miércoles, mayo 14, 2025
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España es tierra de misión

Este pasado domingo tuve una experiencia que quería compartir con vosotros. Una experiencia y una reflexión sobre la visita que realicé a la Casa del Padre de la comunidad de evangélica de Carabanchel Alto, en Madrid. El local era bastante grande y la verdad es que lo llenaban con un público muy familiar y joven que contrasta mucho con la menguante (en Occidente) Iglesia Católica que han dejado el desastre absoluto del Concilio Vaticano II y los sucesivos papas que hemos tenido sobre todo desde entonces. Fue un detalle curioso que se hizo un pequeño homenaje con el himno y la bandera nacional a España, como nación anfitriona de esta comunidad de creyentes evangélicos, americanos en su mayoría. Pero lo que más llamaba la atención era la musicalidad y el estilo bastante elocuente y a veces un poco gritón de los pastores y el entusiasmo generalizado, que contrastan cuando se compara con los católicos que no están en la Renovación Carismática o en los neocatecumenales o en algo así, de un rollo estilístico más parecido a ellos.

 

 

Otras iglesias a las que tal vez ha separado el hombre, pero que Cristo va a unir

 

Como se puede comprobar en mis escritos yo soy cristiano militante, concepto que prefiero a decir antes que la palabra practicante, y en concreto me gustaría que me conocieran como un galileo más. Mis raíces católicas son profundas y eso me hace unirme más en la oración y el compromiso con mis hermanos de otras iglesias a las que tal vez ha separado el hombre, pero que Cristo va a unir y une cada día en el amor de los hermanos hacia nuestro prójimo y hacia el Padre mismo. En el honor del nombre de Jesús, orgullosos hijos suyos, que por todo el mundo celebramos el nacimiento, el trabajo y la resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

 

Esta comunidad evangélica me pareció muy sincera en su amor a Dios y a la comunidad, aunque su estilo pueda ser bastante diferente al más tradicional catolicismo, pero precisamente quería pedir a todos los cristianos que se olviden de estos nombres de fraternidad y armonía entre nosotros y se llamen a sí mismos solamente cristianos. Los desafíos que presenta el mundo ahora mismo son demasiado fuertes y persistentes como para no darnos cuenta de que todos los creyentes deberíamos formar un solo cuerpo y un solo alma para resistir el ataque organizado de las fuerzas del demonio en la Tierra, que nunca estuvieron tan claras y nunca fueron tan persistentes en su afán de subyugar al ser humano a una ideología satánica que han convertido en un pensamiento único por todo el mundo.

 

Sin embargo, como nos demuestran cada día con sus constantes ataques a todas las comunidades cristianas por el mundo bajo diversas falsas banderas, como la yihad o el comunismo, los poderosos temen este renacer y este crecimiento brutal del cristianismo por todo el mundo, que es el único verdadero foco de verdadera resistencia frente a sus malas intenciones. En este llamado me quiero unir también a nuestros hermanos judíos y musulmanes y en general a todas las religiones del mundo en un ecumenismo verdadero en el que ningún creyente tenga que renunciar a nada y todos actuemos con libertad. Dios nos espera a todos.

 

 

Los falsos llamados de Bergoglio y la ONU a un ecumenismo falso

 

En este sentido, los falsos llamados de Bergoglio y la ONU a un ecumenismo falso, basado en la renuncia a la búsqueda de la verdad e imponiendo una verdad hipócrita, basada en una falsa tolerancia, no pueden ser más que repudiados por todas las religiones y en particular por los cristianos.

 

El ecumenismo se tiene que basar en que cada persona y cada comunidad intenten llegar a la verdad por sí mismos. No necesitamos abogados para entendernos entre los creyentes ni mucho menos necesitamos que ese abogado sea la atea ONU con el sinvergüenza de Bergoglio, siempre postrado ante el Poder hasta el último cuarto de hora. Esperemos que el nuevo Papa cancele todas esas aberraciones realizadas en el nombre de un falso ecumenismo, entre las cuales destaca la declaración de Abu Dhabi y su Nuevo Edén, auspiciado por la puñetera ONU.

 

Mi visión es que tenemos que alegrarnos de que los creyentes seamos cada día el mundo y en concreto los de las tres religiones del libro y, más en concreto, los cristianos. Es decir: pienso que tenemos que alegrarnos de que una persona sea budista antes que descreído, musulmana antes que budista y que sea cristiano, antes que nada, pero lo peor es vivir en el materialismo falso e ingrato que se nos intenta inculcar insistentemente desde el poder internacional. En mi caso personal, me alegro muchísimo de que las comunidades evangélicas en España gocen de buena salud y estén transmitiendo la buena noticia de la venida de Jesucristo en un pueblo que hace mucho tiempo que se ha corrompido en gran parte. Que ha abandonado por completo a Dios y a Cristo.

 

 

Que la Palabra de nuestro Señor Jesucristo sea otra vez proclamada

 

Así como nuestros antepasados fueron a evangelizar a todo el mundo y en particular al continente americano, tan hermanos nuestros en todos los aspectos, ahora se diría que las cosas han cambiado completamente y es Europa y la misma España un territorio para volver a evangelizar. Para que la Palabra de nuestro Señor Jesucristo sea otra vez proclamada y acabemos de una vez con esta plaga de materialismo y desesperanza que se traduce en tantos síntomas como el suicidio, el alcoholismo y las drogas, la adicción al sexo y al porno, la banalización de los valores humanos y de la familia y un sinfín de otros tremendos daños que nos ha traído este pasado siglo de declive del cristianismo en Occidente.

 

Por fortuna para nosotros, en concreto, pero para todo Occidente y para toda la especie humana, los frutos de la evangelización española en América han creado auténticos cuarteles de invierno en los que podemos sobrevivir en este auténtico periodo de glaciación anticristiana. Y la inmigración hispana en nuestra Madre Patria tiene esa ventaja poco comentada, en el ámbito patriota, de compensar muchas de las desgracias y degeneraciones que ha traído el régimen actual y que son las verdaderas causas de nuestras desdichas como nación, demasiado alejada de Dios.

 

Juan 14, 1-6

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».

Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».

Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí».

 

 

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