El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, con la contundencia que le caracteriza (nótese la ironía), ha dado un golpe (flojito) sobre la mesa y ha decidido que ya es hora de plantarle cara a la fontanera estrella del PSOE, Leire Díez, esa figura misteriosa que nadie del PSOE dice conocer pero que ha estado conspirando contra la Unidad Central Operativa (UCO) con unas “prácticas mafiosas”. Pero, ojo, que Feijóo no se lanza al ruedo judicial así como así, no. Primero, quiere que la señora Díez pase por el Senado, ese glorioso cementerio de elefantes donde las palabras van a morir y las iniciativas se convierten en eco. Porque, claro, ¿qué mejor lugar para aclarar una conspiración que un sitio donde todos sabemos que nunca pasa nada?
Feijóo, ha asegurado este martes que, en segundo lugar, la asesoría jurídica de su partido “está valorando” qué acción judicial emprender. Sí, han leído bien: están valorando. No es que tengan un plan, no es que hayan reunido pruebas irrefutables, no. Están en esa fase tan productiva de empezar a plantearse el pensar en quizás hacer algo. Mientras tanto, toda España, ya ha visto la “mafia pura y dura” del PSOE en acción. Claro, porque si algo sabemos los españoles es que el PP siempre llega el primero a la hora de señalar mafias ajenas, en fin…
Y aquí viene lo mejor: Feijóo asegura que “la justicia decidirá qué responsabilidades judiciales y penales tiene esta señora”. Traducción: “No tenemos ni idea de qué hacer, pero que suene serio”. Porque, vamos a ver, si el PSOE es pura mafia, algo que ha asegurado él mismo ¿qué hace el supuesto partido de la oposición dando tumbos como un pollo sin cabeza? ¿Dónde está esa contundencia, ese liderazgo, ese “¡hasta aquí hemos llegado!”?
En lugar de eso, tenemos una rueda de prensa con promesas vagas, un paseíllo por el Senado (que, recordemos, es como mandar a alguien a explicar su vida en un plató de reality vacío) y un “ya veremos qué hacemos” que huele a derrota antes de empezar.
Este PP, señoras y señores, es el que dice liderar la oposición. Pero, ¿qué oposición ni qué ocho cuartos? Aquí lo que hay es una masterclass en cómo decepcionar a cámara lenta. Mientras Feijóo y su equipo “valoran” y “plantean”, la fontanera del PSOE debe estar partiéndose de risa en su despacho, tomándose un café, preguntándose si el Senado le pondrá moqueta nueva para su gran día. Porque, total, ¿qué más da? Si el PP sigue en modo “ya si eso mañana”, el PSOE puede seguir con su mafia en paz. Y nosotros, los ciudadanos, seguiremos asistiendo a este espectáculo tragicómico donde la supuesta oposición parece más un club de debate que un partido con ganas de cambiar las cosas. Como siempre: ¡Teatro, puro teatro!
Pero ya saben, aparecerán los típicos titulares en YouTube definiendo esta maniobra de pitiminí como «Brutal Feijóo», «Feijóo destroza a Sánchez», «Última hora: la drástica decisión de Feijóo». Así nos va…