La deuda pública ha alcanzado un nuevo récord histórico de 1,691 billones de euros. Sí, han leído bien, 1.691 miles de millones de euros en el segundo trimestre del año, según los datos publicados este martes por el Banco de España.
Eso es como si cada español cargara con una mochila de más de 35.000 euros de puro endeudamiento. Y todo esto bajo el mando de Pedro Sánc-hez, el presiMente progresista que nos está entregando una montaña de deudas que pagaremos durante décadas, incluidas las generaciones futuras.
La deuda pública no es un simple juego de números en una hoja de cálculo; es el dinero que el gobierno toma prestado de bancos, inversores y hasta de otros países para pagar sus caprichos, porque no le llega con lo que recauda de impuestos. Y hoy, según el informe del Banco de España, esa montaña de deudas equivale al 103,4% de todo lo que produce España en un año. O sea, nuestro país debe más de lo que gana. Es como si una pareja viviera por encima de sus posibilidades, pidiendo préstamos para fiestas y viajes, y dejando la ruina para sus los hijos.
Lo peor de todo es que este no es un pico aislado, sino la culminación de siete años de despilfarro socialista. Cuando Sánchez llegó al poder en 2018, la deuda rondaba el 95% del PIB. Hoy, después de promesas de recuperación post-plandemia, reformas milagrosas y presupuestos «expansivos», hemos subido como la espuma. El informe revela que en el segundo trimestre de este año, la deuda ha crecido un 4% respecto al año pasado, impulsada sobre todo por el Estado central (que es donde Sánchez manda directamente), que se ha inflado un 4,5% hasta los 1,534 billones de euros. ¡Más de la mitad de la deuda total en manos del gobierno central!
Y no olvidemos a la Seguridad Social, que ha visto su deuda dispararse un 8,6% porque el Estado le ha tenido que prestar dinero para tapar agujeros en las pensiones. ¿Por qué? Porque Sánchez prefiere regalar subvenciones a sus aliados que arreglar el sistema de jubilaciones de verdad.
Pero el colmo de la vergüenza son las prescindibles e innecesarias comunidades autónomas, donde el sanchismo ha sembrado el caos. Lugares como Valencia, Murcia, Cataluña o Castilla-La Mancha lideran el ranking de deudas disparadas, con aumentos del 30% o más. ¿Casualidad? No, es el resultado de gobiernos autonómicos afines al PSOE que han malgastado en proyectos faraónicos, enchufes a dedo y políticas clientelares, todo financiado con deuda fácil que ahora pagamos los contribuyentes.
Mientras, los ayuntamientos pequeños intentan contener el desastre bajando un poquito su deuda (un 0,8%), pero los grandes, como Madrid o Barcelona, sufren el lastre de esta herencia tóxica.
¿Y qué hace Sánchez ante este desastre? Nada. Silencio ensordecedor. En lugar de recortar el gasto público obeso –que incluye ministerios duplicados, asesores a miles de euros al mes y propaganda constante–, prefiere seguir despilfarrando en pactos de emergencias timáticas que no irán a ningún sitio, campañas ministeriales ridículas e innecesarias, publicidad institucional millonaria para los medios de comunicación oficialistas, cumbres internacionales de postureo, donaciones a fundaciones como la de su amigo Bill Gates… ¡Por favor!
Esta deuda récord significa intereses que chupan miles de millones del presupuesto cada año. Tenemos un país ahogado, con jóvenes sin futuro y familias exprimiendo el sueldo para llegar a fin de mes.
¡¡ Esto no es gobernar, es saquear!!
(Por Laura González)