Está muy revuelto el gallinero nacional, porque el gobierno español, afincado desde hace años en Rabat, se niega a conmemorar de ningún modo el centenario del desembarco de Alhucemas, que se inició el 8 de septiembre de 1925.
Decía George Santayana que los pueblos que no conocen su historia, están condenados a repetirla. Y nos dice la experiencia, que se aprende mucho más de los errores que de los aciertos.
El desembarco de Alhucemas fue un acierto, un éxito rotundo, una operación anfibia, donde las armas españolas marcaron un hito en la historia militar y dieron una lección que sirvió para todos los desembarcos posteriores, incluido el de Normandía.
Sólo por eso, debería conmemorarse, igual que el de Normandía.
Sin embargo, si queremos aprender más y mejor de la historia, debemos recordar que Alhucemas fue necesario para remediar la mayor derrota de las armas españolas en toda nuestra historia: el desastre de Annual (22 de julio de 1921).
Y resulta especialmente importante recordarlo, para que no se repita, porque la principal y verdadera causa del desastre de Annual, la podredumbre, corrupción, desidia y venalidad de la cúpula militar española, se repite a día de hoy, igual que el riesgo de un enfrentamiento militar en Marruecos.
Las Fuerzas Desarmadas Españolas pagan entre el doble y el cuádruple de su valor de mercado, por todo el material que compran, de modo que tenemos la tercera parte del material que hemos pagado con nuestros impuestos.
El dinero sobrante ya sabemos a dónde va. Porque Margarita se lleva de maravilla con todos los generales y almirantes, y viceversa.
Como contraste, el soldado español es, desde hace dos siglos, el peor pagado de Europa.
Es decir, que tenemos un ejército de generales corruptos e inútiles, oficiales genuflexos, sólo preocupados por el ascenso, suboficiales y tropa desmoralizados y medios materiales escasos y obsoletos.
Es suma, lo que vimos (o peor, no vimos) en Valencia el 29 de octubre de 2024.
La receta perfecta para sufrir un humillante descalabro en el enfrentamiento que se nos avecina por el sur.
Conclusión: antes de conmemorar el desembarco de Alhucemas, más nos vale resolver urgentemente los gravísimos problemas de nuestras FF.AA., o ya podemos prepararnos para Annual 2.0.
Fiat iustitia, ruat caelum.
Hágase justicia, aunque se hunda el cielo.