Alberto Núñez Feijóo, es un presunto líder de la oposición que no ofrece un programa de gobierno claro ni soluciones concretas, prefiere la pose y una frase vacía, a la acción política profunda. Este político es parte del sistema que dice combatir y carece de la voluntad real para impulsar una regeneración estructural en España.
El presunto líder del Partido Popular, se caracteriza por la ausencia de un programa de gobierno y de propuestas legislativas concretas. Feijóo carece de ideología por ello carece de objetivos claros y rotundos. Evita cuidadosamente ofrecer un plan contundente y regenerador de España, ya que no tiene voluntad de cambiar las estructuras de este estado fallido, llamado por él mismo, “Estado de las Autonomías”.
En lugar de diagnósticos serios, pronuncia frases huecas No se sabe cuando habla, si ha leído el presupuesto general del Estado, si tiene una propuesta de reforma fiscal, si va a para la inmigración ilegal, o si ha hablado de eliminar duplicidades o wl gasto político parasitario. Solo relata con tremendismo, las aventuras ilícitas de Sánchez.
Su estrategia se basa en convocar manifestaciones, indignarse en directo, escribir epístolas y tuitear, en lugar de liderar propuestas sustantivas. Las fiestas callejeras, en las que convoca a los españoles a manifestarse contra Sánchez, es una forma de justificar su inacción, jugando a administrar silencios. Junto a Ayuso, representa una derecha teatral que no articula un discurso regenerador de la patria, ni un programa ideologic..
Feijóo evita molestar al sistema, y no pretende tocar los cimientos de la Constitución ni enfrentarse a la partitocracia ni al globalismo de la UE, en concreto la repugnante y nociva Agenda 2030 (escudito del cual presume en su solapa).. Piensa que el ruido de la gente en las calles de España, es rentable para él y su partido. Busca la alternancia del Partido Popular sin resultados, ya que nunca se atreverá a decir que el sistema está podrido de raíz. Tampoco está dispuesto a hablar de recentralización o de desmontar el escándalo del gasto público que suponen los miniestados que gobierna su partido y sus reyezuelos de Taifas. Prefiere parecer indignado que enfrentarse al caos, ya que el Partido Popular es parte estructural del régimen del 78, diseñado para administrar el sistema, no para cuestionarlo.
Su actitud y discurso son la desconexión radical con sus votantes y con la realidad política y social de España. El Pueblo Español ve en él, a una oposición que ni está ni se le espera. Feijóo y Ayuso son una derecha de “playmobil” que se ha instalado en el sillón de los sueldos y los decorados “patrióticos”.
España necesita valor, abnegación, decisión y una revolución para derrocar un sistema caduco, no un funcionario blandito, como Feijoó.
La regeneración de España no vendrá de los asalariados del Régimen del 78. Los votantes del PP son ingenuos, si pretender que la necesaria regeneración provenga de los partidos actuales que se sirven del Estado para funcionar como maquinas extractoras de los bienes de la Nación Española. La verdadera regeneración requeriría una destrucción del sistema político que conocemos, de una revolución que dé un vuelco institucional, jurídico y cultural a España. Esto nunca lo hará quien teme perder su escaño, su nómina o su asiento en el consejo de administración del IBEX. La salvación de España no vendrá de Feijóo ni de los que son como él, sino de quienes estén dispuestos a renunciar, ya que de ellos será el triunfo. (Parafraseando a José Antonio Primo de Rivera).
José Antonio creía en el “honrado pueblo español”, yo ya he dejado de creer en él. Sólo un puñado de héroes, salvará esta nación.