miércoles, mayo 28, 2025
InicioOpiniónColaboradores¿Quimera o realidad?

¿Quimera o realidad?

Hoy no vengo a hablar de política, el ruido de las redes sociales, los escándalos esquizofrénicos llenos de delirios y fantasías ideológicas para enfermos mentales. Tampoco para criticar a quien actúa desde su misma ignorancia. El que hace el mal, aunque lo sepa en no pocas ocasiones, actúa desde el desconocimiento de las normas más básicas hasta la más elevadas que se aplican a todo ser humano, sea quien sea y de manera completamente democrática.

Hoy no vengo a hablaros de teatro, de montajes mal hechos, de guiones ilógicos y sin una finalidad que no sea la locura de quien desea saber cuál será el próximo acto, dado que cuando se abre el telón, la obra está pensada para nunca acabar. Tampoco para relataros lo que está por venir, hechos que muchas personas ni se imaginan e ignoran de manera catastrófica. Se puede ser un buen brujo y predecir con una bola de cristal, pero eso no significa que todos te crean.

Una sociedad organizada y justa es una sociedad de hombres de bien, de seres humanos al servicio de su colectividad por amor a la armonía y completamente en contra de lo que la rompa o la desafíe, de personas que se preguntan cuál es el sentido de su vida y buscan en su espíritu una razón para seguir viviendo, amando y compartiendo con otros.  Una sociedad ejemplar es aquélla donde el egoísmo pasa a segundo plano, donde quien se ama a sí mismo ama al resto de los seres humanos como se quiere y está dispuesto a defender la armonía, la justicia, su dignidad, la del otro.

Una sociedad con conocimiento es aquélla en la que lo que sabe se comparte con los demás porque la sabiduría es un don en sí mismo, más que lo más sublime de lo cognoscible. Donde lo descubierto se conoce y el resto aprende de nosotros como nosotros del resto, partiendo de las reglas más básicas de humildad y duda, sin arrogancias ni fanatismos ni egos. Donde el avance social es para todos y nadie queda fuera del proceso. Este hecho es esencial por cuanto el verdadero conocimiento del entorno es paralelo al de uno mismo, siendo que todo aquél que no repercuta en el crecimiento espiritual es simplemente palabrería inútil que, incluso, por su contenido, puede llegar a ser muy lesiva para quien sostiene tales creencias y los demás que sufren sus consecuencias.

Todo ello hace hincapié en el sacrificio, en salirse de la zona de confort cuando la situación lo exige, en romper ideas y creencias falsas, en dejar muletas mentales e ideas burdas que no nos sirven para nada, en entender la relatividad de lo físico y centrarse en el significado que tiene, más allá de las bellas u horrendas apariencias. La divinidad nos habla de muchas formas, una de ellas es cada una de las experiencias de nuestra vida, de lo que llamamos dolor que en realidad es pérdida inevitable, de la aceptación de las consecuencias de nuestros actos, pensamientos y sentimientos sobre los demás y nosotros mismos, de la urgente necesidad de saber aprovechar cada aliento de aire y cada rayo de sol, cada lección y descubrir que lo creíamos saber no es tan cierto como la duda que nos va a sumergir conforme vayamos profundizando en nuestra esencia. Es un sacrificio sin precio, es un sacrificio por el mero hecho de que es el amor verdadero el que nos lanza a hacerlo por encima de desear recibir nada a cambio, lo cual pierde todo su sentido cuando nos movemos en la vibración donde todos los seres humanos somos uno solo y nos dejamos llevar a entender a Dios.

Ser bueno o noble no es un deseo, no es una buena intención, no es una descripción vana y superficial que podemos hacer cada uno de nosotros. Es un conjunto de actos que hablan de nosotros sin que tengamos la necesidad de contarlo ni de detallarlo porque el amor tiene la peculiaridad de que no necesita ni de palabras ni de poses, habla por sí mismo. No se trata de que nos importe lo que los demás piensen, ni de lo que podamos creer de nosotros mismos. Cuando el amor nos insufla el alma la imagen externa se pierde y cada ser humano se muestra tal cual es, con su belleza desnuda para que todos la vean. No tiene etiquetas sociales, convencionalismos, protocolos de ningún tipo; es sencillamente libre, como de libre se siente quien se deja de atrapar por estos hábitos del bien. La sociedad, de este modo, pierde ese aspecto de rigor y de inflexibilidad y se convierte en un ser vivo que evoluciona y cambia constantemente, que se alimenta de la fuerza espiritual de sus miembros y que devuelve sus frutos en quienes se sacrifican sin problemas y sin egoísmos.

La ruptura de los esquemas cerrados, que son los que nos dividen en los de arriba y los de abajo exigen estos principios por razones de urgencia. Toda sociedad que no cumpla estos principios tiene como objetivo impregnar todo de muerte e ir debilitando nuestras verdaderas fuerzas y capacidades hasta ir matándonos sin que nos demos cuenta, en el justo momento cuando la armonía se sustituye por el caos y el amor por el miedo. Es la muerte social, es la destrucción de la esencia humana, es la condena más atroz imaginable en la cárcel de la muerte.

Puede así morir una nación entera, hasta caer en un estado zombi en el que el infierno no tiene límites conocidos. 

Hoy no he querido hablar de actualidad porque llegar a entender el porqué y el para qué de nuestros actos es el faro que nos conduce a la vida o a la muerte, aunque sea lenta e imperceptible. La libertad es elegir entre el bien y el mal, entre Dios y el demonio. Que cada cual saque sus propias lecciones y que sepa que nuestra intención es la clave si nos hemos descubierto verdaderamente.

El ruido se disipa, por muy estruendoso que sea, ante la belleza,  pues sólo es desorden perpetuo, el miedo se esfuma cuando se le enfrenta con el valor del espíritu y de la conciencia en nosotros mismos.

 

Artículo relacionados

1 COMENTARIO

  1. El Demonio está ganando porque garantiza el éxito en esta sociedad progremente (masónicamente) materializada a quienes caen en su tentación y le venden su alma. Ha ido colocando con artes ocultas a sus posesos en todos los puestos con capacidad de decisión o influencia en el complejo y jerarquizado sistema de gestión social (política, medios de masas, economía, justicia, fuerzas armadas, entretenimiento, .. Solo así es posible comprender los cambios bestiales en las trayectorias de muchos ex-humanos relevantes (Felipe González, Aznar, Rajoy, Marlaska,…) y la traidora y grande maldad de muchos otros que se cicieron famosos y llegaron a puestos relevantes cuando ya habían traspasado este umbral de venta del alma (Felipe González, ZP, Sánchez, D Delghado, Garzón, Bolaños, JJ Vázquez, Anas Pastor, Pujoles, Emérito, Felipe V, M Robles,…). Todos, mencionados como botón demuestra, solo son peones en la satrapía española que forma parte des satánico sistema Global de gestión social de la Tierra

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Entradas recientes