Por Alfonso de la Vega
Ahora se ha vuelto a reavivar la vieja idea recurrente de la rehabilitación, regeneración y refundación de la PSOE. Idea que surge una y otra vez a lo largo de su penosa historia cuando se acumulan demasiados desafueros, fechorías, traiciones o desfalcos. Pero más que degeneración en manos de gentes indeseables en realidad constituye su seña de identidad, su auténtica naturaleza. Su fundador ya lo explicaba en el congreso por si había alguna duda de sus intenciones: “El partido estará en la legalidad mientras la legalidad le permita adquirir lo que necesita y fuera de la legalidad cuando ella no le permita realizar sus aspiraciones…” y luego se permitió amenazar de muerte a Maura: “hemos llegado al extremo de considerar que, antes que S. S. suba al Poder, debemos llegar hasta el atentado personal”.
Donde antes era Maura ahora serían Feijoo o Abascal, otros malvados agentes actuales de la extrema. El caso es que por mucho que disimule o ponga cara de inocencia al falsario le huele el culo a pólvora, de modo que se ha reunido con sus lugartenientes y hombres de estaca para ver cómo escurrir el bulto y salvar lo que se pueda. Esperando consignas aguardaban fuera y manolas, chisperos, chonis y gentes del bronce,
Y en esta tormenta de ideas vino la brillante ocurrencia salvadora. Asistir a la procesión de Santa Marta de Ribarteme, o incluso mejor adelantarla del final de mes para celebrarla y aprovechar su caritativa virtud milagrosa antes que el comité federal. Para los amigos lectores no conocedores de la antropología y el folclore gallegos cabe explicar esta manifestación tradicional de gran interés.
Por esas bonitas tierras pontevedresas cerca del Miño se mantiene una famosa y notable romería. Los enfermos en peligro de muerte se encomiendan a Santa Marta y si sanan van a Ribarteme portando el ataúd en el que les hubieran enterrado de haber muerto debido al padecimiento que les afectaba.
A su iglesia parroquial acuden cada 29 de julio miles de devotos. Unos van ofrecidos para que la santa se apiade de ellos y les sane sus dolencias. Otros van para agradecer a la santa que les hubiese curado, rescatándolos de las garras de la muerte. Hay que recordar a las pobres víctimas de la LOGSE y del laicismo ramplón impuesto en este desquiciado reino que la tal Marta era la hermana de Lázaro al que nuestro Salvador resucitase tras sus fraternales ruegos.
Pues bien, los ofrecidos antes de entrar en la iglesia parroquial se meten en sus ataúdes que son llevados en procesión a hombros por deudos, familiares o amistades. Se da una vuelta alrededor del templo y ya una vez en el interior se deposita cada féretro frente a la imagen de la santa. El ofrecido se levanta escenificando la resurrección. Ya de pie o de rodillas reza fervorosamente a la santa y asiste a la misa. Terminada la ceremonia sagrada, salen los ataúdes del templo, pero ya vacíos, precedidos por cada ofrecido que porta un cirio en su mano, seguido de sus compañeros. En otro tiempo nos vulgarizado se asemejaba a un cortejo astral como la Huestia o Santa Compaña o el de Belerma en honor el corazón de Durandarte en la cervantina cueva de Montesinos.
Este ritual se celebra cada año, sin interrupción. .
Se cuenta que un párroco racionalista quiso acabar con la tradición que entendía macabra y supersticiosa pero fuera convenientemente castigado por ello. En efecto, como a Tamino en La Flauta mágica mozartiana se le apareció una peligrosa serpiente. Asustado el buen cura en un último momento de lucidez se encomendó a la protección de la santa, y como si fuese por auxilio de las tres damas de la Reina de la Noche le salvaron del monstruo. De modo que, agradecido y un poco corrido por su incredulidad, volvió a celebrar la procesión, romería o lo que fuese menester con total bendición clerical. Una moraleja simbólica para reforzar el mito.
Una vez aclarado sucintamente el tema volvamos a nuestros heroicos pero compungidos protagonistas. De modo que se acuerda que tanto los miembros del comité federal que pretenda seguir en las listas electorales como una nutrida diputación de primates del gobierno se ofrezcan a la santa bienhechora, mediante la oportuna procesión de ataúdes.
Encabeza la fila de ataúdes el falsario muy tieso y meticulosamente amortajado haciéndose la víctima en su féretro. Sigue el de madame Begoña, el hermano músico, Ábalos, Cerdán. Todos con su cohorte de dolientes plañideras de buen ver y cirio en mano, pagadas con fondos reservados, nóminas de empresas públicas, o albaranes pagados con dinero B, y naturalmente sin IVA que hacerlo es vicio de autónomos o pringaos. Como curiosidad cabe resaltar que al de Koldo, igual que al tan famoso por Cela con los atributos del cura de Villalpando, lo llevan entre cuatro bueyes y van sudando. Una gran muchedumbre de partidarios y detractores se une al gentío. Algunos avisados descubrieron que la Armengol y la Susi habían preferido otra alternativa.
¿Qué pasará?
La verdad es que no está claro, rehabilitar a la PSOE sin duda es mucho milagro incluso para la tan dispuesta y complaciente cándida Santa Marta.
Ahora bien, no todo es ironía más o menos esperpéntica, en el fondo este asunto tiene un componente de oportunidad personal de contactar con lo numinoso. Recuerda lo sustancial de una iniciación tal como lo entendiera Jung de sacar a la conciencia el arquetipo de Dios, realidad psicológica arquetípica sea cual sea su verdadera realidad metafísica.
Muestra la posibilidad de originar un cambio de conciencia en que se sustituya la pulsión psicológica de adoración o entrega fanatizada a un partido o a un líder, propias de las pestes psíquicas que tantos estragos han producido y producen, por otra que potencie un cambio de actitud que permita defenderse de la pérdida de conciencia crítica sobre complejos de inferioridad. O de la envidia igualitaria, habitual atributo motor de conductas en la secta socialista. El hombre tiene un fondo de maldad que puede desconocer en todo o en parte pero que la historia nos ha mostrado que puede afluir en forma de barbarie y violencia cuando la inanidad de las leyes se lo permite.
El socialista que de verdad sienta la virtud de la Justicia habría de intentar comprender la situación de su propia psique. Porque a lo mejor con una palabra tan noble y hermosa como Justicia enmascara su codicia de lo ajeno. Con su ambición de poder intenta dominar a otros porque no se domina a sí mismo. Y lo que llama poliamor no es más que lujuria descontrolada… ¿Formas de la neurosis?