Por Alfonso de la Vega
El asunto de las listas de Epstein tiene una gran importancia y no solo para EEUU sino también de rebote o incluso conceptualmente para España. Es una prueba de la credibilidad que merece Trump, del Partido Republicano y del movimiento MAGA, (Make America Great Again) el gran traicionado. También pudiera dar lugar a un despertar de conciencias sobre la verdadera naturaleza del régimen político norteamericano edificado sobre el Estado Profundo, las élites plutocráticas y la pedofilia.
El ahora disidente Musk publicó en X «¿Cómo se puede esperar que la gente confíe en Trump si no publica los archivos de Epstein? Musk lleva cierto tiempo criticando abiertamente al Gobierno estadounidense. Cuando un usuario preguntó si la desclasificación de los archivos Epstein sería una prioridad para el nuevo Partido América, la formación política con la que Musk pretende desafiar el bipartidismo en EEUU, el multimillonario respondió: «100«.
La ruptura entre Trump y Musk se había hecho patente tras las críticas del magnate al presidente al oponerse rotundamente a lo que Trump calificó de «El Gran y Hermoso proyecto de ley», en referencia al proyecto de ley de presupuesto, ahora ya aprobado por los pelos, desencadenando así otra disputa pública. El «Gran y Hermoso Proyecto de Ley» de Trump provocará que la carga de la deuda estadounidense alcance niveles nunca vistos desde la Segunda Guerra Mundial, mientras que el aumento de los costos de endeudamiento dejará la situación de déficit prácticamente inafectada por los recortes del gasto. El trabajo de Musk adelgazando mantecas administrativas y desfalcos varios se vería inutilizado. “Si la deuda crece lo suficiente, los gastos por intereses podrían llegar a ser tan elevados que estabilizar la relación deuda/PIB requeriría mantener superávits fiscales persistentes de un tamaño que rara vez se ha mantenido históricamente debido a su alto coste económico y su dificultad política”. Algo que parece estar muy en contra de la supuesta política de rebajar impuestos de Trump. EEUU ya está pagando una cuantía monstruosa por los costos de endeudamiento para el servicio de su gigantesca deuda, que se prevé que pronto alcance los 37 billones de dólares. Los pagos de intereses, que se prevé que alcancen el billón de dólares el próximo año, superan el gasto en servicios sociales. La trampa creciente ahogará cualquier posible política en beneficio popular, otro futuro fiasco.
La tensión entre ambos escaló tras que Musk denunciara la presunta implicación del propio Trump en el caso Epstein, en mensaje que luego fue borrado. Trump se defendió: «Nunca estuve en el avión de Epstein ni en su estúpida isla». Musk atacó también a Steve Bannon, exasesor de Trump, afirmando que está vinculado al caso Epstein. La declaración se produce tras los ataques de Bannon contra el magnate el pasado viernes, cuando afirmó que “su condición de extranjero le impide entrometerse en la política interna de EE.UU. y que debería ser deportado por ello.”
El asunto no es un simple cotilleo que afecta solo a la vida privada de particulares. Si es cierto lo que afirmase en una entrevista Ari Ben-Menashe, de la Dirección de Inteligencia Militar de Israel, el multimillonario Jeffrey Epstein era un agente de la inteligencia israelí encargado de chantaje político de personas influyentes de EEUU. Según este agente Jeffrey y su pareja Ghislaine Maxwell trabajaron para la inteligencia israelí en la década de 1980. Pero antes de conocer a la hija del magnate de medios Robert Maxwell, también supuesto espía, Epstein ya tenía vínculos en el mercado global de armas. Pero su fortuna cambió junto con Ghislaine, y se desempeñó creando un sistema de chantaje político mediante la venta de esclavas sexuales menores. Al parecer, habría obtenido la ayuda de la inteligencia israelí y norteamericana y de un tal Wexner como contacto embajador con el crimen organizado quien habría colaborado en la creación de una red de trata de niños para servicios sexuales.
MAGA o el Partido América
El Partido América puede significar una forma de rebelión de “coronelitos de la Gándara” frente al poderoso “Tirano Banderas”. En efecto, la idea de Elon Musk, al cabo otro plutócrata, de crear el partido «América» pudiera tener éxito en las actuales circunstancias con buena parte de los antiguos simpatizantes y votantes de Trump con el sentimiento de haber sido engañados y traicionados. Además Musk tuvo una importancia decisiva para que lograr llevar a Trump a la Casa Blanca, todo ello en virtud de planteamientos radicalmente opuestos al establecimiento USA.
Y es que las ideas de MAGA, en la medida que se opusiesen a la hegemonía del deep sate ¿hasta qué punto pueden considerarse afines a las del Partido Republicano? En una anterior entrega comentaba sobre el dispensacionalismo americano, una forma del paradójico sionismo cristiano, pero el presente Partido Republicano es sobre todo un partido de neoconservadores, globalistas, partidarios de un mundo unipolar, el de las intervenciones en Oriente Medio, la guerra con Rusia hasta su derrota estratégica y la eliminación de los impuestos para los ricos. Se trata de una política habitual propia del deep state. El Partido Republicano es el globalismo de derechas del Estado profundo.
Trump, al parecer habría ganado las elecciones sin trampa. Lo apoyaron aquellos que no se sienten bien representados en el Partido Republicano, los que quieren destruir el Estado profundo, los que quieren que Estados Unidos deje de participar en guerras en el extranjero, que se ocupe de sus asuntos internos, que castigue con justicia a los pedófilos de la élite woke y que expulse del país a los inmigrantes ilegales. Gente que defendía la existencia de dos sexos en lugar de tropecientos y la vuelta a la normalidad. Y este partido no es republicano en absoluto, aunque, evidentemente, tampoco es demócrata, los demócratas aún son peores. MAGA más bien supone un tercer partido, en cierto modo similar a los nuevos partidos de patriotas europeos, cuyo incierta, timorata y balbuceante representación pudiera ser acaso VOX en España
A medida que Trump se ha ido alejando últimamente de MAGA, es decir, de sus propios seguidores, y se ha ido acercando a los republicanos convencionales, ha comenzado el fin de su apoyo. Muchos partidarios de MAGA se opusieron a la guerra contra Irán y al apoyo a Israel. Algunos incluso llegaron a firmar que en Estados Unidos no gobiernan los estadounidenses, sino los israelíes, y entraron en una dura confrontación con Trump por esta cuestión capital. Musk dijo que la promesa de Trump era no elevar el techo de la deuda pública para no condenar a las próximas generaciones a la esclavitud financiera, no «comerse el futuro hoy» y, como antes hemos señalado, Trump lo incumplió al aprobar la gran ley maravillosa.
Y, la gota que colma el vaso es la escandalosa reculada de Trump en lo del pedófilo Epstein, con crecientes indicios de que también pudiera estar implicado como usuario en la trama. Trump se está reconvirtiendo de heroico líder de MAGA en un títere más. Otro miembro del partido único con dos caras que asola América a semejanza de lo que aquí pasa con el dinástico PPSOE. El bipartidismo engañoso como dictadura camuflada pro NOM. Acabar con él es indispensable para un ciudadano patriota pero se trata del Poder contra el pueblo, misión (casi) imposible.
Ahora Elon Musk, aparece como posible salvador del traicionado MAGA, para recoger la bandera contra ese partido único bajo el mando del Estado profundo, los globalistas, que pueden ser de derecha, como los republicanos neoconservadores, o de izquierda, como los demócratas, que tienen la misma agenda. Y MAGA son los oponentes a tal partido único. De modo que se abre un cierto horizonte para continuar el movimiento iniciado por MAGA. Las anteriores iniciativas de Musk se han venido llevando a cabo con cierto éxito, pero no deja de ser otro plutócrata y «ya veremos» dijo un ciego.