Por Alfonso de la Vega
El caso de la niña británica de 14 años detenida por proteger a su hermana de 12 de un inmigrante musulmán acosador e hipotético agresor sexual debiera hacernos reflexionar a los europeos del grado de estulticia mortal y envilecimiento moral en el que chapoteamos. Si esto no es un infortunado caso aislado, y por desgracia dados los precedentes no parece que lo sea, nos muestra que la racista, cobarde y encanallada policía británica por órdenes de sus superiores o por cobardía protege a los delincuentes antes que a sus víctimas. Nada nuevo, por desgracia. Se ha denunciado que el belicoso primer ministro actual, un fabiano casado con una jázara, cuando heroico fiscal hacía la vista gorda con las violaciones sistemáticas de niñas por mafias organizadas de musulmanes. Mérito que es probable haya contribuido a auparle a lo más alto de la cucaña de la degenerada Monarquía inglesa a la que ningún crimen es ajeno.
La detención de la niña fue digna de ser glosada como increíble esperpento por un Valle Inclán: todo un cuerpo de ejército de fantoches uniformados y armados hasta los dientes, hasta veinte se han contado, contra la pobre criatura mientras el delincuente musulmán impune se cachondeaba de todos y grababa en su móvil. Pero el triste suceso rebasa la simple anécdota. Es representativo de la actual realidad europea en manos de autoridades que cabría tachar de cómplices de los criminales que emplean los recursos de los distintos estados contra sus pueblos. Y que además de no defenderlos protege a sus enemigos y los emplea contra la gente.
Algunos buenistas a la violeta, negacionistas del derecho a la legítima defensa, dirán que la cosa no era para tanto ni hay heroísmo alguno en el acto de la niña sino simple miedo. Si así fuera es terrible reconocer que una parte de la infancia y adolescencia que vive en sitios pretendidamente civilizados se siente desamparada. Y efectivamente, el miedo se emplea como instrumento de control social por parte de poderes despóticos o contra el bien común, de modo que sería una confirmación de la ilegitimidad del sistema.
No sé cómo se llama esta para mí digna y heroica discípula de María Pita o de Agustina de Aragón que desde su niñez adolescente aún no envilecida por esta sociedad podrida nos ha ofrecido una lección de coraje moral, de valentía y disposición para enfrentarse al Mal. Lo que no hacen para su vergüenza y deshonor los que incluso bajo juramento traicionado están obligados a ello.
Pero según un sondeo de Ipsos de este agosto de 2025 la preocupación por la cuestión inmigratoria habría subido ocho puntos desde julio, con un 48 % de los encuestados calificando el tema como “importante”. El 42 % opina que el actual Gobierno está haciendo un peor trabajo de gestión de la inmigración que la anterior administración. Esta preocupación es mayor entre los partidarios del partido Reform UK (84 %), las personas mayores de 55 años y los conservadores (59 %), en comparación con el 33 % de los laboristas y el 34 % de las personas de entre 18 y 34 años. Fuentes de Reform UK afirman que estarían dispuestos a deportar a 600.000 inmigrantes en cinco años si ganaran las próximas elecciones. Aparte de escandalosos como el que comentamos el panorama empeora por los crímenes sexuales cometidos por bandas que involucraban a redes de explotación infantil gestionadas por grupos criminales locales.
Si esto sigue así, y me temo que seguirá con cada vez más problemas mientras no se produzca una reacción contundente de los pueblos, no sería de extrañar que ante el hartazgo por la injusticia de que son objeto y la traición del aparato del Estado empiecen a surgir grupos armados de autodefensa, o incluso sociedades secretas, para defender al pueblo de los agresivos invasores que perturban la paz social y la convivencia pacifica. Hay muchos precedentes históricos.
La moraleja o consigna que trasmite el Poder parece clara: aguántate, no te defiendas, déjate acosar o violar, no seas racista ni xenófoba y no nos pongas en evidencia porque en verdad estamos en una tiranía cada vez menos camuflada y nuestra prioridad es proteger a tu agresor inmigrante musulmán. Toda la maquinaria de la prensa prostituida o mercenaria e incluso del tinglado judicial más sectario se pondrá contra vosotras.
Así estamos en esta Europa desquiciada y agónica.