jueves, julio 31, 2025
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La defensa de Ceuta y Melilla empieza en Madrid

En el imaginario popular español, desde mediados del siglo XIX, Marruecos es nuestro tradicional enemigo y una amenaza para España. 

Sin embargo esa percepción es falsa. 

Nunca en este tiempo Marruecos ha sido una amenaza real para España… hasta ahora. 

La diferencia, y por ello la amenaza, no está en Marruecos, sino en muestro propio gobierno y sus adláteres, oposición incluida, y en la cúpula militar y policial, que forman una caterva de sabandijas, vendidas a intereses bastardos extranjeros.

Incluso Vox, que muchos alucinados quieren ver como baluarte de la defensa de España, tiene inconfesables y lastrantes vínculos con Israel, aliado incondicional de Marruecos, y por lo tanto enemigo de España.

Si, como parece, llega el caso de tener que defender Ceuta y Melilla con las armas, las españolas están derrotadas de antemano, por la acción del enemigo interno.

Cualquier esfuerzo o sacrificio de la fiel infantería, está condenado al fracaso, por la traición de la cúspide política y militar. 

El comportamiento de las Fuerzas Armadas en Valencia durante las riadas, de pasividad y entreguismo a las consignas políticas, es muestra de lo que veremos en una contienda con Marruecos: falta de órdenes u órdenes contradictorias, falta de suministros y abandono total de los combatientes de primera línea.

Incluso en el improbable caso de que se alcanzase alguna victoria, sería pírrica, costosa, efímera e inútil.

Los militares y policías deberían preocuparse, más que nadie, de limpiar la trastienda nacional del estiércol que lo inunda. 

Mientras no lo hagan, todo esfuerzo en la lucha con el enemigo externo será baldío.

Por eso, si llega el caso de tener que empuñar las armas para defender Ceuta y Melilla, y no queremos una ominosa derrota, donde deben apuntar esas armas no es al sur, sino a Madrid, donde anida la calaña que nos ha traído a esta situación, y que propiciará nuestra derrota. 

Hoy, desde Madrid, debería emitirse un radiograma como el que emitió el sitiado cuartel del Simancas, en Gijón, en 1936: 

El enemigo está dentro. Disparad sobre nosotros”.

 

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