido en su inmensa mayoría falsos. En España no se detiene a nadie sin indicios racionales de delito salvo en los casos del paripé de género y a los varones. De la misma forma que es preceptiva una autorización judicial para colocar una baliza a un delincuente mientras que el gobierno se la coloca a todos los españoles porque le plac€€€€€€€€€€€€€.
Aparte de los casos de los que he sido conocedor en mi carrera profesional, en mi vida particular conozco otros que son dignos de mención.
Uno es el de una familia donde la madre asesinó a su hijo de menos de cinco años de edad. Ella estuvo años amenazando al padre durante un par de años con quien convivía, un tipo que no ha roto un plato en su vida y que ha quedado destrozado de por vida, quien estaba aterrorizado cada vez que se iba a trabajar por lo que pudiera pasarle a su hijo. Lamentablemente no se equivocaba.
Todos conocemos lo que es el atentado contra la igualdad ante la ley y contra el principio de presunción de inocencia que es la LO 1/2004 o ley del paripé de género cuya aprobación dudaba el mismísimo Alfonso Guerra ya que era discutible si se podía construir un marco legal que desfavoreciera a los hombres en situaciones de acusaciones de violencia.
Siguiendo con el filicidio anterior, la madre intentó eximir su responsabilidad criminal alegando padecer una enfermedad mental, sin embargo, acabó siendo condenada por asesinato al ahogar al pequeño con una almohada a sabiendas y maliciosamente sin que la pobre criatura pudiera defenderse mínimamente. La Audiencia Provincial consideró, en virtud de los hechos e informes psicológicos, que estaba en pleno uso de sus facultades mentales pero esto no lo verán ustedes en la telepantalla. Apaguen la TV y la radio.
Otro caso paradigmático es el relacionado con un divorcio y con la custodia de los hijos, algo que se produce a diario. Poco dicen de las organizaciones satélites del paripé de género y sus letrados sin escrúpulos que aconsejan como primera medida denunciar al hombre sin justificación alguna.
Todos conocemos, como mínimo, un caso similar. El último del que he tenido conocimiento es de la mujer de un conocido quien ha sido denunciado, falsamente, acusándole del típico pack completo del paripé de género, es decir, malos tratos junto a acusaciones de relaciones sexuales no consentidas. Las relaciones sexuales no son consentidas se denominan violaciones, tipo penal que grave que ha aumentado exponencialmente gracias a la inmigración ilegal, pero claro en estos casos en la falsaria denunciante prevalece el deseo de percibir la pensión alimenticia. Próximamente la policía de la comunidad autónoma de Cataluña va a publicar los datos de los delincuentes, nacionalidades y origen, les adelanto que van a ser terroríficos porque, esa es otra, culturalmente los que pegan a sus mujeres son los que son y vienen de donde vienen.
Y siguiendo con lo policial, resulta indignante escuchar a un tipo que afirma ser policía aseverar que se hizo policía porque le impresionó el caso en el que una mujer murió asesinada y se especializó en el paripé de género. Parece ser que también le impactó que su hermana sufrió malos tratos por su pareja.
¿Y ese tipo se hacer llamar también hombre?
Un hombre que se precie de serlo, si su hermana u otra mujer de su entorno cercano sufre malos tratos, solo tiene el camino de ejercer la violencia contra el agresor. Lo mismo que si alguien agrede a cualquier otro miembro de tu familia.
Este tipo de declaraciones enternecen a los zotes o woke que desconocen de qué va el negocio de género pero a los que hemos sido profesionales de la policía, abogacía, judicatura, etc. no nos la dan con queso, caso aparte es que muchos no se atrevan a decir la verdad. Decía Platón que los que dicen la verdad son los más odiados. Toni Cantó, Alfredo Perdiguero, Ricardo Ferris y muchos otros dijeron la verdad.
Es muy vieja la historia, ese tipo de destinos o de “especializaciones” son los típicos destinos donde policías poco audaces se esconden de la verdadera actividad policial. Así lograrán, por ejemplo, percibir un extra en sus retribuciones, no hacer turnos, no hacer noches, no pasar frío, ni calor, no mojarse cuando llueve, ascender y obtener condecoraciones pero, sobre todo, no estar expuestos a la amenaza que supone la seguridad ciudadana o las investigaciones con peligrosos delincuentes. Eso sí, se pondrán muy campanudos cuando procedan a la detención de un varón aun sin indicios racionales de delito.
Otra cosa que también buscan, a buen entendedor pocas palabras bastan… estaría bien que publicaran los datos estadísticos sobre divorcios por infidelidades en este tipo de unidades.
Siguiendo con la mafia feminista, magnífica sección del programa de César Vidal con Cristina Seguí, la realidad es que las mujeres que sí son verdaderas víctimas de la violencia por parte de sus parejas masculinas son abandonadas a su suerte o peor aún, son utilizadas para perpetuar el negocio. Y expondré otro caso que conozco de primera mano, concretamente, el de una mujer que fue prendida fuego por su marido. Afortunadamente la mujer se recuperó y no sufrió lesiones permanentes a pesar de que fueron graves. Lo que sí hizo es mandar a donde amargan los pepinos a todos esas mafias que querían aprovecharse de su desgracia presionándola para darse a conocer públicamente en sus sedes.
Se está planteando publicar su historia en un libro, motivo por el que me ha pedido ayuda en el caso que se decidiera a hacerlo. Llegado el caso, así lo haré, sin pedir nada a cambio.
Finalizaré con una cita de George Orwell:
En una época de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario.

