martes, junio 17, 2025
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Qué casualidad que Microsoft anuncie ahora la instalación de un centro en una de las zonas afectadas por la riada de Valencia, ¿verdad?

La decisión de Microsoft de instalar un centro de operaciones en Valencia, específicamente en La Farinera (Benimaclet), ha generado una ola de sospechas debido a la devastación reciente causada por las inundaciones catastróficas de octubre de 2024. Estas riadas, que dejaron al menos 228 muertos y sumergieron gran parte de la región, destruyeron hogares, cultivos y la economía local, planteando preguntas sobre por qué una empresa tecnológica de tal envergadura elegiría una zona tan vulnerable. Sin embargo, lo que ha intensificado estas sospechas es la teoría de que las inundaciones mismas podrían haber sido provocadas para, precisamente, facilitar la llegada de empresas como Microsoft aprovechándose de la crisis.

Esas inundaciones, las peores en la historia reciente de España, todavía no se han cobrado responsabilidad política alguna. Y eso a pesar de que la respuesta de las autoridades políticas fue nula. En este contexto, la llegada de Microsoft parece una «extraña casualidad», especialmente cuando se considera que la zona sigue luchando por recuperarse. Pero las sospechas van más allá: en redes sociales y ciertos medios, se ha especulado que las riadas podrían haber sido manipuladas, quizás mediante tecnologías de modificación del clima, para allanar el camino a inversiones corporativas como la de Microsoft.

Estas teorías se alimentan de la historia de Microsoft de aprovechar crisis para expandir sus operaciones. La empresa, conocida por su programa de respuesta a desastres a través del AI for Good Lab, ha sido criticada por estar utilizando datos y tecnología no solo para mitigar impactos, sino también para identificar oportunidades de negocio en zonas post-desastre. La elección de Valencia, una región devastada pero estratégicamente ubicada, ha avivado estas sospechas, especialmente cuando se considera que Microsoft ha retirado recientemente otros proyectos de centros de datos en Estados Unidos y Europa debido a un exceso de oferta. ¿Por qué, entonces, invertir en una zona arrasada por las aguas?

El impacto económico de las inundaciones fue significativo, con estimaciones que apuntan a una caída del 0.2% del PIB español en 2025. La reconstrucción, que requerirá inversiones masivas, podría haber sido un factor atractivo para Microsoft, pero, curiosamente, las sospechas iniciales que muchos teníamos con las riadas se están haciendo realidad con la llegada de una empresa como Microsoft.

La reacción pública, reflejada en publicaciones en X como la de @crismartinj, expresa escepticismo y preocupación sobre si esta instalación es un genuino esfuerzo de recuperación o una explotación de la crisis para beneficio corporativo. El anuncio de Català, la consellera valenciana, añade una capa de complejidad. ¿Qué incentivos o acuerdos podrían haber detrás de esta decisión? La participación de figuras políticas sugiere que puede haber más de lo que se ve a simple vista, alimentando las sospechas de que la riada misma podría haber sido orquestada para facilitar movimientos como el de Microsoft.

En resumen, la «extraña casualidad» de Microsoft en Valencia no solo cuestiona las motivaciones de la empresa, sino también el papel de las autoridades en facilitar tales movimientos en momentos de crisis. Las tremendas sospechas de que las inundaciones fueron provocadas para que empresas como Microsoft se aprovecharan de ello han desencadenado un debate más amplio sobre la responsabilidad corporativa, la ética de las inversiones post-desastre y la posibilidad de manipulaciones climáticas con fines económicos.

 

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