Daniel Irimia, portavoz municipal del PSOE en el ayuntamiento de Cospeito, Lugo, fue detenido por agentes de la Guardia Civil tras una presunta agresión a su pareja durante una boda celebrada en Vilalba. El incidente, que ha generado una oleada de reacciones en la comunidad local y política, ha puesto en el centro del debate la violencia de género y la responsabilidad de los representantes públicos.
Según fuentes policiales, los hechos ocurrieron en las últimas horas de la fiesta nupcial, cuando Irimia, de 42 años, supuestamente empujó a su pareja, provocando que esta cayera al suelo. Testigos del evento alertaron a la Guardia Civil, que se desplazó al lugar y procedió a la detención del político. Tras ser trasladado a dependencias policiales, Irimia fue puesto a disposición judicial, aunque por el momento no se han dado detalles sobre las medidas cautelares que se le hayan podido imponer.
Daniel Irimia, quien también ejerce como secretario general del PSOE en Cospeito, ha sido una figura relevante en la política local desde que entró en el ámbito municipal en 2019, formando parte de la lista liderada por Rosa Morán. En las elecciones de 2023, se convirtió en el candidato socialista para el ayuntamiento, y recientemente fue reelegido como secretario general de la agrupación local. Su detención ha conmocionado a la comunidad política de Lugo, donde era considerado un líder emergente del partido.
El PSOE de Cospeito, a través de un comunicado, ha expresado su «preocupación» por los hechos y ha asegurado que colaborará plenamente con las autoridades en la investigación. Sin embargo, la formación no ha emitido un posicionamiento claro sobre las posibles consecuencias para Irimia dentro del partido, lo que ha generado críticas por parte de opositores políticos y activistas sociales. Desde plataformas como la Asamblea Feminista de Lugo se ha exigido una «tolerancia cero» con la violencia de género, independientemente del cargo que ostente el implicado.
Este incidente no es el primero que involucra a un representante público en casos de violencia de género en España, pero su ocurrencia en un contexto festivo y la posición de Irimia como portavoz municipal han amplificado su impacto. La boda, celebrada en un conocido salón de eventos de Vilalba, reunía a decenas de invitados, muchos de ellos vinculados al ámbito político y social de la comarca, lo que ha añadido una capa de complejidad al caso.
La detención de Irimia se produce en un momento delicado para el PSOE, que ha hecho de la lucha contra la violencia de género uno de sus ejes prioritarios. Sin embargo, casos como este ponen a prueba la coherencia del partido en la aplicación de sus propios principios. La presión social y política para que el PSOE tome medidas firmes contra Irimia está creciendo, y se espera que en los próximos días se anuncien decisiones al respecto.