Una joven de origen subsahariano fue rescatada por la Policía Nacional en apenas tres horas tras alertar de que estaba siendo retenida contra su voluntad en un piso del barrio de San Francisco, en Bilbao. La víctima había sido captada por una red criminal dedicada a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, que opera entre África y Europa.
La operación se activó tras una llamada desesperada que la mujer logró realizar a un centro de acogida de Teruel, desde donde había desaparecido días antes. Aunque no pudo dar una dirección exacta, su testimonio encendió todas las alarmas. En ese momento comenzó una contrarreloj en la que la colaboración entre distintos cuerpos policiales y organizaciones de ayuda a migrantes fue clave para su localización.
Los agentes lograron determinar que la joven se encontraba retenida en un inmueble de la calle Las Cortes, en el centro de Bilbao. Fue allí donde finalmente la liberaron y detuvieron a sus dos captores: una mujer, también de origen subsahariano, propietaria del piso, y un hombre de nacionalidad guineana, que la había trasladado desde Teruel. Ambos formaban parte de una red criminal transnacional que se lucra a través de la explotación de personas vulnerables.
La investigación reveló que esta organización no solo facilitaba la entrada de migrantes desde África, sino que también gestionaba su tránsito por Europa. A cambio de elevadas sumas de dinero, ofrecían alojamiento y traslado a los llamados “puntos clave” del tráfico humano. Cuando las víctimas no podían pagar la deuda contraída, eran retenidas y sometidas a diversas formas de explotación, entre ellas, la sexual.
En este caso, la víctima había abandonado el centro de acogida de Teruel bajo presión, manipulada por otras mujeres que formaban parte del entramado criminal. Su caso se une al de muchas otras mujeres atrapadas en redes de trata que operan en la sombra, aprovechándose de la falta de recursos, la desesperación y el desconocimiento de quienes buscan una vida mejor.
El éxito del operativo ha sido posible gracias a la actuación coordinada entre la Policía Nacional y entidades especializadas en la protección de víctimas de trata, que han establecido canales de comunicación y alerta rápidos y eficaces para estos casos. La joven liberada ya se encuentra bajo protección, recibiendo atención médica, psicológica y legal.
