Llegando a cierta edad, cuando comiencen a sentirse incómodos dentro de sus cuerpos, lo mejor que podemos hacer por nuestros Hijos es darles unas coordenadas lo más precisas posible:
“Tú ya eres un hombre (o una mujer), mi Amor, tómalo con tranquilidad; verás, como eres inteligente vas a entender lo que te voy a explicar …
La parte biológica del Ser Humano, la parte “animal” que hay en nosotros, tanto en hembras como en machos evoluciona hacia su madurez, hasta llegar a ser adultos, por lo que tu cuerpo irá sufriendo una serie de transformaciones; el vello, la voz, ciertas partes van cambiando en nosotros, hasta que nos hacemos mayores y los cambios se detienen, aunque hay otros, más importantes que los físicos, que no se ven.
Si comprendes que no somos un cuerpo, que este simplemente es un accesorio muy mono, podrás sentirte libre y vivir al margen de los cambios físicos que los humanos sufrimos a cierta edad, sin que te afecten; lo verás como un proceso natural que nos ocurre a todos, porque lo contemplas desde la distancia, desde tu ESENCIA, el Alma.
Lo mismo que ocurre en la vejez, por eso hay ancianos más jóvenes de Espíritu que la mayoría de los que hoy tienen treinta años, porque no están pendientes de los achaques de sus cuerpos, sino de lo que les dicta quien habita dentro de esas carcasas biológicas, el Alma.
…
Vivir desde dentro, desde el Alma, es como hacerlo desde arriba, porque ves claramente lo que ocurre abajo, en el barro, desde una perspectiva privilegiada.
…
Quítale importancia al físico, cultiva tu Alma y no olvides la importancia de observar la Vida desde una perspectiva adecuada.
Disfruta”.
(A Lluvia, Maia y Enzo)
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