El búnker de la Moncloa fue construido a finales de la década de 1980 y principios de la de 1990, durante el gobierno de Felipe González, en respuesta a las exigencias de la OTAN. La organización militar requería que sus miembros establecieran centros de mando y control para garantizar la continuidad gubernamental en caso de conflictos bélicos o catástrofes. Este búnker, ubicado debajo del Palacio de la Moncloa, se extiende sobre aproximadamente 7.000 metros cuadrados y consta de tres niveles, diseñados para albergar a más de 100 personas.
Su construcción fue financiada a través de fondos reservados, y su coste se estima entre 30 y 60 millones de euros. La obra fue encargada a la empresa Dragados, y los trabajadores tuvieron que firmar cláusulas de confidencialidad debido a la clasificación del proyecto como «secreto oficial». Para el personal de la Moncloa, se trataba simplemente de un aparcamiento subterráneo, lo que ayudó a mantener su verdadero propósito en secreto.
🔴 EL BUNKER DE MONCLOA
La que fue ex-secretaria de la Moncloa, durante muchos años, explica que el bunker de la Moncloa tiene quirófano y un cementerio.
Para flipar…
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— Betania (@BetaniaTv) June 25, 2025
El búnker está equipado para funcionar de manera autónoma en situaciones de emergencia. Incluye:
- Hospital: Un área médica con un quirófano para atender a los ocupantes en caso de lesiones graves.
- Provisiones militares: Alimentos enlatados y otros suministros que se renuevan regularmente antes de su caducidad, devolviéndose a las Fuerzas Armadas para su uso en operaciones y maniobras.
- Secciones herméticamente selladas: Capaces de proteger a los ocupantes de ataques nucleares o químicos.
- Espacios multifuncionales: Desde dormitorios y una cafetería hasta un taller mecánico, una armería, y un anfiteatro para proyecciones, reflejando la intención de que el búnker sea un entorno habitable a largo plazo.
La mención de un «cementerio» ha generado especulación. Sin embargo, es más probable que se refiera a una morgue, necesaria para manejar situaciones de fallecimiento en un entorno aislado y de alta seguridad.
El interés renovado en el búnker de la Moncloa se debe en parte a las tensiones geopolíticas actuales. La guerra en Ucrania, el regreso de Donald Trump al poder en Estados Unidos, y el plan de rearme europeo han avivado las discusiones sobre la preparación para escenarios de crisis. En este contexto, instalaciones como el búnker adquieren una relevancia renovada, simbolizando la capacidad del Estado para proteger a sus líderes y garantizar la continuidad gubernamental.