No sirve de nada quejarse cuando es evidente que tenemos un problema gordísimo y que los que tenían que ocuparse de resolverlo, al menos sobre el papel y sobre la nómina que cobran todos los meses, ni quieren ni pueden hacerlo.

«Se acerca al suspenso», dicen, cuando todo el mundo en Vascongadas está hasta las pelotas ya de esta gente y sus protectores políticos.
Entrenar defensa personal en Bilbao es ya una obligación frente a la oleada de criminalidad que estamos sufriendo y que sufren sobre todo los más débiles, empezando por los niños, que son víctimas potenciales de cualquiera, así como las mujeres. Pero insistimos en que no sirve de nada quedarse en el victimismo y que hay que tomar una actitud proactiva en nuestra propia defensa personal en Bilbao y donde nos encontremos.

Si el Gobierno Vasco se ve obligado a reconocer que tienen un problema gordísimo con ciertas personas, que no son de origen autóctono y que por alguna extraña razón han entrado en Europa y no se les puede expulsar, aunque sean multi reincidentes, es porque realmente tenemos un problema gordísimo que ya no pueden ocultar más y que está estallando en todas las redes sociales y en todos los foros posibles. Solamente la gente a la que le gusta vivir en la Luna y que se pasan allí todo el día pueden negar la evidencia de que el crimen está completamente desbocado.

