Gijón, 27 de diciembre de 2012.
Aquel día, Cristian González Cueli, de 32 años y natural de Laviana, salió de su casa con una intención clara y aparentemente rutinaria: acudir a un taller situado en el Alto de la Madera para reclamar una deuda que, según su entorno más cercano, ascendía a unos 50.000 euros. No habló de viajes ni de ausencias prolongadas. Sólo iba a resolver un asunto pendiente y regresar, pero el caso es que nunca regresó.
Lo más curioso del tema es que su coche apareció aparcado en el mismo taller al que dijo dirigirse a cobrar, pero a partir de ese último dato todo son dudas e hipótesis. La Guardia Civil intentó por dos veces detener al propietario de ese negocio, acusado de esta desaparición involuntaria, pero no existe ninguna prueba objetiva contra él.
Un instalador de cámaras de vigilancia en Cantabria afirma que la mayoría de los delitos y desapariciones como conocemos podrían reducirse bastante si en todos los hogares y negocios se dispusiera de algún sistema de videovigilancia. Así se podrían seguir con mayor efectividad los movimientos de personas inocentes y criminales. ¿Estás de acuerdo con sus palabras?


