Por Alfonso de la Vega
Hay que reconocer en honor a la verdad que lo del desempeño real de don Felipe está tomando ribetes artísticos. Continúa, en un interminable “suma y sigue» tan insólito como lamentable, el esperpento borbónico que ya hacía exclamar a Valle Inclán que «el sentido trágico de la vida española solo puede darse con una estética sistemáticamente deformada. España es una deformación grotesca de la civilización europea»
La imagen de Su Majestad en Mauthausen rodeado de las ondeantes banderas tricolor republicanas y entre los gritos de los presentes de ¡Viva la República! o ¡España, mañana será republicana! Es asaz representativa de su prudentísimo previsor feliz reinar. No cabe duda que don Felipe es muy filantrópico y consentidor amén de voluntarioso agendista woke y no desperdicia ocasión de presumir de ello para que no se diga que la antigualla de la Monarquía es cosa de fachas o de la extrema como pretenden algunos desavisados víctimas de la información oficial.
A don Felipe se le ha ocurrido una bonita dedicatoria para la ocasión: “Que la memoria de los crímenes aquí cometidos y el recuerdo de nuestros compatriotas permanezcan intactos para preservar su dignidad. Y para no olvidar nunca el horror”.
Tampoco cabe duda que sea todo un valiente. Cortesanos inasequibles al desaliento, piadosamente arrodillados ante Su Majestad le imploran tenga un gesto, aunque sea pequeño o medio de tapadillo, con sus sufridos súbditos españoles, abandonados a su negra suerte que no ganan para zozobras y disgustos gracias a Su gobierno y demás instituciones del régimen. Pero no hay tu tía, que no va a dar su brazo a torcer.
Dice una señora muy puesta en razón, ¿para qué homenajear a víctimas extranjeras allá por Europa y gastar cantidad de huella del carbono calentológico ese en un jet privado cuando puede acercarse andando a Paracuellos donde los heroicos antecesores de su excelentísimo señor ministro de jornada asesinaban a ciudadanos españoles indefensos, incluido niños, por razón de sus ideas políticas o religiosas o para satisfacer ruines venganzas personales? Pero ese otro horror perpetrado por el Frente Popular si que parece astutamente olvidado. Y si no le parece bien a Su Majestad lo de Paracuellos para no herir la sensibilidad de tanto granuja, bien pudiera peregrinar a otro recinto consagrado como el Valle, caballero en ecológico, resiliente burro renovable criado con dieta sostenible.
“A moro muerto gran lanzada” decía el refrán medieval. Es como torear de salón para contentar al vocinglero tendido 7, pero quedaría más torero que Su Majestad se enfrentase a otros horrores contemporáneos semejantes al citado tal como el genocidio de Gaza. O incluso a algo menos sangriento como siquiera denunciar las políticas criminales contra la libertad de información, expresión e imprenta perpetrados por la satánica von Leyen y sus cómplices que se pretenden imponer contra la constitución española que don Felipe ha jurado defender. Se empieza con la represión del pensamiento y se termina en Mauthausen.
Otro sí, digo. Hace unos días, se denunciaba la ausencia tanto del ejército del que don Felipe es Jefe Supremo como de él mismo en la conmemoración del Dos de mayo, en que el pueblo español traicionado y abandonado por sus dirigentes, y en especial por los reyes cómplices del emperador, hizo frente como pudo al invasor. Contrasta ese menosprecio a tan importante gesta nacional española con el impresionante desfile patriótico en Moscú homenaje al ochenta aniversario de la toma de Berlín por el ejército soviético, que certificaba la victoria en la Gran Guerra Patria rusa. Es la diferencia entre una nación que quiere mantenerse como tal y se enorgullece de lo mejor de su historia con otra en vergonzosa liquidación. Por muy Jarretero o globalista que se pretenda lucir no se debiera sustituir nuestra propia memoria histórica por otras ajenas o al gusto estragado del enemigo.
Es verdad, hay cosas que se entienden demasiado bien.