lunes, abril 14, 2025

Matrix

Uno de los grandes problemas de la estupidez es que se presenta como un huracán de fuerza seis con intención de echarlo todo abajo, de manera sorpresiva y sin que haya tiempo para reaccionar. Es el plan de infantilización y de idiotizar a la sociedad que se sigue desde la ingeniería de masas, cuando se trata de implementar el plan del fascismo global a la desesperada porque la gente ya ve sus flecos y grandes falsedades. Entonces, el objetivo no es otro que impedir que la gente piense, analice de manera crítica, compare hechos, conclusiones y resultados en su vida, y no me refiero a ideologías delirantes y psicóticos, sino a hechos reales que se pueden percibir de manera muy clara.

La agenda 2045 tiene ese as debajo de la manga cuando ven peligrar sus objetivos. Como no tratan de convencer, sino de imponer, se tata precisamente de lo anterior: de generar un caos no sólo psicológico en la población, sino emocional y conductual de tal calibre que el mismo sujeto se confunda ante su conducta, la cual responde a patrones de conducta puramente adaptativos ante contextos que son claramente amenazantes ante la dignidad y seguridad del individuo ante su supervivencia fáctica, su salud mental y emocional, con el fin de llegar aL punto de destrucción o a estar a un peldaño de lograrlo, haciendo sentir al sujeto que está cerca de la caída libre donde pierde todo el norte de su existencia, pero le queda, oh sorpresa, aferrarse al clavo ardiendo que le envían los creadores de bulos y falsas ideologías, así como pensamientos inconscientes, disfuncionales y nada útiles que nos conducen al caos, al miedo, a la desesperación y al sufrimiento, de modo que son presas de sus propios esquemas mentales que los controlan en todo momento y, especialmente, en aquellos momentos de pánico que tanto necesita el estado para mantenerse como autoridad, por supuesto ilegítima.

No estamos hablando de un arma cualquiera, nos referimos a una guerra psicológica. Esta batalla, dirigida contra nuestras complejas mentes que resultan inmanejables y que muchos de nosotros desconocemos, no decir ya de nuestras emociones y cómo éstas nos condicionan, mostrándonos un lado sólo de la psicología, cuando hay todo un arsenal de armas que utiliza en su lado más diabólico, es capital para entender el modo en el que el individuo sencillamente se somete si resistencia. 

El modus operandi consiste en alterar la situación ambiente de manera constante. Si el hombre primitivo que vivía en cuevas tenía peligros concretos, que eran las fieras salvajes y había que cazar en grupo para mantener al grupo, en la actualidad los peligros son inmateriales y abstractos y, en no pocos casos simbólicos. El uso incluso de modos de supervivencia, como el dinero, se convierten en conceptos que significan otras cosas importantes para la propia definición que tiene el sujeto de sí mismo, tales como seguridad, confianza, control de la propia existencia (la mayor falacia y mentira implantada en cada uno de nosotros), prestigio social, orgullo y sensación falsa de poder e influencia.  Ese ejemplo se puede extender a otras muchas cosas que se consideran básicas y que forman parte de un elenco de significantes como el alimento, asociado al placer, o al coche relacionado con el sentido de la libertad. Todo ello hace que el sujeto compre sus sueños y deseos más anhelados, sin darse cuenta de que ya cuenta con esa libertad, esa dignidad o esa fe sin que tenga que caer en la trampa de un sistema conceptual lleno de falsos conceptos.

Esta estrategia es tan sutil y efectiva que no tiene más que activar nuestros deseos asociados al cerebro reptiliano que nos alimenta la necesidad de supervivencia, generando la emoción de que ya se ha conseguido, creando la pereza mental como el peor de nuestros enemigos, ya que para conseguir la felicidad no hay más que dejarse llevar por la corriente o por el deseo que, a pesar de ser irreal, se convierte en tal, por mor de la disonancia cognitiva que provoca que la mente elimine y restructure el trauma, incluso llevándolo al olvido y generando una realidad paralela en el que éste, no sólo no existe, sino que da fuerza a la creencia contraria de falso éxito sin mover ni un dedo, sin necesidad de pensar ni de analizar críticamente absolutamente nada, generando la creencia mágica según la cual el mero hecho de creerse esa mentira es la clave para estar en el camino del éxito, el cual, como vemos, nunca se alcanza, pues el sujeto renuncia a todo su verdadero y necesario esfuerzo.

El uso del trauma social es una constante, bien sea en forma real, como ocurrió en la plandemia hace cinco años, como caldo de cultivo para la reprogramación de la sociedad para crear la estructura zombi de las mentes, o bien a través de la amenaza o del peligro irreal, pero que se siente tan inminente que el sujeto se ve obligado a ponerse de rodillas, como si lo hiciese ante su propia divinidad. El uso del temor y la amenaza del caos, aunque sea creado por los mismos que lo generan de manera intencionada para graduar el miedo social, crea una red de nuevos significantes que generan un sentimiento de indefensión aprendida, en el que el sujeto cree que, haga lo que haga, sus acciones no van a solucionar nada y que sólo ha de estar pendiente de su día a día, sin hacerse muchas preguntas y, si es posible, huir de ellas, dado que cada una es como una ventana al mundo que rodea al que se comporta como un autista social que no soporta el más mínimo cambio de rutina, lo que le produce auténtico terror. De este modo, el mundo se reduce a lo que considera cotidiano y habitual, lo cual se convierte en su refugio, el mismo que, alimentado por las ideas delirantes del sistema social que destruye al ciudadano de manera intencionada, delimita el peligroso concepto de verdad a nivel matrix, en contra de la mentira, que sería lo que en realidad está pasando delante de nuestras narices y no lo vemos.

Guerra social equivale entonces a guerra psicológica. Ser consciente de estos hechos es esencial para despertar como Neo hizo en la primera serie de la película Matrix para darse cuenta de que todos estaban programados y que la realidad era muy diferente a lo que había creído hasta ese momento. ¿Seremos capaces de dar ese paso?

 

Artículo relacionados

1 COMENTARIO

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Entradas recientes