Este miércoles, el Ayuntamiento de Valladolid, bajo la gestión de una coalición liderada por el Partido Popular (PP) y apoyada por Vox, ha presentado la cuarta edición del ‘Zorrilla’s Fest’, un evento «cultural» promovido por la Fundación Triángulo, una ONG dedicada a la promoción de la igualdad social de las personas lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersex (LGBTI).
Este festival, financiado con dinero público y celebrado en la Plaza de la Universidad, no solo contradice los valores que ambos partidos han defendido históricamente, sino que representa una rendición vergonzosa ante lo que Vox ha denominado «ideología LGBTI». La hipocresía y la incoherencia de esta alianza política quedan expuestas en cada cartel colorido y en cada discurso hueco de sus representantes.
El Zorrilla’s Fest, con artistas como Villano Antillano, Sofía Cristo o DelaMesta, y un enfoque explícito en la «diversidad» y el «progreso social», es un claro reflejo de la agenda promovida por la izquierda progresista, a la que Vox prometió combatir. La Fundación Triángulo, organizadora del evento, se jacta de trabajar «por la igualdad social» y de promover la «pluralidad» y la «modernidad», conceptos que chocan frontalmente con las posturas conservadoras y tradicionales que Vox ha defendido con vehemencia. Santiago Abascal, líder de Vox, siempre ha negado acusaciones de homofobia asegurando que su partido solo se opone a la «ideología LGBTI», pero ¿dónde está esa oposición cuando el propio Ayuntamiento de Valladolid, bajo su influencia, financia y avala un festival que encarna precisamente esa ideología?
El concejal de Personas Mayores, Familia y Servicios Sociales, Rodrigo García (PP), apareció en la presentación luciendo una camiseta con el logotipo del evento y posando frente a un cartel que celebra nombres como «Tribade» y «La Curandera». Esta imagen no solo es un insulto a los votantes que confiaron en el PP por su supuesto centrismo moderado, sino también a aquellos que apoyaron a Vox por su discurso anti-«dictadura progresista». ¿Es este el cambio que prometieron? ¿Es este el uso responsable del dinero público que defendían?
Es importante recordar que la concejalía de educación y cultura de ese Ayuntamiento, tiene como titular a la Teniente de alcalde, Irene Carvajal, de VOX. Esta señora se ha dado prisa en compartir una publicación en X desmarcándose de la iniciativa:
«Ante el debate que está surgiendo: Este lunes se celebró la Junta de Gobierno en el Ayuntamiento en la que se aprobaba la subvención para la realización del festival en Valladolid y desde el Grupo Municipal VOX nos opusimos a su aprobación al igual que el año pasado.» Ya, ya… pero ahí siguen…
En fin, las reacciones en las redes sociales no se han hecho esperar. Usuarios como Alberto Pugilato han expresado su indignación: «Festival de índole sexual patrocinado por el ayuntamiento de PP y Vox. Como dato, lo hacen en el centro de Valladolid a las 18:30, donde normalmente pasean muchas familias con sus hijos. Así como dato», «Gracias
Irene Carvajal por hacer de Valladolid una ciudad donde los padres podemos sentirnos tranquilos cuando paseamos por el centro con nuestros hijos», «Para ayudas a familias numerosas no hay dinero, pero sí para este tipo de esperpentos».
Otros fueron más directos: «Que os den por cul0, votaré a Falange. Muy bien VOX promocionando la degeneración». «Oye VOX, ya está bien eh, estoy hasta las pelotas de que cada dos por tres estén sacando mierdas de ayuntamientos que estáis gobernando con los pvt0s peperos y vosotros tragando».
La frustración es palpable, y no sin razón. Los votantes de ambos partidos, que esperaban una gestión alineada con valores tradicionales y una oposición firme a la «corrección política», se sienten traicionados.
Uno de los aspectos más indignantes es el uso de fondos públicos para financiar un evento que muchos consideran una exaltación de la «degeneración», como lo calificaron varios usuarios en X tirando de sarcasmo: «¿‘Zorrillas’ con dinero público??? Sois la derecha o unos simples mantenidos???».
El patrocinio del Ayuntamiento, a través de la Concejalía de Personas Mayores, Familia e Igualdad de Oportunidades, es particularmente irónico. ¿Cómo se alinea esto con la defensa de la familia tradicional que ambos partidos han esgrimido en sus campañas? La respuesta parece ser que no hay alineación, solo oportunismo político.
La alianza PP-Vox en Valladolid, que llegó al poder con la promesa de frenar la «dictadura progresista», se ha convertido en un chiste cruel para sus votantes. Mientras Vox se jacta de proteger los valores católicos y la unidad de España, y el PP se presenta como un partido de centro-derecha responsable, ambos han permitido que un evento como el Zorrilla’s Fest se desarrolle bajo su vigilancia. Esto no es gobernar; es rendirse. Es ceder el control a las mismas fuerzas que dicen combatir, mientras se llenan los bolsillos con el dinero de los contribuyentes.
Es hora de que los vallisoletanos exijan cuentas. Si PP y Vox no pueden mantener sus promesas ni defender sus ideales, que dejen paso a quienes sí lo hagan. El Zorrilla’s Fest no es solo un festival; es el símbolo de una traición que no debe quedar impune. Los votantes merecen algo mejor que esta pantomima de principios y esta rendición vergonzosa a la «agenda progresista».
¿Y ahora qué pensarán los del «Solo queda VOX»?, ¿Solo queda qué?
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