Una vez terminada la preparatoria, James David Vance se unió al Cuerpo de Marines de los Estados Unidos y fue enviado a Iraq donde sirvió como reportero militar de 2003 a 2007. El actual vicepresidente de los EE.UU procede de una familia evangélica aunque en los años de sus estudios universitarios, abandonó toda creencia religiosa. Tuvo un extraño encuentro con los dominicos (la Orden de la Inquisición) y acabó “bautizado” el 11 de agosto de 2019 en el Priorato de Santa Gertrudis, en Cincinnati, por el misterioso sacerdote dominico Henry Stephan (Brian Stephan en la vida civil) el cual creció en San José (California).
Paradójicamente, una escuela protestante ayudó a Henry Stephan a perfeccionar sus conocimientos católicos. Fue ordenado en Washington D.C por el cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York que no casualmente será uno de los prelados estadounidenses presentes en el cónclave del futuro 7 de mayo. Henry Stephan fue asesorado por el Juez Diarmuid O’Scannlain, el cual le había aconsejado ordenarse sacerdote. Este juez del Noveno Circuito de la Corte de Estados Unidos evoca a Lucifer en la Divina Comedia (Dante Alighieri) que, como máximo representante de la traición, se encuentra en el noveno círculo del Infierno.
En realidad, la persona que puso en contacto a J.D Vance con Henry Stephan fue otro sacerdote dominico Dominic Legge, el cual se ha graduado en derecho, al igual que Vance y al igual que su mujer hindú Usha Chilukuri, en la universidad de Yale. Solamente recordar que en Yale, nos encontramos con la sede de la influyente sociedad secreta Skull and Bones (Orden 322 o Hermandad de la muerte) que funciona como una correa de transmisión hacia la Corte Suprema y la CIA.
Estas religiosos usan la fe con fines políticos y siempre vinculan la Iglesia con el estado, refiriéndose al “bien común”, al igual que la secta paramilitar de ultraderecha el Yunque, moviéndose dentro de esta farsa propuesta por los MAGA ( Make America Great Again) o por la organización Catholic Vote (CV), cuyo director Brian Burch apoya a Vance.
El esposo de Usha no logró convertirla ni al protestantismo ni al catolicismo y, donde pasa siembra la muerte: fue el último político al que recibió Jorge Mario Bergoglio y estuvo de visita en la India el 22 de abril de 2025, justo el día de los atentados de Pahalgam en los que murieron 28 personas. Aprendí a dejar de creer en las casualidades. Usha Vance es miembro de Phi Beta Kappa en Yale, una fraternidad tácita de homosexualidad cuyo lema es: “Dum vivamus edimus et biberimus” : “Mientras estemos vivos, comeremos y beberemos.”
En enero de 2018, Vance dijo que estaba empezando a considerar presentarse como candidato al Senado en su estado natal de Ohio. No fue hasta enero de 2021 cuando lanzó oficialmente su campaña, apoyado económicamente por su antiguo jefe homosexual Peter Thiel, tecnócrata transhumanista…
…así como lo es Elon Musk, grupo de magnates de Silicon Valley que se han apoderado de los datos más sensibles de Estados Unidos y de otros países, así como de importantes organizaciones mundiales. Estas boinas negras digitales deciden qué se elimina del gasto público, a quiénes se despide y qué información confidencial y sensible pasa a formar parte de su inmensa base de datos. Pretenden inaugurar la nueva era de la Ilustración oscura, restaurando el Imperio, convertir el Estado en una start-up y encerrar en sótanos, distraídos por una realidad virtual, a los ciudadanos considerados improductivos. J.D. Vance cita a Curtis Yarvin como una referencia válida. Curtis, cuyos abuelos eran judíos comunistas estadounidenses, quiere poner fin al fallido experimento democrático de los dos últimos siglos e instaurar una nueva monarquía con empresarios digitales, dueños absolutos de los destinos del mundo. ¿Nos dejaremos marcar?
No, no nos dejaremos marcar, es más, van a terminar con su enfemizo sello metido en el culo.
Interesante información…