En un reciente artículo publicado por El Confidencial del día de hoy se ha revelado que Leire Díez, conocida como la ‘fontanera de Ferraz’ por su cercanía al núcleo del PSOE y su relación con Santos Cerdán, tuvo un papel clave en la gestión del voto por correo durante las elecciones generales del 23 de julio de 2023. Según el medio, Díez, que ocupó el cargo de directora de Productos y Servicios de Correos durante casi un año, presumió en una publicación en redes sociales de su responsabilidad sobre «más de 2.500 oficinas» y «más de 9.400 personas» en la gestión de este sistema electoral. Esta revelación ha reavivado las dudas y críticas que ya en su momento rodearon el proceso del voto por correo, un sistema que, según sindicatos y observadores, presentó serias irregularidades y deficiencias organizativas.
Leire Díez, una figura conocida por su militancia en el PSOE y su estrecha relación con Juan Manuel Serrano, exjefe de gabinete de Pedro Sánchez y expresidente de Correos, no solo ocupó el cargo de directora de Filatelia y Relaciones Institucionales, sino que también asumió la dirección de Productos y Servicios. En este puesto, tuvo bajo su mando la gestión del voto por correo durante las elecciones generales de 2023, un proceso crucial que permitió a Pedro Sánchez mantenerse en La Moncloa. En una publicación en Facebook en marzo de 2024, Díez destacó su labor al frente de esta operación, subrayando la magnitud de la red de oficinas y personal bajo su supervisión. Sin embargo, su gestión no estuvo exenta de controversia, ya que los sindicatos CCOO y UGT denunciaron problemas significativos en el proceso.
Las elecciones generales del 23 de julio de 2023 se celebraron en un contexto inusual: pleno periodo estival, con un gran número de ciudadanos de vacaciones, lo que disparó las solicitudes de voto por correo. Según datos oficiales de Correos, se recibieron 2.622.808 solicitudes, un 94,71% más que en las elecciones de abril de 2019 y un 80,45% más que en las de junio de 2016, marcando un récord histórico. Este volumen sin precedentes puso a prueba la capacidad organizativa de Correos, que tuvo que gestionar la admisión de solicitudes, la entrega de documentación electoral y la custodia de los votos hasta su traslado a las mesas electorales.
A pesar de los esfuerzos de Correos, que incluyeron la contratación de 19.400 trabajadores adicionales y la ampliación de horarios en 2.389 oficinas, el proceso fue objeto de múltiples críticas. Los sindicatos CCOO y UGT señalaron una «falta de previsión» y una «nefasta gestión» por parte de la dirección de Correos, liderada entonces por Juan Manuel Serrano. Según fuentes sindicales, dos días antes de las elecciones, más de 700.000 personas aún no habían ejercido su derecho al voto: 47.000 no habían recibido la documentación, 375.000 no la habían recogido tras ser avisados y 300.000 no habían depositado su voto. Estas cifras reflejaron una gestión caótica que generó desconfianza entre los votantes.
El voto por correo en 2023 estuvo envuelto en polémica no solo por problemas logísticos, sino también por sospechas de irregularidades. Las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo de 2023, celebradas poco antes, ya habían puesto el foco en el sistema tras detectarse una supuesta trama de compra de votos por correo en Melilla. Esto llevó a la Junta Electoral Central (JEC) a endurecer los requisitos para las elecciones generales, exigiendo la entrega personal del voto en las oficinas de Correos con identificación mediante DNI, pasaporte o permiso de conducir. Sin embargo, estas medidas no disiparon las dudas.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, alimentó las sospechas al sugerir que la dirección de Correos, encabezada por Serrano, no estaba garantizando la entrega adecuada de los votos. En un mitin en Murcia, Feijóo pidió a los carteros que trabajaran «a pesar de sus jefes» para asegurar que los votos llegaran a tiempo, una declaración que fue duramente criticada por el PSOE y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, quienes defendieron la integridad del sistema electoral. Correos, por su parte, emitió un comunicado asegurando que el proceso era «seguro y garantista» y destacó que el 93% de las solicitudes de voto por correo se habían ejecutado satisfactoriamente, una de las tasas más altas desde 2005.
A pesar de estas afirmaciones, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) evaluó negativamente la gestión de Correos en 2023, señalando que incumplió 8 de los 14 objetivos de calidad del servicio. Además, se registró un aumento del 326% en las quejas respecto a lo previsto y un tiempo de espera en las oficinas un 11% superior al esperado, lo que añadió más cuestionamientos sobre la eficacia del sistema.
La revelación de que Leire Díez, una figura tan cercana al PSOE, estuvo al frente de la gestión del voto por correo ha generado un nuevo debate sobre la transparencia y neutralidad del proceso electoral. Publicaciones en redes sociales, como las de usuarios en X, han calificado esta información como «inquietante» y han recordado los problemas logísticos de 2023, alimentando teorías sobre posibles manipulaciones.
Por otro lado, Correos defendió su labor, destacando las medidas extraordinarias tomadas, como la apertura de oficinas en fines de semana y la contratación masiva de personal. La empresa también señaló que los votos por correo fueron entregados a las mesas electorales el día de las elecciones, conforme a los plazos establecidos por la JEC, y que cualquier irregularidad detectada fue aislada y no afectó la validez general del proceso.
Soy de esas «conspiranoicas» de «mal perder» (como si yo me jugase algo en esas urnas de 💩) que lleva sosteniendo desde 2018 que el pucherazo es más que obvio. Quitando a Pilar Baselga y Elecciones Transparentes y más tarde Iustitua Europa nadie hizo nada y todo el mundo se negaba a reconocer esta obviedad.
Ahora que la gente está más receptiva hay que meter mucha caña al tema.
Aprovecho para recordar mi teoría de que España es TAN distinta a esta gran basura que tenemos en el desgobierno (la frasecita «cada pueblo tiene a los gobernantes que merece» me pone del hígado) que el pucherazo tiene que ser tan masivo que es demasiado arriesgado que cante. Por eso lo hacen de muchas maneras. En España el pucherazo es más fácil que en ningún otro país porque hay muchos partidos-escoria a los que añadirles montos de «votos».
Trampas en el censo, trampas demográficas, trampas comprando votos al lumpen y a yonkis, trampas gordísimas en el voto por correo, como algunos advertimos desde 2018, probablemente trampas en el CERA, trampas informáticas, trampas extranjeras (la quinta columna marroquí y su voto obediente a los traidores del lugar, estrategia obvia del moro), etc, etc
Todo lo que estos sucios golpistas han hecho es NULO, aunque no es nula la voladura energética de la asesina Ribera, la bioarma inyectada, el destrozo y genocidio de Valencia, o la distribución por toda la geografía de las musculadas tropas del NOM, entre otras atrocidades hechas por estos psicópatas agentes de la «élite».