Por Isidro García Getino
Por decreto ley: Distribución obligatoria de menores inmigrantes, y no tan menores.
No se informa, se impone; estilo sanchista.
El jefe del gobierno residente en Waterloo impuso al subalterno residente en Moncloa cómo repartir 4400 menas hacinados en Canarias bajo la desprotección de Sánchez.
Dato curioso, sin interés ya que no cambia nada, Cataluña y Vascongadas eligen el número de menas que admiten, a ellos no les impone nadie, buen ejemplo de igualdad entre españoles.
Los partidos de la oposición deben apoyar el decretazo dado que les perjudica enormemente, lo que constituye una razón mayor para apoyar con alegría y entusiasmo la imposición sanchista. Además, todo se ha organizado para dar satisfacción al gran jefe Puchimón, cuestión de humanidad, solidaridad y justicia para con él.
Parece que ni en Moncloa ni en Waterloo se han enterado de estas otras situaciones que sirven de ejemplos a imitar:
- En el complejo monclovita serán acogidos muchos de esos menas, ya que hay amplios locales para ello y money abundante para su atención. En las dependencias familiares del ocupante de Moncloa se instalarán unos cuantos a quienes él, cariñosa y protectoramente cuidará, así dará ejemplo a todos los españoles.
- Los enormes edificios del complejo Ministerios, sito en La Castellana, son lugares muy acogedores (prueba de ello es que acogen a la recua de ministros/as del gobierno). Lugar ideal para que todos esos ministroas acojan, cuiden protejan y deseduquen a centenares, o incluso millares de los “bienvenidos” menas.
- Los múltiples comisionados seleccionados para las celebraciones del año franquista; a los que se suman grupos de trabajo, o sea números desconocidos pero exorbitantes de chupones y mamones a costa de Franco, redivivo milagrosamente por el taumaturgo Sánchez. Todos esos acogen gustosamente en sus hogares a multitud de los susodichos menas. Y no digamos la disposición de la gran coordinadora C. Gustrán que se deshizo en alabanzas de las efemérides y los infinitos rollos que este 2025 tienen lugar para gloria y memoria del franquismo. Pues bien, ella y sus colaborantes acogen menas abundantes.
- Los cientos, o quizás miles, de chiringuitos inventados por el “mando en plaza” y sus ideólogas para albergar, subvencionar, dotar y voto-cautivar a la gran multitud de holgazanes, mamones y demás sociatas del reino; son hogares ideales para refugiar a todo el ejército de pateranos arribistas.
- Y todo socialista que se precie de serlo, parecerlo, cobrarlo o explotarlo, está dispuesto y encantado de albergar, honrar, alimentar, dotar y socialistar a 4, 7, 9 o catorce menas en su domicilio, sea propio, del partido, ocupado o lo que sea. Y si no está dispuesto, es igual; honrará a Sánchez aceptándolo de su cariñosa imposición.
Con todo eso y los cuantos humanitarios de toda raza, credo, nacionalidad, color, género y especie existentes en toda la nación de naciones –menos Cataluña y Vascongadas -, que están ansiosos por serlo acogiendo a uno, a 7 o 14 menas en su hogar, ya tenemos sitio de sobra para todos los presentes, los ausentes, los venideros y los otros.
¿Qué necesidad tiene Sánchez de imponer lo que puede generosamente ofertar y regalar a quienes están ansiosos por recibir?
¿Por qué ubicarlos mal cuando pueden estar muy bien en todos los ámbitos aquí indicados, señalados, apuntados como ideales al respecto?
Ahí queda esta breve aportación tan oportuna para que Sánchez se vea creído, alabado, bendecido y votado por toda España – menos Cataluña y Vascongadas-.
Es lo que tienen los fanatismos, no se saben ni se pueden manejar pero el fanático los mantiene, los defiende, los usa y los abusa. Le pasa, a Sánchez, lo mismo con otras cosas; las centrales nucleares, por ejemplo, el sillón y la cama en Moncloa, el manejo misterioso de cuanto rodea su desgobierno, el decretar como sistema de gobierno antidemocrático, su figura, etc. etc.
A estas alturas no se necesita entrar en más detalles, todo español que no sea fanático sanchista, sabe de sobra todo lo que tenemos y lo mucho que nos falta en la despresidencia del gobierno.