Beth Martin, una mujer de 28 años de Portsmouth, Reino Unido, falleció en circunstancias inexplicables durante unas vacaciones familiares en Turquía, dejando a su esposo Luke y a sus dos hijos, de 8 y 5 años, en un estado de profunda conmoción. La tragedia, ocurrida el pasado 28 de abril, se vio agravada por un descubrimiento perturbador: una autopsia realizada en el Reino Unido reveló que el corazón de Beth había sido extraído sin el consentimiento ni el conocimiento de su familia.
El 27 de abril, Beth y su familia viajaron a Turquía para disfrutar de unas vacaciones. Sin embargo, al día siguiente, Beth comenzó a sentirse mal y se volvió «delirante», según relató su esposo Luke. Fue trasladada de urgencia a un hospital local, donde ingresó en cuidados intensivos. Apenas 48 horas después de su llegada, Beth falleció, sumiendo a su familia en un dolor inimaginable. Luke describió la experiencia como «la semana más traumática de mi vida», destacando el momento en que tuvo que informar a sus hijos que su madre no regresaría a casa.
La familia se enfrentó a dificultades adicionales debido a la falta de comunicación por parte del hospital y las autoridades turcas. Según Robert Hammond, un allegado que escribió en una página de GoFundMe creada para apoyar a la familia, no se les permitió ver a Beth durante su hospitalización, y las barreras lingüísticas complicaron aún más la situación. Además, Luke fue acusado por las autoridades turcas de haber «envenenado» a su esposa, una afirmación que incrementó el sufrimiento de la familia.
Tras la muerte de Beth, su cuerpo fue repatriado al Reino Unido para realiarle una autopsia. Los resultados revelaron un hecho estremecedor: su corazón había sido extraído en el hospital turco sin ninguna explicación ni autorización de la familia. «Han invadido su cuerpo y han tomado su corazón, la parte de Beth que era más valiosa», escribió Robert en el GoFundMe, que ha recaudado casi 15.000 libras para apoyar a Luke, que es autónomo y se enfrenta a dificultades financieras tras los costos asociados con la repatriación, traductores, y otros gastos. La familia exige respuestas y que el corazón de Beth sea devuelto para reunirlo con su cuerpo.
El dolor de la familia se intensificó por el trato recibido en Turquía. Según Robert, Luke y otros familiares fueron obligados a transportar el cuerpo de Beth en una bolsa mortuoria a través del hospital, con la asistencia de una traductora que mostró una falta de empatía al tratar la bolsa como si fuera equipaje. Este episodio, descrito como «inhumano», añadió un trauma adicional a una experiencia ya devastadora.
El hospital turco donde ocurrió el incidente está bajo investigación por posible negligencia, según informes de prensa. La familia de Beth, apoyada por la comunidad a través del GoFundMe, está decidida a buscar justicia y respuestas sobre las circunstancias de su muerte y la extracción de su corazón. Luke, quien tuvo que organizar personalmente la repatriación del cuerpo tras rechazar un retraso de dos semanas propuesto por el seguro de viaje, ha expresado su determinación de no dejar este caso sin resolver.
La muerte de Beth no es un caso aislado. Desde 2019, al menos 28 ciudadanos británicos han fallecido tras procedimientos médicos en Turquía, especialmente cirugías estéticas como bypass gástrico y levantamientos de glúteos. Aunque no se ha confirmado que Beth se sometiera a un procedimiento médico, casos como los de Kaydell Brown, quien murió en 2024 tras una cirugía estética, y Lynne Savage, fallecida tras un bypass gástrico, han puesto en alerta al gobierno británico, que está trabajando con Turquía para mejorar la seguridad de los pacientes.