Canadá ha implementado una serie de aranceles dirigidos a una peculiar variedad de productos estadounidenses, desde lanzallamas hasta carne de manatí, en medio de una creciente disputa comercial con Estados Unidos. Estas medidas, que incluyen un impuesto del 25% sobre aproximadamente 1.800 productos americanos desde marzo, se ampliarán aún más, con 4.400 artículos adicionales enfrentando aranceles a partir del 2 de abril. Esta escalada coincide con el anuncio planeado por el presidente Donald Trump de aumentar los aranceles a países que impongan tasas sobre las exportaciones estadounidenses.
Entre los artículos más extraños seleccionados por Canadá se encuentran los lanzallamas, barbas falsas, monos vivos y hasta carne de manatí, una elección curiosa dado su escaso comercio. Otros objetivos poco comunes incluyen fundas para campanas de iglesia y drones de pasajeros, lo que ha llevado a especular que la lista de aranceles canadiense podría estar intencionalmente repleta de entradas excéntricas para exagerar la magnitud de su respuesta. Los críticos sostienen que muchos de estos productos apenas tienen relevancia en el comercio entre EE. UU. y Canadá, lo que sugiere que el movimiento es más simbólico que efectivo.
La disputa comercial también ha afectado productos más convencionales, con Canadá incrementando los costos de piezas de acordeón, emúes, semen bovino y ropa con asbesto provenientes de Estados Unidos. Incluso los soñadores que aspiren a comprar naves espaciales fabricadas en EE. UU. enfrentarán precios más altos, con un aumento del 25% en el horizonte.
El economista Jason Childs, de la Universidad de Regina, bromeó diciendo que, aunque la carne de manatí no es un alimento típico en Canadá, su inclusión en la lista de aranceles вряд ли generará una protesta masiva entre los consumidores. Sin embargo, señaló que esta política podría afectar a industrias especializadas, como el incipiente mercado canadiense de hamburguesas de camello, que depende de las importaciones estadounidenses de carne de camello y primates.
Más allá de lo extraño, Canadá está utilizando estrategias más amplias para contrarrestar las políticas comerciales de EEUU. El gobierno ha lanzado una campaña de vallas publicitarias en estados estadounidenses de tendencia republicana y en Washington, D.C., con mensajes como “Los aranceles son un impuesto sobre tu cuenta del supermercado” y “Los aranceles son un impuesto sobre los trabajadores estadounidenses”. Estos esfuerzos buscan influir en la opinión pública mientras la guerra comercial se intensifica.
El momento de los últimos aranceles de Canadá coincide con el anuncio de Trump del 2 de abril, avivando un enfrentamiento económico de ojo por ojo. Aunque algunos ven la inclusión de artículos extravagantes como una burla política, otros lo interpretan como una maniobra calculada para proyectar fuerza sin perturbar los flujos comerciales esenciales. A medida que la situación evoluciona, ambas naciones se preparan para el próximo capítulo de este conflicto comercial cada vez más inusual.